Necesidad

1.3K 35 3
                                    

Necesitaba tocarla. Ya.

Notaba como las ganas le quemaban en las yemas de los dedos, haciendo que los moviera, nerviosa. Sin saber que hacer con ellas, salvo tocarla.

Lo necesitaba. Con urgencia. Con ansias. Tenia la boca seca y la necesitaba como si estuviera en el desierto y ella fuera la única fuente de agua en 1000km a la redonda.

Miró a su alrededor, notando como se habia perdido un rato mirandola, mientras la vida seguía corriendo a su alrededor, sin pararse.

Miró a un lado y a otro, notando como sus amigos la habían dejado de prestar atención, como pasaba siempre. Se abstraía de tal manera mirando sus gestos, sus grandes ojos avellana, sus labios... que perdía la noción del tiempo y el espacio y solo podía verla a ella.

Miraba como abría los ojos mientras le explicaba a María la travesura que había hecho Queen porque se había subido donde no debía. Escuchaba sus carcajadas mientras veía como Marta explicaba uno de sus sueños raros. Veía como sus caderas se contoneaban mientras bailaba con Carlos una bachata.

Por favor.

Y que bien se contoneaban.

Las manos le empezaron a picar de nuevo y se mordió el labio inferior, deseando que fuera el de ella en vez del suyo.

Mientras la observaba desde la barra, observó como se desplazaba hasta el baño. 

No pudo evitar que sus pies se movieran en esa dirección y la mirasen cuando entraba en el servicio. Oyó una voz de una chica que salía del baño y esperó a que ésta saliera del baño.

En cuanto salió por la puerta se coló dentro, observándola como se mojaba la cara y la nuca con agua fría.

Se quedó apoyada en la puerta de entrada en el baño, con las manos detrás de su espalda, mordiéndose el labio mientras la observaba.

Como ese vestido se ceñía a su cintura y solo la invitaba a quemarle con las yemas de sus dedos, que seguían picando.

Cuando la rubia se levantó, se dio cuenta de que había alguien más y se sobresaltó.

- Nat! me has asustado!-

Sonrió, a la vez que impulsándose con las manos que tenía tras su espalda, echó a andar decidida hacia ella, quedándose a pocos centímetros de su cuerpo, viendo como la más pequeña en altura se giraba hacia la derecha para coger toallas de papel y secarse la cara y las manos.

- No era mi intención asustarte, perdóname...-

La rubia terminó de secarse la cara y las manos y tiró el papel a la papelera que había debajo del lavabo. Levantó la mirada y pudo observar la mirada penetrante de la más alta, mirándola a través del espejo.

Notaba su calor a traves de la tela de su camisa entreabierta, abrasándole como si fueran llamaradas de un lanzallamas. Pasó las manos por entre sus brazos y su cintura y se apoyó en el lavabo, apoyando a la vez la nariz en su cabello rubio, cerrando los ojos y aspirando el aroma a melocotón que salía de esos mechones que le encantaría enredar entre sus dedos.

- Nat...-

Una de sus manos  se posó en su abdomen, empezando a dejar leves caricias por encima de la tela del vestido, mientras la otra permanecía agarrándose al borde del lavabo.

Notó como su espalda se apoyó contra su pecho y como suspiraban prácticamente a la vez al notar el calor de sus cuerpos entremezclandose.

- Me estas volviendo loca, Alba... -

Notó como posaba su mano encima de la suya, entrelazando sus dedos y manteniendo sus manos unidas encima del lavabo, haciendo lo mismo con la otra, que estaba en su vientre.

One Shots // AlbaliaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora