Compañera de vida

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Y llegó un día en el que se convirtió en mi droga. Ese día en el que no se alejó de mí en ningún instante, que inundó todos mis pensamientos, dejando todo lo demás fuera de servicio. Tenía nombre, pero en ocasiones ni siquiera quería, o podía, pronunciarlo. Intenté camuflarme muchas veces, pero ella siempre estaba ahí. Se presentó como Soledad, y no sabéis lo puñetera que podía llegar a ser... 

Crónicas de un corazónDonde viven las historias. Descúbrelo ahora