21🌬️

1 0 0
                                    

Tenía que hacerlo, tenía ue explicarle a Katia lo que había sucedido. Su mundo daba vuelta desde que se fue de su casa. Sabía que había tomado la desición incorrecta en el momento menos indicado. Y quería explicarse.

Se habia dado cuenta de algo.

No quería perder a Katia.

No quería verla con nadie más.

Y sabía que para eso, tendría que demostrarlo con hechos, no sólo con palabras como lo hizo la última vez.

No podía negar que le daba miedo en un principio, pero después de pasar tres veces por el pasillo y observar a lo lejos a Katia riendo y siendo abrazada por aquel chico que se la llevo en la mañana, su sangre hirvió. No hizo falta pensarlo dos veces.

Se encaminó hacia el salón de Anna y la vio justo saliendo. La tomó del brazo.

Necesito hablar contigo.

Anna se soltó de su agarre.

Lo que tengas que decirme, dilo aquí, no pienso seguirte a ningún lado.

—Créeme que esto quieres saberlo en privado.

Romero cerró los ojos, frustrado, comenzaron a llamar la atención otra vez de varios.

Ya es demasiado tarde, ya nada es privado, gracias a la mojigata con la que te besaste.

Romero intentaba mantener la calma, aunque se le hacía muy difícil.

Subió la mirada y observó como Katia miraba hacia su dirección escondida detrás de aquel chico. Sentía como los celos, la desesperación y la impotencia lo iban asfixiando.

Bajo la mirada.

¿Entonces.... Qué quieres decirme? ¿Qué te perdone? ¿Qué eso no pasó?

—Esto se termino Anna

Su voz no salió lo suficientemente fuerte como esperaba, realmente sentía que le faltaba el aire.

¿Qué?

Romero volvió a mirar hacia la dirección de Katia y observó como el chico pasaba un brazos sobre sus hombros y comenzaban a alejarse.

<<No... No te la lleves, no la toques, no la robes, yo.... Yo me enamore de ella>>

Miró de nuevo a Anna y tomó aire.

Intente creer que a pesar de toda esta fachada de querer ser popular, eras alguien diferente, que no merecías que te tratasen mal, pero estaba totalmente equivocado. Tu sola te has ganado el desprecio de muchos...

Miro de reojo como Katia se detenía pero se mantuvo de espaldas. Eso le dio más fuerza de seguir.

Has perdido a verdaderos amigos y amigas todo por un sueño que ni siquiera lograste y no creo que lo consigas....

—¿Sólo querías humillarme?

—No, quería ser sincero contigo, decirte todo lo que no podía por tenerte respeto y por tenerte lastima. Esto se terminó Anna, ambos nos destrozamos y lo sabes tanto como yo, estoy cansado de este juego de ping-pong, cansado de tu actitud falsa y tu apatía con los demás.

—¿Estás terminando conmigo? ¿Después de todo lo que hiciste?

—No Anna, no fui el único en hacer cosas que nos lastimaran y fuiste tu quien comenzó a serme infiel y lo siento, porque yo tuve que terminar ahí las cosas pero no, te quise dar juego, devolverte el daño que me hiciste y perdón porque lo logré. Las cosas pudieron terminar mejor. Y si, estoy terminando contigo.

El silencio que hubo después fue devastador. Nadie se movía, nadie susurraba.

Pero yo...

—Lo siento mucho Anna, en verdad te pido disculpas por lo que hice yo. En verdad espero que te des cuenta que tu actitud nobte llevará a donde más anhelas.

Romero acomodo su mochila en su hombro. Las personas comenzaron a susurrar.

Miró a Katia, ella ya se había girado y veía todo sorprendida, se notaba que sus ojos albergaban varias lagrimas que se negaban a salir, él comenzó a caminar hacia ella. Ella comenzó a caminar de espaldas, alejandose, tomo la mano del chico y se giro para luego salir corriendo del pasillo.

<<¿Acaso ya es muy tarde para recuperarte Katia? >>

------------------

Multimedia: Dos extraños- Danna Paola

Derramen miel y rosas 🌹🍯


AgridulceDonde viven las historias. Descúbrelo ahora