T r e c e.

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La mañana siguiente llegó y WooYoung fue quien se despertó primero con su pequeño acurrucado entre sus brazos, saber que sus sentimientos ya no eran infundados le traían una calma inmensa, pero a su vez le preocupaba demasiado lo que pudiese pasar desde ese momento en delante ahora que ambos habían decidido estar juntos, si bien su familia seguramente se espantaría, pero no le abandonaría ya que realmente su familia lo apoyaba en sus propias decisiones. Sin embargo, la familia de San era un poco más estricta y ambos temían la reacción que estos pudiesen tener al saber que el alma gemela de su hijo era un hombre y no una chica.


Casi por inercia, acurrucó al chico entre sus brazos, acariciando los cabellos del mismo con cuidado mientras este dormía plácidamente contra su pecho, buscando protegerlo de sus propios pensamientos, le asustaba lo que pudiesen decir en la ciudad y tal vez es por ello que le apretó con cuidado entre sus brazos.



—No permitiré que te hagan daño, bebé.



Murmuró para el menor de ambos, dejando un casto beso sobre su frente, tratando de pensar en una manera pacífica para afrontar las cosas, donde su chico no saliera lastimado de ninguna forma.


Este se encontraba tan sumergido en sus pensamientos que cuando su acompañante se removió al momento de despertar, este finalmente bajó la mirada hasta encontrarse con la suya.



—Buenos días, amor.



El tono meloso de su acompañante sin dudas le hizo sonreír de forma bastante amplia, dejando un casto beso sobre su frente a modo de saludo, consiguiendo a cambio que el menor se aferrara entre sus brazos.



—¿Dormiste bien, bebé?


—Mh, dormí tranquilo.



WooYoung se negaba totalmente a soltar al menor de ambos, tratando de mantener a su acompañante protegido entre sus brazos, siendo el menor de ambos el que decidió aferrarse a su lado con cuidado y así mantener el abrazo, tratando de evitar cualquier sentimiento negativo que este pudiese llegar a tener, dado que esa noche San había estado realmente ansioso y aunque el mayor quería llenarlo de besos y cariño, sabía que debía darle su espacio a su acompañante y esperar a que él tomara sus tiempos para que este pudiese sentirse cómodo.


Estuvieron cerca de media hora juntos acurrucados en la cama, en total silencio, donde solo se escuchaba la tranquila respiración del menor ante las caricias que su acompañante le estaba brindando.



—Amor, ¿Crees que nos vayan a dejar solos?



WooYoung bajó la mirada en dirección al menor de ambos cuando este habló, no tenía una respuesta a su pregunta, y es por ello que tardó en poder hablar nuevamente para él.

Soulmate [WooSan]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora