No sé cómo sentirme en la casa de Landon. Si, ya había estado aquí, pero no tanto tiempo como ahora. Siento algo en mi estómago lo relaciono con el mismo dolor que me da cuando no he comido bien. Estoy sentada en el sofá de la sala de Landon y él ha entrado a su habitación, para pasar el rato comienzo a observar sus cosas, fotos, y una estantería de libros gigante que llega del piso al techo. Me levanto para leer un poco los nombres de las obras y millones de emociones me invaden al leer cada una. Escucho unos pasos e imagino que es Landon que finalmente ha salido de la habitación. Entonces, de pronto, oigo comenzar el ritmo de una de mis canciones favoritas. Volteo rápidamente para preguntarle a Landon como ha sabido que ésta es una de las canciones que más me gustan de la banda, pero me quedo con las palabras en la boca al verlo mover sus caderas al ritmo e imitar los pasos de los chicos en el vídeo.
— And let me kiss you... —canta y yo suelto una carcajada. Comenzamos a bailar ambos y obviamente yo me sé ésta coreografía de memoria. No paramos de reír hasta que se termina la canción. Ambos tenemos la respiración agitada. Entonces cambia la canción por Shake it off de Taylor Swift y vamos por un segundo round. Sacudo mi cabello y observo como Landon baila. Así estamos por lo menos unas dos horas hasta que finalmente siento que no puedo más. Me siento en el sofá y respiro lento tratando de recuperar aliento. Landon se va a su habitación diciendo que va a darse una ducha, asiento y aprovecho ése momento para revisar mi móvil. Veo la cantidad de mensajes de mis amigas y no se me ocurre otra cosa que contarles. Comienzo con que estoy en su casa y recibo varios mensajes con muchas mayúsculas, sí, Alexa suele emocionarse demasiado. Me río un buen rato de las tonterías que dicen mis amigas sobre acostarme con él, cosa que no va a pasar, por Dios, tenemos poco conociéndonos, y de igual forma estoy en su casa, pero da igual, ¿Quién creen que soy?
De pronto el dolor que me había atacado temprano regresa y con más fuerza que antes, ahora sí no creo que sea por el desayuno, estoy casi segura de que me ha llegado ésa fecha del mes, y en la peor situación posible. Ruego al cielo no haber comenzado a manchar para no pasar una vergüenza frente a Landon. Ésto es lo peor que me puede haber pasado en la vida, comienzo a escribir desesperada a mis amigas, pero ambas están ocupadas. ¿En serio? Hace cinco minutos estaban hablando conmigo sin demostrar que estuvieran haciendo algo y ahora que las necesito no pueden rescatarme... Demonios. ¿Qué puedo hacer? Lo único que se me ocurre es correr al baño de Landon, me da igual que sepa o no que utilizaré su baño, él estará en el de su habitación. Me encierro en la pequeña habitación y respiro varias veces para calmarme, hago una pequeña revisión, y sí, he comenzado a manchar justo ahora. Lo bueno es que mi pantalón es negro, y que no ha sido mientras estaba sentada en el sofá. Dios, como odio pasar por ésto. ¿Ahora cómo le explico a Landon...?
Oigo la puerta de su habitación abrirse y mi respiración se acelera. Sólo espero que no...
— ¿Abby...? ¿Dónde estás? —rayos, sé que me está llamando desde la sala, pero, ¿Que puedo hacer? No puedo quedarme en el baño para siempre. Tampoco quiero que piense algo erróneo. Quiero que la tierra abra un hoyo, me trague, y me escupa en el lugar más lejano posible. Hago lo que siempre había hecho de niña para éste tipo de situaciones y giro el pomo de la puerta con una total delicadeza. Salgo a paso lento a la sala, y me lo encuentro con unos shorts deportivos que hacen que sus piernas se vean... Dios, por poco olvido la situación que estoy pasando. Su cabello sigue húmedo por la ducha y me provoca acercarme a él y peinarlo. Pero no, tengo que concentrarme.
— ¿Estás bien? Estás blanca... Más que de costumbre —me dice y se acerca a mí, pongo mis dos manos en frente de mí a modo de escudo. De pronto uno de los cólicos me ataca y me hace doblarme de dolor, mis manos viajan a mi vientre y noto la preocupación en el rostro de Landon. — Abby, ¿Qué pasa? ¿Te sientes bien? ¿Quieres que llame a alguien? —por culpa del dolor no puedo responder ninguna de sus preguntas. Me toma de las caderas y me dirige al sofá nuevamente, niego frenéticamente con la cabeza. Entonces se detiene. — Necesito que me digas que pasa, Abby, no sé qué hacer...
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Enamorada de él
RomanceAbby creía que cada chico que llegaba a su vida podría ser el indicado, pero luego de fallar unas cuantas veces, decide rendirse en encontrar el verdadero amor, como lo llaman por ahí. Entonces, con su timidez, y dificultad para confiar en un chico...