VI

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Si Jungkook realmente quería terminarle -mandar a la mierda- a la chica debía seguir el plan de su mejor amigo y consejero al pie de la letra, o eso requería Jimin.

—Estás loco si crees que haré eso.

—A ver, hermano, es un buen plan. Además-

—Además —le interrumpe, alargando la última sílaba con agobio—, eso sería un poco obsceno de mi parte.

—Obsceno mi culo —ataca—. Es genial, te juro que es satisfactorio deshacerte así de alguien que no hace más que arruinarte la existencia. Es más, en ese momento sentirás la necesidad de hacerlo.

El menor se lo pensó.
"Es genial"; él es genial, muy genial, ¡increíble!
Quiere librarse de la tensión... Sentir satisfacción después de todo no es malo...

Joder.

—Bien... Dime dónde vive.

No es que él se haga mucho de rogar tampoco, y menos si tiene que ver con ese chico...

———

Esperaba que en el momento donde se sintiese sola y no pudiera acudir a su novio iría a donde creía que unos brazos la envolverían y deshicieran su mal estado en el que sucumbió en su hogar que normalmente compartía con Jungkook, quien justo ahora, ya tiene decidido que no volverá a pisar ese departamento repleto de mentiras nunca más; pero era ajena a saber que el dueño de esos brazos ya había renunciado a mentirse a sí mismo al pensar que podía haber dado un paso más -sin tener posibilidades- con ella y que ya no sería la segunda opción de nadie.

O es él, o no hay nada.

Estaba harto de tener que aguantarse las excusas reiterativas de la fémina del porqué no se lograron ver, no pudieron salir y tener un momento íntimo, no se llevó a cabo cualquier convenio que hayan acordado, etcétera; porque sabía que Nayeon cancelaba algunas veces sus salidas por estar con Jungkook.

Ya había concurrido todo lo que faltaba del día anterior y justo ahora se encontraba -por no tener que calarse a Nayeon en su puerta queriendo pasar un rato a su lado- caminando entre todos los locales de comida cercanos a su zona buscando qué comer que no fuese algo preparado por él. Asegura que la comida hecha por alguien más la podía degustar mejor, no porque fuese una persona floja, sino que quería salir un poco de la rutina de tener que cocinarse y estar al tanto de qué preparó y cómo sabrá...

Probar cosas nuevas.

No ha querido -ni quiere- volver a intercambiar palabras con Nayeon, su dignidad ya está muy vuelta mierda por todo lo que ella le ocultó y siquiera volver a cruzar miradas lo destruiría más, no está dispuesto a eso, para nada.
Prefiere dejarla plantada en el sitio, e igualmente, quedarían a mano.

Ah, Jimin es tan buena influencia...

Espera al menos que el castaño lo entienda y no lo odie después si llegan a toparse, no se perdonaría nunca que Jungkook le rechazara cualquier propuesta que pudiese llegar a hacerle en algún futuro lejano.
Aunque, duda mucho aquello, se supone que el tipo es hetero y quiere creer que aceptó sólo por complacer los caprichos de su novia.

Otra vez, que siga creyendo.

—Hola, tigrito...

Decir que no se había cagado por el repentino susurro muy cerca de su oído sería extremadamente calumniador de su parte. La reacción de su cuerpo poco después fue dejada en segundo plano por la vergüenza de haberse sorprendido de esa manera en público, y la molestia por ser tan débil en cuanto a eso respecta. Miró a su alrededor y por suerte nadie le había prestado atención o eso parecía, la risita detrás de él por poco y lo saca de sus casillas.

—Vuelve a asustarme y te dejo estéril, enano —gira sobre sus pies para encararlo.

—Comienzo a creer que tienen un fetiche o les excita llamarme así —asevera engreído, peinando su cabello hacia atrás con sus dedos, haciendo lucir su mirada coqueta—. Aunque no veo la necesidad de no excitarse por mí, soy divino.

Taehyung soltó una risa entre dientes y solo continuó con su camino, claramente esperó a que Jimin se le uniera, y así hizo apenas vio que el menor se alejaba.

—¿Qué haces por aquí? —le pregunta, el pelirrosa hizo un sonido con la garganta, como si estuviese pensando—. Creí que los sábados estarías con tu hermano ayudándolo con su puesto de galletas.

—Vengo de ahí, casualmente las vendió todas antes de que cayera la tarde —comenta—. Está aprendiendo muy rápido de su hermano mayor —afirma honorificándose con un gesto de orgullo.

—¿Les hace ojitos a la gente para que hagan lo que dice, o en este caso, para que le compren? —Jimin borró todo aire de orgullo e hizo una mueca de indignación, formando una 'o' con los labios y su ceño fruncido. Taehyung rió y eso fue suficiente para recibir un manotazo en el estómago que lo que le causó fueron cosquillas.

—No, imbécil, está aprendiendo a ser seguro de sí y a responsabilizarse de sus cosas. Casi no necesitó mi ayuda hoy, se está volviendo independiente —con su dedo limpia una lagrimita invisible—. Me hace sentir orgulloso.

—Tiene al mejor hermano ¿no?

—Sí, sí, ya cállate.

¿Quién mierda te entiende?, pensó Taehyung.

—En fin, estoy aquí realmente porque pasé por tu casa buscándote, pero el niño había salido a tragar... —le acusa.

El más alto se sentó en una de las mesas de un local de comida rápida, viendo al mayor aún de pie.

—Y ¿para qué me estabas buscando? No tengo más condones.

—¡No es eso, animal! —rueda los ojos con una sonrisa tímida—. Quería decirte que necesito que mañana no salgas a tragar como estás haciendo justo hoy...

—¿Por qué? —cuestionaba mientras veía en la carta qué podría pedir.

—Porque no, sólo quédate en casa. Y hazme caso, lamentarás el no haberme obedecido si en algún momento sales.

Y se fue, tal y como llegó: dejando a Taehyung un poco... sorprendido, más por la seriedad con la que había dicho aquello último, considerando que Jimin no tiene ni una pizca de eso en todo su sistema.

𝐓𝐑𝐈𝐎 𝐏𝐎𝐑 𝐎𝐁𝐋𝐈𝐆𝐀𝐂𝐈𝐎𝐍 → 𝐊𝐎𝐎𝐊𝐓𝐀𝐄Donde viven las historias. Descúbrelo ahora