La corta vida del omega Stiles Stilinski había sido todo menos buena.
Cuando tenía 10 años su madre omega murió, dejandolo solo y al cuidado de su padre alfa. Bruce Stilinski, su padre, era un adicto apostador, el cual dejo ir todo su dinero y riquezas en apuestas y drogas después de que su esposa había muerto, pero aún le quedaba lo más valioso: su pequeño hijo Stiles.
Un viernes por la tarde sin tener dinero ni comida, Bruce pensó que sería buena idea jugar algunas apuestas más para así ganar dinero suficiente para él y su hijo ya de 18 años. Grave error. Al no tener efectivo ni escrituras, el alfa oponente en turno le ofreció un trato: Bruce tenía que apostar al hermoso omega que traía consigo, en cambio Troy, el alfa contrincante, apostaría el hermoso Audi A6 en el que había llegado.
Apesar de que Bruce se negó al principio, los otros alfas espectadores lograron convencerlo. Además pensó que si ganaba podría vender aquel carro y con lo que obtuvieran podría darle una buena vida a Stiles, quien estaba en un rincón pintando en aquel cuaderno usado que tanto amaba.
Bruce perdió. No importó lo mucho que rogó y pelió por su hijo. Al final dos alfas tomaron al pequeño e indefenso joven y se lo llevaron, y a Bruce lo dejaron moribundo y ensangrentado en un callejón oscuro.
Troy era un traficante que poseía distintos negocios, el más importante de ellos era la prostitución y trata de personas. Desde el principio vio lo hermoso que era el hijo de Bruce y es por eso que le había propuesto aquella apuesta. Ahora el encantador joven sería usado para una subasta de omegas que sin lugar a duda le dejaría grandes ganancias.
Stiles fue vendido a Arturo Hale, un capo Británico de asentamiento en Norteamérica. Arturo vio a ese pequeño omega como el perfecto obsequio de cumpleaños para su único hijo alfa, pensando que ya era hora de que Derek comenzara a formar un carácter más fuerte y que éste juguete le serviría.
Una mañana, mientras Derek iba entrando en su habitación después de un largo viaje de negocios, encontró una jaulita en la esquina de su habitación. La jaulita estaba cubierta por un pedazo de tela, pero alcanzaba a escuchar una débil y pasiva respiración. Al destapar la jaula se encontró con un pequeño, omega por lo que olía, niño durmiendo en su interior. El omega se veía un poco lastimado y cansado incluso durmiendo.
Ahora que lo pensaba, probablemente este era el regalo del que su padre le había hablado en la entrada de su mansión.con un gran suspiero Derek tomo su cabeza con enojo, su padre nunca cambiaría ¿Cuándo iba a entender que Derek no era como él? A Derek no le gustaba aquella vida de criminal de su padre y mucho menos lo que le hacia a los inocentes.
De pronto el pequeño niño en la jaula despertó y en cuanto enfocó su vista en Derek comenzó a temblar.
- Por favor, no me hagas daño, por favor - dijo a punto de llorar.
- No, no. Yo no te haré daño, cachorro. Tranquilo - trató Derek de calmarlo - Dime ¿Cuál es tu nombre? -
El niño lo miró dudoso pero al final contestó - Stiles, Stiles Stilinski -
- Es un hermoso nombre, yo me llamo Derek. Ahora te sacaré de ahí ¿Bien? Lo haremos con cuidado para que no te sigas lastimando - El mayor barrió la pequeña puertita de la jaula para abrirla e introdujo su gran mano dentro de ella para que Stiles la tomara. Stiles por su parte no quería tocarla, pero aquel muchacho de ojos nobles por alguna extraña razón lo hacía sentir seguro, después de todo era la única persona que no le había tratado mal desde hace mucho.
Cuando Stiles logro salir a gatas y con ayuda del hombre, se soltó a llorar, pues era la primera vez en días que estiraba su doliente y acalambrado cuerpo.
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𝑻𝒉𝒆 𝒈𝒊𝒇𝒕 | 𝑺𝒕𝒆𝒓𝒆𝒌 |
FanfictionUn regalo no deseado puede llegar a ser lo mejor de la vida.