Capítulo 9

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Aquel demonio nació sabiendo lo que era el dolor y la tristeza. Creció en un ambiente que fácil podrían haberle llamado infierno.

En sus lentes oscuros se reflejaba la partida de su padre y ocultaban las lágrimas a su madre.

Llegó un ángel, con brillo en la sonrisa y luz en la cara. Intentó ayudarle, a pesar de que sabía que podría perecer. No le convenía estar tan cerca del fuego, podía quemarse.

Ese ángel no entendía, no comprendía que sus alas se podían incendiar; pidió con tantas fuerzas que el otro cambiara, que viera su necedad y dejara sus malas costumbres, pero sin disposición de ambas partes, nada se hace.

Un empujón aquí, un insulto allá, plumas caídas en cada pelea, una aureola rota en su cabeza, más lágrimas opacando su belleza.

Llegó una bendición, un día soltó. Soltó la carga que se había impuesto, soltó las llamas que envolvían al demonio y soltó su supuesta amistad.

Él no quería ser ayudado, se había acostumbrado al infierno, ¿Qué más se le podía hacer? Ojalá se hubiera dejado transformar en ángel, aunque fuese intentado... pero el orgullo corrompe a la gente y la gente rompe a otros.

Cuando el paseo del ángel por las llamas terminó, en el momento donde el demonio dejó de sentir paz y lo extrañó, ahí se dió cuenta de lo que había perdido.

Su ángel, la compañía que más anhelaba ya no estaba con el. Lo había dejado, las flamas lo estaban cubriendo otra vez.

Ahora estaba condenado a vivir el infierno de perder al ángel que un día amó, buscando entre todo lo bueno alguien que lo abrazara como en su adiós, el ángel lo abrazó.

*・゜゚𝐸𝑛𝑟𝑒𝑑𝑜 𝑑𝑒 𝑙𝑒𝑡𝑟𝑎𝑠*・゜゚ [TERMINADA]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora