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Un pequeño Seungmin de 6 años caminaba de regreso a casa, solía caminar solo de regreso a esta luega de visitar a su psicóloga.

Iba por la orilla de la calle, mirando como pasaban personas en sus bicicletas y algunas más en sus grandes autos.

Que lindo sería tener una bicicleta

Aunque no caminaba mucho, pensó que sería más cómodo ir en una de esas.

Al llegar a casa la puerta estaba abierta, supuso que su madre había llegado temprano del trabajo, una sonrisa muy grande se formó en sus labios.

Entró gritando por su madre, buscó en la cocina, en la sala, fue al patio trasero aún griatndo mamá! Por todos lados.

Un grito aún más fuerte le hizo guardar silencio. Su madre no estaba en casa, en cambio, era su padre quién se encontraba allí.

No tienes razón para llegar gritando de esa manera, siempre tan ruidoso ahg!— escupió su padre saliendo de su habitación.

Seungmin se hizo chiquito en su lugar, guardo silencio y decidió ir a su cuarto. Con la mirada baja pasó al lado de su gruñón padre.

¿No piensas saludar a tu padre, Minnie?— el señor siguió al pequeño con la mirada, este en cambio quería comenzar a llorar.

Buenas Tardes, papá...— suspiró aún sin mirarlo a la cara.

Ven acá— y allí es donde su corazón comenzó a latir más rápido aún.

Aquel hombre que se hacía llamar padre le propinó un golpe en la mejilla, diciendo que era un niño muy irrespetuoso y maleducado.

Seungmin solo reparó en llorar en silencio, deseando que se detuviera allí.

¿Por qué eres tan llorón? Acaso, ¿Lloras por que trato de educarte?— sus palabras tranquilas llegaron acompañadas de otro golpe, este más fuerte que el anterior.

Papá, necesito tu ayuda con algo del colegio— y como si fuera casualidad, su hermano mayor había llegado.

Su padre se alejó y comenzó a hablar con el mayor, Seungmin aprovechó a correr y encerrarse en su habitación.

Tan pronto como cerró con seguro, de lágrimas salieron aún más; corrió a una esquina, pegó sus piernas a su tórax, abrazándose mientras lloraba, tratando de no hacer tanto ruido.

¿Algún día pararás?

Así llegó la noche, se durmió en el suelo, abrazando sus rodillas, con los ojos rojos e hinchados.

Él no tenia culpa de nada, solo tenía 7 años.

The Little SeungminDonde viven las historias. Descúbrelo ahora