| 13 años |
Juliana realmente se encontraba molesta, deseando golpear a quien sea que se le atravesara en su rápido camino, con destino a su terca y torpe mejor amiga, Valentina Carvajal.
En aquella escuela, donde ellas eran de último grado, muchas personas conocían lo buenas amigas que eran, como también la mala suerte que desde siempre había cargado Valentina sobre sus hombros.
La ojicafé aún recordaba cómo hacia unos veinte minutos atrás, Valentina le había mencionado que en el gimnasio ya se podía utilizar la pared escaladora en los recesos, así que le había dicho que no podía esperar por ir a utilizarla porque desde siempre le había gustado escalar, tanto en juegos infantiles como los árboles, pero nunca a esa magnitud con una pared profesional.
Juliana, conociendo la atracción de las desgracias que Valentina tenía, consideró que aquello no sería correcto sin adultos presentes responsables y que conocían el protocolo que debía seguir la castaña ante un accidente, así que opinó que no lo hiciera, que hablará con su profesor para la posibilidad de ella llevarla y estar presente en ese momento, pero Valentina era una chica terca.
La ignoró y continuó con su tonta ambición.
Y como Juliana pronosticó, a pesar que el profesor de deportes estaba cerca y observaba a los escaladores, Valentina resbaló y cayó mal, haciendo que su pie doliese como nunca antes. Gracias a un chico que se encontraba en el gimnasio, se enteró del accidente de su amiga y ahora estaba furiosa por la estupidez que Valentina cometió, además de frustrada y un poco culpable porque sentía que lo único que hacia con sentido a sus 13 años, era cuidar a su tonta amiga y había fallado una vez más.
Juliana siempre en su cabeza
tiene las palabras de Eva, hermana de Valentina, además de Helena, su madre, donde todas repetían que ella era como una especie de amuleto de la suerte para Valentina, ya que pocas veces a ella le sucedía algo cuando estaban juntas, pues Juliana realmente la cuidaba y protegía demasiado por su compromiso.Sus notas apenas le permitían pasar de grado, no tenía interés en la escuela, su mamá no le había puesto ninguna presión por los estudios porque para ella habían miles de actividades fuera de algo tan cliché como la escuela, donde conocia que Juliana en el futuro, al terminar sus estudios a los 18 años, podria desenvolverse y desempeñarse bien.
Así que la única gran responsabilidad que Juliana sentía que debía cumplir al pie de la letra sin libertades, era cuidar a Valentina.
—¡Me van a amputar el pie! —escuchó el grito de su amiga castaña cuando se adentraba al gimnasio.
Notó a la enfermera de la escuela, esa que tanto las conocía, una vez estaba frente a Valentina en el suelo, como el profesor de deportes estaba a su otro lado y como había un circulo de estudiantes rodeándola.
—Ojalá, terca estúpida —gritó Juliana en respuesta, abriéndose paso entre los estudiantes que rodeaban a la ojiazul. El señor Reyes levanto su mirada y suspiró cuando vio a Juliana mirando a Valentina fijamente.
—¡Me duele mucho, Juls! —chilló la castaña gimiendo cada vez que la enfermera tocaba los alrededores del inflamado tobillo, mientras ponía hielo en la zona.
—Debemos llevarla a un hospital como accidente escolar, seguramente es una
fractura —comentó la enfermera, como siempre ignorando a las dos mejores amigas que la tenían más que agotada desde esa primera vez que aparecieron en la enfermería a los 6 años.—¡¿QUÉ?! —gritaron ambas niñas notando la dimensión del asunto.
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Kisses, Juliantina
Short StoryCuando Valentina era pequeña, su madre solía darle besos en cada herida, Juliana con el tiempo reemplazó a la Sra. Helena, pero... ¿Qué pasará cuando Valentina tenga el corazón roto? ᴬᵈᵃᵖᵗᵃᶜⁱᵒⁿ, ᴴⁱˢᵗᵒʳⁱᵃ ᵒʳⁱᵍⁱⁿᵃˡ ᵖᵒʳ: ~ ᴬⁿᵒⁿʸᵐᵒᵘˢᵂʳⁱᵈᵉʳˢ ᴵⁿⁱᶜⁱᵒ: ² ᵈᵉ...