Capítulo 7

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POV Viktor

Cuando aparqué en casa de Yuuri a la mañana siguiente, él y su hermano estaban parados en el patio de adelante con sus brazos cruzados mientras tenían su atención pegada en la casa que estaba cruzando la calle. Luka y Sophie entraron por su cuenta, así que caminé y me paré junto a Yuuri. "¿Qué estamos mirando?" Las palabras apenas habían salido de mi boca cuando Sara salió de su casa con sus sábanas en la mano. Las arrojó furiosamente en un bote de basura y les prendió fuego antes de gritar y regresar adentro.

"Ha estado con eso toda la mañana," dijo Yuuri. "Aparentemente no sabe cómo usar una lavadora, porque eso quita el polvo pica-pica."

"¿Como que eso hace que se antojen unos s'more, no?*" dijo Yurio. "Iré por los malvaviscos." Se dio la vuelta y entró.

Sara salió de nuevo con el brazo lleno de ropa. Gritó de nuevo y los arrojó al cesto, haciendo que las flamas se hicieran más altas. "¿Quiero saber?" pregunté.

"Idea de Yurio. Sara nos echó a la policía, así que entramos a su casa y rociamos sus cosas con polvos pica-pica," explicó Yuuri despreocupadamente.

Asentí. Sabía que tenía que ser algo como eso. Era aterrador cómo las cosas que hacía empezaban a tener sentido para mí. "Mamá accedió a cuidar a los niños esta noche. Ella y papá quieren llevarlos al Chuck E. Cheese's.*"

"Mierda." Esa no era la reacción que estaba esperando. Yuuri se giró rápidamente hacia mí. "Viene para acá." Eso me hizo sentir un poquito mejor.

"¡Esto es un ultraje!" gritó Sara mientras se acercaba. Su cara tenía tres tonalidades de rojo.

"Lo sé," contestó Yuuri, sonando completamente escandalizado. "¡No puedo creer que hayas besado a mi hermanito!"

Yurio escogió ese momento para aparecer con una bolsa de malvaviscos y un gancho para la ropa. "Hey, Labios Candentes."

"Yo... él..." balbuceó Sara. Entonces gritó otra vez y se regresó a su casa.

Yuuri suspiró. "Amo este vecindario."

No pude evitarlo, pero miré boquiabierto a Yurio. "¿Besaste a Sara?"

Se encogió de hombros. "Tienes que hacer lo que tienes que hacer. Y no planeo hacer repeticiones instantáneas tampoco. No importa lo que ella diga, yo creo que se corrió." Yurio se estremeció ante la idea.

"Más te vale no volverlo hacer. De otra manera, habrá un montón de tipos enojados en este pueblo," advirtió Yuuri.

"No puedo creer que dejo a mis niños con ustedes," los molesté. "Mamá vendrá a recogerlos a las cuatro. Yo vendré por ti a las cinco."

Cruzó sus brazos encima de su pecho. "¿A dónde vamos?"

"A una cita. Que tengas un buen día," lo besé en la nariz y me alejé, sonriendo cuando lo escuché resoplar de molestia detrás de mí.

Cuando llegué a la oficina, encontré a Emil en el vestíbulo con sus pies apoyados en el escritorio y con un libro en sus manos. Estaba tan concentrado que ni siquiera se dio cuenta de que entré. Eso era muy anti-Emil. "¿Perdiste una apuesta o algo?" pregunté.

Casi se cae de la silla de la sorpresa tan grande que le di. "¡Hermano! Ni siquiera te escuché llegar."

Le di un vistazo rápido al libro que traía antes de que pudiera esconderlo. Mis ojos se dilataron ante las palabras que saltaban de la página. "¿Estás leyendo una barata novela de romance? ¡Emil, esto es erótica! ¿No tienes suficiente de Mila?

"Fue ella la que me lo dio," dijo, regresando a su lectura. "Quiere intentar un pequeño juego de rol, así que estoy leyendo sobre mi personaje. Soy un sexy hombre de la montaña."

Katsuki Yuuri: SecuestradorDonde viven las historias. Descúbrelo ahora