V

1.1K 62 3
                                    

La primera cosa vista al llegar a casa del menor después de que este le llamara prácticamente gritándole que lo quería en menos de diez ahí fue una de sus cejas alzadas y su mejilla siendo empujada por su lengua.
Veía al pelirosa con recelo, pero igualmente lo invitó a pasar, viéndolo caminar libremente hacia la sala. 

—¿Me seguirás mirando así o tengo que adivinar qué pasa por tu asquerosa cabeza? —inquirió el más bajo con tono burlón, sentándose -lanzándose- cómodamente al gran sofá mientras gira su vista a un supuesto enojado Jungkook que al parecer no quería moverse de donde estaba—. Mira que el simple hecho de imaginarme qué piensas me perturba.

Jeon suaviza el gesto y pone los ojos en blanco. Ese tipo de comentarios siempre le causan gracia, pero por más que quiera reír no lo hará, mantendrá su semblante serio y dominante a flor de piel hasta que Jimin le cuente todo.

—Calla, enano...

—Hey —le llama el mayor, señalándolo a modo de advertencia con una sonrisa altanera—. ¿Qué te he dicho de llamarme así?

—Sí, sí, está bien. Esa mirada tuya no funciona conmigo.

Cruza sus brazos y va a sentarse junto a su amigo.

—Hoseok cae ante ella —murmura para sí y se encoje de hombros, centrando toda su atención sobre el castaño—. Bien ¿qué ocurre? Casi nunca me marcas tan exasperado para que venga. ¿Por fin te dignaste a aceptar que soy el amor de tu vida y te me confesarás?

—¡Park Jimin, esto es serio!

—¿Me ves cara de tener siquiera una pizca de seriedad? —se señala a sí mismo con una mueca de obviedad plasmada en el rostro. El contrario lo fulmina con la mirada y no le quedó de otra que tomar compostura ante el asunto que parecía importarle mucho a su mejor amigo—. Bueno, bueno, ya dime.

Ya se imaginaba lo que vendría a continuación, está consciente de que Jungkook podría tener una extraña crisis existencial de algo que haya hecho o dicho impulsivamente, dejándose guiar por los instintos y la curiosidad. Ya había pasado, inclusive con Nayeon; pues la confianza entre ambos era tan grande que Jimin no tardó ni tres días -desde que comenzó la relación de Jeon con ella- en enterarse de que prácticamente todo fluyó en base a un plan, o más precisamente, una apuesta entre el castaño y unos cuantos amigos suyos que tenían vínculo con la chica.
Tiempo atrás, Jungkook no era alguien de estar en relaciones estables, no era una persona celosa ni mucho menos era un hombre que se enamoraba de una chica a tal grado de volverse posesivo en lo que respecta a cuidarla y hacerles saber a todos esos idiotas que quisieran acercarse a ella con más de una intención; que ya tenía novio, ya tenía a alguien a su lado y que no necesitaba a más nadie.
De alguna forma, Nayeon le enseñó a Jungkook a amar, y lamentablemente después de cierto tiempo le demostró que sentimientos nacientes dentro de una relación planeada terminan siendo jodidamente efímeros.
Comenzó como una rueda de la fortuna: la primera vez, al principio es una sensación común y corriente, una simple curiosidad; luego que va girando y subiendo empieza lo atípico, cuando llega arriba puede descubrirse hasta lo más mínimo, se puede ver todo y el momento resulta ser emocionante y eufórico... Hasta que el descenso inicia y la ilusión se extingue.

Su novia terminó engañándolo con otro, y a él no podría importarle menos.

Está dispuesto a subir a la rueda de nuevo por Taehyung, pero esta vez por cuenta propia.

—¿Conoces a Kim Taehyung? —pregunta Jeon inseguro.

—¿El chico de la foto que tú comentaste como si fueses un jodido y asqueroso violador de primera? Sí, claro. ¿Por qué?

—Ok, haré como si no dijiste eso.

El chico bajito soltó una carcajada debido al mohín del castaño, al fin y al cabo, tenía que aguantarse sus bromas sí o sí.

—Lo conocí hoy...

—¿¡Y ya te lo quieres follar!? —vocifera Jimin con una mueca fingida de asombro—. Dios mío, más polla suelta no pudiste haber salido, Kook.

—No es eso, idiota... ¿Recuerdas cuando te comenté que Nayeon estaba pidi- no, rogándome por hacer un trío? —el mayor asiente—. Bueno, resulta que Taehyung es su amante y con quien planeaba hacer ese encuentro...

—¡Yo sabía que esa perra te engañaba! —gritó alzando un brazo y su puño cerrado, mirando algún punto en el techo; anunciando iniquidad. Posteriormente volviendo a su posición inicial—. Y ¿qué pasó con esa propuesta?

Jeon se irguió y caminó, alejándose lentamente de su amigo mientras expulsa una honda y ronca bocanada de aire bañada en frustración. Sus dedos sujetan y tiran levemente de sus hebras marrones, en ocasiones templando más fuerte por un arrebato de ira.

—Acepté... Acepté y no sé qué mierda hacer... —confiesa, aún dándole la espalda a Jimin.

—Hacer el trío ¿no? —comenta obviándose.

Sí, es realmente difícil que se comportara seriamente durante una conversación con ese nivel de severidad.

—O es que-

—No quiero seguir con Nayeon...

Se negaba rotundamente a continuar arrojando amor de donde no hay a esa relación que desde hacía meses estaba tornándose tóxica y ociosa. Creyendo que ese vínculo entre ellos seguía igual que al principio, cuando era todo color de rosa y podían considerarse la pareja más "goal" y perfecta del momento; no, esa era la fachada que después de un tiempo se dignaron a mostrar, ocultando la carencia de confianza, respeto y fidelidad, claro está.
Un capricho del que no quiso deshacerse por simplemente no querer lidiar con él después.
Una mentira que poco a poco lo carcomía, pero no le importó.

Hasta ahora.

𝐓𝐑𝐈𝐎 𝐏𝐎𝐑 𝐎𝐁𝐋𝐈𝐆𝐀𝐂𝐈𝐎𝐍 → 𝐊𝐎𝐎𝐊𝐓𝐀𝐄Donde viven las historias. Descúbrelo ahora