Capítulo 1: Nunca antes me había pasado esto...

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Y ahí estaba, cigarro en mano, ojos clavados en los de Laura y esperando la información que desliaría el nudo que tenía mi cabeza de los hechos de aquella noche.
- Vamos Laura desembucha cielo, que me estoy poniendo más nerviosa que la primera vez que besé a un chico.- le dije con una voz de pesadez y cara de pocos amigos, estaba muy muy nerviosa...
No tenia ni idea de lo que me venía encima.

Laura se encendió su pitillo y empezó a hablar, como si estuviera muy decepcionada conmigo.
- A ver Sofía, por donde empezar. Llegamos a la discoteca a las nueve y media, entramos, bailamos y tal...- ese tal le salió tan largo que me ayudó a desesperarme un poquito más por saber lo que pasó. - Me suplicaste que te pidiera alcohol, ya que a ti te falta un año para ser mayor de edad, y empecé pidiéndote un vodka caramelo, pero tú dale que dale y seguías pidiéndome más, así con los pegos, te bebiste cinco cubatas de vodka...- me dijo muy decepcionada, la verdad que si ella no me los hubiera pedido no me hubiera puesto borracha como una cuba, pero Laura era así de blandita y una se la llevaba al huerto como quien no quiere la cosa

-¿Entonces que pasó? Vamos tía sigue contándome, no creo que no pasara algo más.-estaba totalmente segura que acabe revolcándome por algún suelo vete tu a saber donde y que acabe bebiéndome el agua hasta de los charcos.
Laura como si hubiera escuchado mis pensamientos me dijo a lo bajini y una sonrisilla en la boca:
- Aún no sé como no te bebiste los charcos, pero bueno al menos cumpliste con la profecía de tirarte por el suelo, parecías un cochino revolcándose en el barro.- Las dos nos reímos a carcajadas pero yo seguí insistiendo en que no terminaba de contármelo todo, le preguntaba también si me había liado con algún chaval de allí o algo más.
-Bueno la cosa es que...a las once te me perdiste de vista, me dijiste que ibas a la barra a por un vaso de agua y no te vi más.- ¿Como qué no me vio más? ¿Entonces?¿Qué fue de mí?¿Cómo llegue a casa? ¿Quién me llevo? Todo pintaba bastante mal.

-Laura, ¿pero como qué me perdiste de vista, volviste a verme antes de irme a casa o algo?- Ella encogió los hombros y negó con la cabeza un poco inquieta, no quería echarle la culpa de nada, pero...anda que perder a una amiga en plena fiesta, que responsable era por dios.
-Sergio estaba conmigo y tampoco sabía en donde te metiste, él también estaba borracho como una cuba pero aún consciente de lo que hacía Sofía, después te llamábamos juntos pero se te apagó el móvil.- Dijo Laura justo cuando estaba sacando el móvil de su riñonera (casi siempre llevaba esa maldita riñonera negra de cuero). Le estaba llamando Sergio
-Mira hablando del rey de Roma- me puso el móvil en la cara, por casi no me quedo bizca con un aire.

- ¡Hola cielo! Si vente si quieres, estamos hablando de lo que paso ayer por la noche, Sofía no se acuerda de nada y estamos intentando buscar una respuesta a esta graaan incógnita. Vale si vente, te esperamos, estamos en el bar de siempre de la corredera. Xao bb!

Nosotras seguimos preguntándonos de que podría haberme pasado anoche, quince minutos después apareció Sergio saludándonos con un beso en la mejilla como siempre.
-Hola chicas!, joder parecéis detectives a punto de cerrar un caso.- nos dijo riéndose y retocándose el tupe rubio que se debía cortar ya si no querría parecer tener un nido de golondrinas puesto en la cabeza.
-Haber Sergio, tú sabes algo de lo que me pudo pasar ayer, una hipótesis, un presentimiento un algo.- le pregunte pellizcándome el puente de la nariz mirándole desesperada.
-Ni idea cari, no soy adivina pero seguramente podrías haberte ido con un chico, o podrías haberte quedado llorando en un banco de alguna calle o vomitando, vete tu a saber.- puso los ojos en blanco y para rematar añadió -estas loca Sofía cualquier día de estos te meten en una furgoneta y te descuartizan para después vender tu carne al mercado negro.- que humor tenía Sergio eh...de lo más. Le puse una cara de o te callas o te guanteo. Estaba asustada, me intuí enseguida gracias a las ideitas de Sergio que o me había quedado sentada en un banco vete tu a saber si llorando, vomitando o dormida, o me había ido a mi casa andando, cosa que llegue tan tarde porque estaba muy desorientada.

Lo demás era conversaciones de como a Sergio ayer le miro un chico bastante guapetón, Laura se paso el Instagram con unos cinco o por ahí y que yo dejé de dar señales de vida a partir de las once. Nos despedimos, eran ya las dos del mediodía y yo tendría que irme a comer con mis padres a algún lugar, como era de costumbre un sábado.
- Llamadme esta tarde y decirme que planes tenéis, aún es sábado y yo terminare la comida transcendental con mis padres alrededor de las cinco, avisadme con antelación, no me seáis malas.
Me miraron y me lanzaron un beso y un adiós canija que no podía faltar, la verdad aún sigo sin entender porque me llamaban canija si en verdad no lo estaba, en fin.

Me marche de la corredera hasta el punto de encuentro que me dijo mi padre, que si pudo recogerme, y después nos fuimos a recoger a mi madre.

¿Qué me podría a ver pasado anoche?¿Y si conocí a alguien? Peor aún, ¿y si me enrollé con él? Oh dios mio...

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