Sharam The Prince False

Reino Mahgaf 915 a. C y L

En un reino al otro lado del desierto de Lenad yacía un joven príncipe derrocado cuyo título y nombre fue arrebatado revocado a que por orden del Rey Legaf fue apodado Príncipe Falso, a la vez fue desterrado de sus tierras en una batalla que tuvo lugar hace dos años en el reino de Mahgaf por el Rey Behrooz y el legendario guerrero de lenodes Legaf concluyendo con la muerte de Behrooz y terminado así con toda la familia real los detalles de esta batalla son pocos claros y borrosos tanto para todos como para el mismo Príncipe.

Ya ha pasado dos años desde que nadie llama al príncipe por su nombre de nacimiento que con tanto amor le nombro su amada madre Cyra, este mismo ha olvidado el significado y el sonido de su nombre y solo recuerda el que le puso Legaf para recordarle que el ya no sería nunca más un rey y tampoco un príncipe Sharam el príncipe falso retumba por su cabeza.

Este paso de ser un príncipe de cuna de oro vestido en pieles de seda a ser un soldado de la legión asmik de mahgaf con la intención de que muriera en batalla así Legaf no tendría que gastar en gastar o afilar una daga para eliminar a Sharam.

Pero resulto que Sharam fue un guerrero hábil con la espada ya que luchaba con la idea de ser el mejor para un día reclamar el reino que le fue arrebatado y hacer honor a su familia, Sharam lucho muchas guerras a nombre del Rey y muchas veces regresaba a casa con los cascos de color rojo carmesí.

Con todo el dolor de su alma se arrodillaba ante el rey Legaf, pero Legaf asumió que si tenía mucho tiempo a Sharam el descubriría algún punto débil del reino así que se anticipó a desterrarlo del reino de Mahgaf.

El joven guerrero lucho para que no le sacaren de su amado reino pero la palabra del rey es la ley fue escoltado hasta las puertas del reino por el camino más largo como humillación para que todo el pueblo de Mahgaf viera que los días del anterior rey acabaron y que su nuevo orden seria él y nadie más que próxima generación.

Sharam fue encadenado, escotado y golpeado por los lacayos ahora soldados reales del nuevo rey Legaf, la gente de Mahgaf se hacía presente en las calles donde iba pasando el joven príncipe, el rostro de él joven no se podía apreciar por su melena humedecida y larga que cubría su cara.

El solo miraba lo multitud con el rabillo del ojo intentaba ver la multitud, unos lloraban, otro se tiraba al piso llenos de desesperación, otros simplemente no lo creían a otros le daba igual, la noche estaba por caer, el rey que llegaba a las puertas de oro del reino en su carrosa real he en plata con detalles de oro con los guardias del antiguo rey el joven estaba en atado por las patas delanteras y fue arrastrado hasta las puertas dejando una marca que las herraduras de bronce marcaba sobre el suelo de piedra de las calles del reino.

Mientras tanto unos de los antiguos guardias reales organizaron unas alforjas de víveres unas prendas del armario del aposento real, con unos recuerdos de su familia y las llaves que lo desencadenaban para el joven príncipe sin reino, estos sabían las intenciones del rey y no era nada buenas hacia Sharam.

El rey ordeno que tiraran a Sharam a 5 metros de la puerta y que no le desencadenaran muchos de los lacayos cuestionaron la palabra del rey.

_ ¿Pero señor?

Este dijo _ ¿Qué osas decir algo en contra de mí?

_ ¡no! dijo triste el lacayo

Estos tiraron a Sharam en la arena caliente del desierto con la noche ya sobre ellos atados de las patas delanteras, cuando el lacayo se disponía a alejarse de Sharam levanto su hocico del suelo para verlo mejor de quien se había preocupado después de tanto tiempo, pudo observar que era un joven poni terrenal de cuerpo café con melena negra casi de su misma edad y le pregunto,