CAPITULO I

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Hay algo en ella que me hace sentir bien, como si nada estuviera descompuesto dentro de mí, me hace sentir en control, me creo que la puedo proteger y sería capaz de hacer cualquier cosa con tal de que ella este bien, a salvo. Me gusta desde hace mucho tiempo, al principio no me le acerqué porque era muy bonita como para estar relacionada conmigo. Su hermosa sonrisa se convirtió en la luz de mi mundo gris, su voz como las olas me calmaba, la calidez con la que trataba a las personas era de admirarse; simplemente me enamoré de toda ella. No fue hasta que la maestra nos puso en parejas para crear una coreografía. Gracias, maestra. Muy apenas pude controlar mis nervios, creo que Marina se dio cuenta porque también la sentí un poco incómoda.

-Perdón si repito muchas cosas o si te confundo, son mis nervios, no se como relacionarme con gente nueva- le dije, simulando que eran nervios cuando en realidad era la ansiedad hablando.

-Está bien, si quieres podemos escuchar la canción primero y luego pensamos en la coreografía-.

-Okay- ¿Escuchar una canción? ¿Contigo? ¿Compartiendo el mismo par de audífonos? ¡NÚNCA!

Obvio es sarcasmo, mi ansiedad estaba desatada, mis manos temblaban así que las metí en la bolsa de mi hoodie. Escuchamos el minuto que la maestra nos asignó tres veces y luego compartimos ideas, lo que la canción nos evocaba, y nos pusimos a transmitir eso con movimientos. En verdad quería caerle bien a Marina así que en vez de ser la persona seria y cerrada que usualmente soy cuando comienzo a conocer una persona, decidí ser como soy con mis amigos, me desaté. Comencé a bromear, exagerar los sentimientos y los movimientos, usé mi vocabulario coloquial, dije una que otra grosería; si no le gustaba esa probada de mí entonces era un caso perdido. ¿Qué es eso? ¿Se está riendo de mis pendejadas? ¿Me sigue la corriente? Verga, esto no es bueno, se ve muy tierna cuando se ríe.

-Bueno, algo así, aun no sé cómo representar esa parte pero si pulo los pasos quien quita y le agarro la onda- soy terrible para crear mis propias coreografías.

-Pues me gusta, porque después de lo tuyo, como la canción se empieza a como calmar, podemos agregar lo mío-.

-Okay, ¿quieres practicar todo junto o, primero lo mío, primero lo tuyo? Tú dime-

-Hmm, primero lo tuyo-.

-Okay. Bueno como todavía no pulo nada ahí me dices qué te parece mejor, qué quitamos and shit- verga ya cállate wey, la estás cagando.

-Jajaja, sí, yo te digo- qué bonita risa tiene.

A decir verdad, nuestra parte nos quedó muy chida y a la maestra también le gustó, obviamente cambió algunas cosas pero no tanto como las coreografías de los demás. A fin de cuentas ella es la profesional en esto. Trabajamos la mitad de la canción, la maestra nos dio un descanso y luego nos sentó en círculo para dar un anuncio.

-Como ya saben, se acerca el festival y nosotros tenemos muchos números. El martes tenemos dos, el jueves uno, viernes dos y sábado tres. Necesito saber quienes pueden entre semana y quienes pueden el sábado. Yo sé que muchos trabajan, van a clases, etcétera. Solo levanten la mano los que pueden entre semana-.

-¿A qué hora empieza el festival?- preguntó una compañera.

-A partir de las dos pero todos nuestros números entre semana son después de las tres-.

-¿Y el sábado?- otro compañero.

-El sábado y domingo son diferentes horarios, empieza desde las 12 y nosotros empezamos desde la 1. Pero chavos, ya saben que tenemos que estar aquí una hora antes de salir a bailar. Pregunto otra vez, ¿Quién puede entre semana? Levanten la mano-.

MarinaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora