Juliette Eidem-
Estos últimos días estaban siendo un infierno. Meterse con Jake era prácticamente asumir una derrota de antemano, así que en casa las cosas se tranquilizaron tras haberme llenado de pintura cuando iba a ducharme. La Universidad era otra historia, siempre me había gustado, pero ahora ya no quería levantarme para asistir. Me daba miedo pasear entre el resto de alumnos que me observaban como si fuera el bicho raro que tenía relación directa con Jake. Las compañeras de clase colocaban las mochilas bloqueando las mesas cercanas, obligándome a irme a los asientos más alejados.
Todo se estaba complicando desde que Jake vino a casa y mi amiga junto a mi hermano me habían dejado sola. Sentía un malestar en el estomago cada vez que llegaba a la Universidad, ganas de salir corriendo y no volver a pisarla hasta que volviera Asuka. Jake sin embargo seguía igual, bueno... no tan igual, últimamente una chica preciosa le rondaba y él parecía alegre estando a su lado.
Por suerte, Tom venía todas las mañanas y se quedaba a mi lado hasta que entraba a clase. Me sabía mal por Tom, ya que últimamente siempre llegaba tarde por mi culpa, todo por cabezón y querer entrar conmigo. Se lo agradecía de todo corazón, realmente me ayudaba mucho saber que alguien estaba ahí.
La mañana del lunes fue la primera vez que percibí aquel cambio en todos los alumnos, incluso en Jake, el cual hablaba animadamente con aquella chica ¡A la cual ni se dignó a presentarme! Me senté en la mesa de siempre y saqué un libro, aunque miraba por encima para comprobar que hacía Jake. Parecía tan contento con ella, se reía, le explicaba cosas y mantenía una mayor conversación que cualquiera de las que hubiera tenido conmigo. ¿Celos? Sí, fue uno de los primeros sentimientos en salir. Tom vino a hablar conmigo y tuve que centrarme en él perdiendo de vista mi objetivo.
~ ¿Qué tal has dormido? – me preguntó Tom
~ Bien, gracias.
~ verás... tengo dos entradas para ver un partido de hockey y me preguntaba...
~ de acuerdo.
~ ¿vendrás? – me preguntó extrañado.
~ claro.
~ pasaré a buscarte a las cinco y media.
~ Te esperaré.
Tom se fue de mi mesa contento y yo cambié mi talante serio a sonriente. Para ser sincera, Tom era todo lo que una chica podría desear, listo, divertido, atractivo y aunque no se le daba muy bien estudiar, su padre era un gran empresario, así que el obtendría seguridad en la vida. Muchas chicas querían estar con él, bueno... con él como con cualquier deportista de la Universidad.
Cuando volví a levantar la cabeza hacia la mesa de Jake, ambos habían desaparecido, así que me levanté para alcanzar de nuevo a Tom, el cual se sorprendió. Le sonreí para que no pensase que había cambiado de opinión y le comenté mis dudas.
~ Tengo una pregunta – le dije a Tom
~ claro, dime.
~ Esa chica nueva...
~ ¿La que va con Jake?
~ sí.
~ Juliette... código de hombres, no hablamos de los asuntos de nuestros compañeros – me comentó.
~ solo el nombre.
~ Alexandra.
~ gracias, eres un encanto.
Le di un beso en la mejilla y le vi ponerse completamente rojo. Era un chico increíble, aun con su "código de hombre" y ese "no puedo decirte nada". Desde luego respetaba a sus compañeros y todo lo referente a ellos. Cuando vio mi sonrisa es cuando empezó a sospechar que algo tramaba.
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Inframundo Tomo 1: La venganza contenida (Original)
Ciencia Ficción"Inframundo: La venganza Contenida" es el primer tomo en el que se narra la historia de una joven universitaria de San Petersburgo llamada Juliette Eidem, en cuya vida entra a formar parte un chico misterioso del que quedará completamente enamorada...