Vengo pronto. Aférrate a lo que tienes para que nadie te quite la corona. Apocalipsis 3:11
La noche transcurre sin inconvenientes bajo el continuo vaivén de las ondas en la fiesta. Sara se encontraba muy a gusto en aquel momento. Para ella, era la noche mas importante del año.
Pronto acabaría la fiesta, y tendría que volver a sus estudios para no perder esa calificación perfecta que llevó desde siempre.
La comida duró exactamente lo que esperaba. Y las personas a su alrededor aún se estaban divirtiendo. Por lo que no dudó ni un segundo en introducirse entre aquella muchedumbre alcoholizada a bailar. Sus amigas le insistían en lo espectacular que resultaba la velada antes de tener la necesidad de ir irremediablemente a los baños para evitar montar una escena.
- Fue todo perfecto. - Se dijo a sí misma la joven llegando al taxi que la llevaría de nuevo a su apartamento.
El trayecto fue más corto de lo que esperaba. Pues pasó la mitad de él durmiendo sin prestar atención a su entorno.
Fuera del vehículo las calles permanecían completamente vacías para ser hora punta. Pero eso al taxista le venía estupendo.
Subió las escaleras que le llevaban al tercer piso de su apartamento y sin contemplaciones dejó que el gélido frescor del agua de la ducha recorriera su cuerpo.
Sólo quedaban cuatro horas para que comiencen sus clases. De las cuales pasó dos de ellas estudiando, antes de bajar de nuevo y esperar al bus que debía recogerla.
- ¿Cuánto tardará en llegar el maldito autobús?, a estas alturas voy a llegar tarde .- Expresó elevando el tono apenas cinco minutos pasados de la hora de salida.
El autobús torció la esquina dirigiéndose lentamente hacia la parada en la cual sólo se encontraba la joven. Abrió sus puertas y permitió su acceso para inmediatamente después partir sin demora.
Sara observaba el interior del bus extrañada. No encontraba a nadie, salvo al conductor y a ella misma.
Se colocó sus auriculares para poco después inundar sus oídos de abundantes y extrañas melodías que escuchaban sus compañeras de clase. Y para las cuales ella debía saberse sin ninguna duda.
Divisaba el paisaje sin prisa alguna, observando las pocas personas que salían de sus hogares y un panorama melancólico que le hacía retorcerse en el asiento sin saber muy bien el porqué.
Media hora antes de llegar, el conductor realizó su habitual parada en la salida de la ciudad. Donde una anciana subió con dificultad el escalón y procedió a sentarse justamente frente a Sara.
La universidad se encontraba fuera de los límites de la ciudad. En un gran complejo que iba a ser usado para construir centros comerciales. Pero que finalmente fue empleado en la creación de varias instituciones académicas que abarcaban desde la filosofía hasta la bioquímica.
El viaje se dio por finalizado al llegar a su última parada. Pero sólo la joven se movió de su asiento.
Antes de salir dirigió su mirada hacia la anciana. La cual parecía encontrarse durmiendo. Por lo que avisó al conductor al bajarse del vehículo y continuar su marcha.
Las clases resultaron ser un infierno para los pocos estudiantes que yacían en ellas. El resto no asistió aquel día. Suceso que no pareció para nada extraño debido a la fiesta.
Ignacio repasaba los temas anteriores para dar inicio a uno nuevo donde Descartes iba a ser el culmen del mes.
Ya quedaba poco de la cuarta hora. Mientras, Sara se encontraba charlando con sus mejores amigas. Las cuales optaron por hacer como ella y no perder la calificación por asistencia por mucho dolor de cabeza que tenían.
El profesor se hallaba más fatigado que de costumbre. Y rara era la ocasión en la que no se tomase su tiempo para respirar profundamente hasta que por propia necesidad nos pidió disculpas y se dirigió a la enfermería.
En la cafetería la situación era algo extraña también. Éramos poco mas de veinte personas allí, pero la cola para pedir no disminuía por falta de personal.
- ¿Creéis que será una gripe? - preguntó Laura al grupo de amigas.
- No lo creo, sino nos habrían dicho que no viniésemos a la escuela. Pero no me ha llegado ningún correo... - Sara disminuía el tono con el que lo decía mientras observaba que su móvil se encontraba sin cobertura. - ¿Alguna tiene cobertura?
Sus compañeras echaron un rápido vistazo a sus teléfonos para percatarse de que ellas tampoco tenían.
Un grito procedente de la cocina interrumpió sus pensamientos para dirigir instintivamente sus miradas hacia la fila de personas que impedían la visión.
Varios alumnos salieron disparados hacia el tumulto de gente que poco a poco iba aumentando. Hasta que un segundo grito y un horripilante acto de violencia hicieron que todos los presentes huyeran despavoridos.
El grupo de amigas de Sara no sabía qué hacer. El comedor se encontraba en la segunda planta. Por lo que decidieron salir corriendo del edificio lo más rápido que pudieron.
Los pasillos se volvieron un completo caos, donde los estudiantes corrían y gritaban mientras los profesores y limpiadores instaban a la calma para evitar más incidentes. Nadie sabía qué estaba pasando hasta que varias personas se abalanzaron hacia otras y comenzaron a arañarlos y morderlos hasta la saciedad.
Nadie decía nada ante aquel espectáculo digno de cualquier película de terror.
Sara agarró a dos de sus compañeras e instó al resto a seguir corriendo y ocultarse en algún aula. Estuvieron así durante dos minutos hasta encontrar una instancia vacía. Se trataba del despacho del profesor de filosofía.
Nada mas entrar, cerraron la puerta tras ellas y movieron la gran mesa del despacho para bloquearla.
Todas respiraban con ansiedad. Pero cada una se enfrentaba a esta situación de manera diferente.
- ¡¿Qué hacemos ahora?! -preguntó casi gritando Laura al grupo.
Todas se miraron entre sí hasta que Julia, una de las compañeras más avispadas, y al parecer la única que parecía no estar del todo estresada comenzó a hablar.
- Creo que por el momento será mejor que nos quedemos aquí hasta que se calma un poco la situación. No sé qué está pasando pero...
- Zombies... - Sara interrumpió a su compañera dejando perplejas a todas en la sala
- No puedes estar hablando enserio. -Se dirigió Laura en tono amenazante. - ¿Eres imbécil?, ¿cómo esperas que creamos que los muertos se han levantado para comerse a los vivos?
Silencio...

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Ruidos
Ficção CientíficaUna joven se encuentra en medio de un apocalipsis zombie. Si queréis saber más, leer el primer capítulo :3