♡ Adrinette's Adventures ♡ [ Adrinette April 2020 - Microrrelatos ]

Día 12: Lecciones de Piano.

Adrien Agreste, 14 años.

- ¿No te cansas de tocar el piano siempre, Adrien? - dijo Plagg comiendo un oloroso queso como cada mañana.

- No, porque es lo que me conecta con mi madre y por mas que me cueste aprenderlo, espero algún día llegar a muchos corazones con lo que ella me enseñó.

- Eres cursi, pero me agrada que la recuerdes todavía con alegría.

- Si, la extraño mucho pero al menos la música es el mejor regalo que pudo darme.

Adrien Agreste, 15 años.

Adrien Agreste tocaba el piano porque por fin pudo saborear la libertad gracias a Marinette. Jugó con ella y con Kagami en la piscina de pelotas donde por accidente, a la azabache futura diseñadora se le soltó las liguillas que formaban sus coletas.

- Tu cabello es hermoso. - dijo Kagami a su mejor amiga, Marinette.

- Tiene razón.

Si tan solo pudiera hacerle una canción...

¿Espera yo dije eso en mi mente?

Ladybug está en tu mente, q-quiero decir Kagami lo está...

¿No?

 Adrien Agreste, 16 años.

- ¿Gatito, para que vinimos al Conservatorio de Música? ¿Hay algún akumatizado por aquí? - dijo la superheroína bostezando.

- Necesito ayuda con algo, Ladybug.

- ¿En qué exactamente?

- En una canción... Y no tiene letra, solo tengo la melodía en mi cabeza.

- No sabía que siendo civil eras pianista.

- No, no lo soy. Solo lo hago porque mi madre me enseñó a tocar y me gusta hacerlo por diversión.

- Oh, ya veo. Entonces, adelante. Solo espero que no sea como cuando intentaste cantar en la anterior batalla.

- No, descuida. Si es perturbable, trataré de curartelos con la melodía. De verdad no te arrepentirás.

Se sentó y comenzó a tocar la melodía de su mente.

Las teclas del piano de cola que estaba en la sala de música comenzaron a hacer su magia. Ladybug asombrada por lo que estaba escuchando, se sentó al costado de Chat Noir y apoyó su cabeza en el hombro de su compañero.

- Suena hermoso, Chat Noir.

Era hermoso descubrir ese talento de su gatito. Y no podía evitar cada vez mas de acariciar su mejilla en el hombro del enmascarado. El cansancio de la batalla de ese día comenzó a dar sus consecuencias y cada vez mas, se quedaba dormida por lo tierno que sonaba.

Cuando Chat paró de tocar decidió llevarla en brazos a un lugar seguro ya que no sabía donde vivía hasta que...

Sonó un beep.