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L-lo siento mucho, lo que dije fue muy inapropiado, perdón, yo... A pesar que espere este momento tanto tiempo, enserio disculpame.

Recogió el bote de pintura y miró con una expresión de terror la ropa de Katia.

Perdón, por mi culpa te manchaste de pintura.

Su tono era de arrepentimiento. ¿Cómo era posible que actuará absolutamente tierno a pesar de lo que acaba de decir?

Katia regresó del shock y vio su ropa totalmente manchada de pintura.

Oh Dios....

Fue lo único que pudo articular.

Por favor, acepta mi suéter como disculpa, puedes cambiarte la playera y yo la lavaré para mañana.

Se inclino pidiendo perdón.

¿En tu cultura están acostumbrados a disculparse prestando suéteres?

Bruno la miró y negó.

N-no, lo siento, solo intenté ayudar.

Katia se sintió mal por haberle hablado así.

Rayos... Está bien, prestame tu suéter.

Bruno inmediatamente se quito el suéter que tenia puesto y se lo entregó.

Me voy a cambiar, ahora vuelvo.

Dijo Katia saliendo del club de dibujo.

<<¿Qué mierda fue todo eso? >>

Tal vez Bruno se veía tierno pero realmente era raro. ¿Gustarle? Pero si lo acaba de conocer.

Se sacó la playera y se puso el suéter. Vaya, olía muy bien. Se quito ese pensamiento de la cabeza rápidamente y regresó al salón.

¿Por qué dices que te gustó?

Le preguntó mientras se recargaba en el umbral de la puerta.

Bruno se levantó y pasó su antebrazo por la frente, se giro a verla, sus manos estaban manchas de pintura al igual que el trapo que tenía en la mano izquierda.

Así que no te acuerdas de mi. Bueno no esperaba que lo hicieras solo hablamos pocas veces.

Katia lo miró desconcertada y entre cerró los ojos tratando de recordar.

No estoy captando la idea.

Mi nombre es Bruno Hamasaki Ruiz... ¿Vaya combinación no?

Bruno rió, su tono comenzaba a ser más grave y se fue acercando lentamente a Katia, como si tuviese miedo de que escapará.

¿Aún no te suena familiar? Mis padres se vinieron a vivir aquí, desde segundo de preparatoria. Yo aún no sabía mucho español y mucho menos conocía las costumbres de aquí. El primer día de clases estaba perdido. Pero una linda chica de cabello rojizo me ayudó, iba junto a su novio y ella le dijo que me ayudaría. Katia Ramírez, 17 años. Realmente me sentí aliviado de que me ayudarás.

Katia comenzó a hacer memoria, ¿Bruno era el pequeño japonés que estaba en su preparatoria?

Eso era imposible su antiguo compañero era mas bajito, delgado, usaba lentes, tenía el cabello más largo y en un corte de honguito bastante gracioso.

Bruno le saca una cabeza de altura, su cuerpo es delgado pero se ve que se ejercita, el cabello tiene un corte distinto y no tiene lentes.

Se le quedó viendo, tratando se encontrar similitudes.

¿La adolescencia puede hacer milagros no?

Dijo y terminó de acercarse a ella.

¿Dónde quedó el Bruno tierno de hace unos momentos?

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Multimedia: Fuego- Eleni Foureira.

Derramen miel y rosas 🌹🍯

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