Yo ya estaba muy mal cuando estábamos en el salon no sabia que hacer, no sabía cómo pensar, no sabía cómo actuar simplemente no sabía.Lo que sí sabía es que no lo quería ver, no quería saber nada de él... nada.
La profesora nos había indicado que nos paráramos para iniciar la clase con una oración como siempre lo hacíamos, después de la oración nos dio el permiso de sentarnos para copiar la agenda de clase que es lo que siempre hacíamos.Apenas tenía fuerzas para escribir, pero mis lágrimas ya habían desaparecido, lo único que quedaba eran restos de estas.
Una vez terminamos de escribir la agenda de clase la profesora nos dio permiso de acomodarnos como quisiéramos, yo me hice con mis amigas Ideth y Mayra las cuales estaban muy atentas a mi comportamiento.Mayra no sabía que había pasado y estaba algo confundida pero eso no le impedía el estar preocupada, Ibeth por otro lado parecía no estarlo más bien parecía estar triste no lo se exactamente ya que no le puse atencion a eso por mi baja de ánimo.
Poco después de organizar los grupos una compañera se me acercó y me pregunto por qué estaba llorando, yo solo le conté lo que sucedió mientras unas pocas lágrimas corrían por mis mejillas.Después de haberle dicho lo que paso ella solo se dispuso a marcharse del lugar sin decir una palabra, luego de que se fuera mis lágrimas desaparecieron nuevamente y me dispuse a centrarme en el trabajo cosa no pude lograr con facilidad debido a que tenía la carta frente a mi rota en pedazos.Ibeth al ver que no paraba de observar dicha carta me ofreció llevarla a su casa, yo accedí mientras ella la retiraba de mi puesto{pupitre} y la ponía en uno de los bolsillos de su maleta{mochila}.
El resto del día transcurrió rápidamente mientras yo seguía igual, Ibath y Mayra pudieron sacarme unas pocas sonrisas pero yo siempre volvía al mismo estado de ánimo, una vez terminó la clase de artes y sonó el timbre para irnos a casa me dirigí a la puerta del salón donde se encontraba mi prima Sara, no le conté nada de lo que sucedió para saltarme las preguntas y lastima de su parte pero si se iba a contar, solo no en ese momento, cuando ella y yo salimos de el colegio mi tío y mi papa en cuanto nos reunimos con ellos nos despedimos y cada quien se fue por su camino dirigiéndose a su respectiva casa.
