Capítulo 6

253 10 7
                                    

Hace 3 años...

<< Finge ser fuerte hasta que tu misma lo pienses>>

Esa frase marco mi vida.

Hace un rato, estaba perdiendo el tiempo viendo publicaciones de Instagram, y de repente... la vi. No sé si realmente pueda funcionar, pero, no tengo nada que perder así que... por qué no intentarlo?

Si finjo ser ruda, nadie más me podrá hacer daño.

Si finjo ser dura, nadie se acercará lo suficiente a mí como para lastimarme.

Si finjo no tener sentimientos, nadie los tendrá por mí y no podrán hacerme pedazos de nuevo.

Si finjo no enamorarme de nadie, nadie más me romperá el corazón, como lo hizo Jess.

Si finjo que no me interesa la gente, nadie se podrá acercar demasiado como para notar todas mis heridas y lo podrida que estoy por dentro.

Si finjo...

Tal vez, fingir sea la solución a todos mis problemas.

O espero que lo sea.

Me despierto y estoy decidida a cambiar. No volveré a permitir que nadie me haga menos, me haga daño, me insulten o me pasen por encima. Y si por esto tengo problemas, no me importa.

Tengo que reconocer que tengo miedo. Los cambios nunca han sido de mi agrado, pero simplemente tengo que fingir que no lo tengo, hasta que yo misma me lo crea. Así de sencillo.

Siempre me he vestido con colores oscuros, sin embargo, tengo un nuevo estilo en mente. Un poco más....rockero? quiero usar cadenas, pantalones rotos, blusas con frases raras y chamarras de cuero. Tengo unas botas Dr. Martens que quedaran genial con mi nuevo estilo.

Voy a mi armario y busco lo que me pondré hoy. Al final me decido por unos pantalones negros (no están rotos, pero servirán), una blusa de Simple Plan, mis botas y una chamarra de cuero negro que encontré en el armario de mi mamá. No tengo cadenas, pero ya compraré unas luego. Nunca me he atrevido a usar las blusas de mis bandas favoritas porque todas son viejas y a muchas personas no les gustan, sin embargo, hoy me pongo la que más me gusta. Nadie va a decirme que debo y que no debo vestir, si les gusta, que bien y si no, también.

Al llegar a la escuela parece que nadie nota mucho mi "cambio de look" Cosa que en parte agradezco, nunca me ha gustado ser el centro de atención. Siempre he pensado que entre menos personas entren a tu vida, menos personas podrán lastimarte.

El maestro no ha llegado, así que me siento un rato en las bancas de el patio a esperar a que lleguen mis amigas. Pienso en sacar un libro para matar el tiempo, pero mejor lo guardo. Las chicas rudas no leen, aunque si lo hago en mi teléfono nadie se dará cuenta.

-Por qué tan dark Georgia? A caso te volviste una Badgirl? Que patética.

La voz de Tristan llega a mis oídos. Es tan odioso. Lleva molestándome desde primero de preparatoria, siempre es un grosero y trata de hacerme menos. Lo bueno es que tengo unas cuantas amigas que me defienden. Pero, sorpresa! Ya no necesito que me defiendan.

Alzo la mirada, pues me saca unas dos cabezas fácilmente, y miro sus ojos avellana, el cabello le cae por uno de los ojos pero rápidamente pasa una mano por este para acomodarlo.

-Que te valga como me visto, pendejo. Mejor métete tus comentarios por el culo.- Tomo mi mochila y me voy lejos de él.

Creo que nunca le había dicho una grosería a alguien en la cara. Se sintió extrañamente bien. Y lo mejor fue ver la cara que puso. Todos están acostumbrados a la débil, buena y tímida Georgia. Pero ya no existe más.

De acuerdo, si existe, pero no para ellos. De ahora en adelante ellos sabrán de mí lo que yo quiero que sepan.

Sin detenerme más, entro al salón de clase.

No ha llegado Alice, con la que suelo sentarme en la mayoría de las clases, así que pongo mi mochila en la silla de al lado para guardar su lugar, espero que no tarde tanto.

Suena el timbre que indica que han empezado las clases y Alice todavía no ha llegado.

El profesor pide silencio a la clase y empieza a hablar del tema. Francamente no me interesa nada y tengo en la cabeza demasiadas cosas como para ponerle atención, así que me dedico a mirar por la ventana.

Un portazo me saca de mis pensamientos y hace que me sobresalte. Todas las miradas, incluida la mía, van directo a la puerta.

-Lo siento, ha sido el aire. -Tristan sonríe.

-La clase ha empezado hace veinte minutos, señor -El maestro señala su reloj.

-Lo sé, había demasiado tráfico y apenas he llegado- Es un mentiroso, lo acabo de ver hace un rato.

-Puedo pasar ya?

-Si, pero que sea la última vez.

-A la orden capitán- Su actitud del niño gracioso hace que me den ganas de vomitar. No puedo creer que llegue a pensar que me gustaba. Gracias a dios se me quito al poco tiempo.

Avanza y busca un lugar donde sentarse hasta que su mirada se posa en mí. Yo empiezo a rezar para que no se siente conmigo.

Mis esperanzas se van a la mierda cuando se para frente a mi mesa.

-No está ocupado cierto?- lanza su mochila sobre la mía.

-De hecho es el lugar de Alice, la estoy esperando.

Toca su barbilla con un dedo como si estuviera pensando.

-Creo que ya no llegará.

Ya me está hartando y no lleva ni cinco minutos a mi lado. Respiro profundamente y pongo mi mochila del otro lado. Saco mis cosas y comienzo a hacer apuntes sobre lo que dice el profesor. Ahora no tengo nada mejor que hacer gracias al troglodita que tengo al lado.

Él, por otro lado no saca nada. Lo bueno es que tengo más espacio en la mesa para poner mis cosas. A veces son muy pequeñas para dos personas.

-Chist -Tristan me habla pero no pienso hacerle caso. -Chist.

-Hey Georgia- no parece callarse así que volteo a verlo.

-Qué chingados quieres Tristan? -Pongo los ojos en blanco.

-Qué ha sido esa reacción de hace rato y ahora también? Por qué ahora dices groserías y te vistes como una "chica mala"? -Usa dos dedos de cada mano para simulas unas comillas.

-No tengo por qué darte explicaciones. A nadie, y mucho menos a ti que te has pasado todo el tiempo molestándome y haciéndome sentir mal, sabes? me has hecho mucho daño y ya estoy harta, harta de ti y de toda esta jodida escuela. Así que te puedes ir directo a la mierda con todo y tus pendejadas.- No me di cuenta en qué momento comencé a alzar la voz, pero cuando termino mi "discurso" toda la clase esta viéndonos, incluido el profesor.

-Yordanka O'Connor, a la dirección.

Oh genial. Ni siquiera me molesto en guardar bien mis cosas, lo único que quiero es salir de ahí lo mas pronto posible. Estoy por cruzar la puerta cuando de repente me giro.

-JODETE TRISTAN – le grito con todas mis fuerzas y cierro la de un portazo. Se pueden oír los "Ohh" desde afuera. Estoy un poco alterada, nunca había hecho algo así y nunca me habían mandado a la dirección, sin embargo no me arrepiento de nada.


FingirDonde viven las historias. Descúbrelo ahora