Silence Of Delusion

Pez en Marte

La mañana se volvió soleada cuando salí de casa para ir en busca de mi mejor amigo—quien por cierto no se encontraba disponible— y siguió así incluso después de haber ido al centro comercial; fue poco después de las tres de la tarde cuando el cielo comenzó a nublarse y justo ahora los relámpagos se hacían presentes en el cielo anunciando una tormenta. 

Me encontraba leyendo un cómic mientras estaba acostado sobre mi cama. Hasta que mi hermana entró sin previo aviso en mi habitación.

—Ello, tienes...—se quedó callada de golpe al mirarme—, ¿Aún no te haz arreglado?—preguntó esbozando un gesto de advertencia similar al de mi madre.

—No creo que a nuestros padres les importe sino voy—mencioné con indiferencia y devolví mi vista hacía el cómic.

«Ellos ya se habían ido hace una hora y Stella lucía completamente lista dentro de su vestido morado y maquillaje impresionante. Sin duda podía llamar a Raymond para que pasara por ella»

—Ve a ducharte—me ordenó al arrebatarme el cómic de las manos. 

—¡Oye, es una primera edición!—exclamé de mala gana y puse los ojos en blanco antes de levantarme—. Que guapa eres Ella, pareces un ángel—le informé tomando su mentón con delicadeza y logré que sonriera con satisfacción—. Lástima que el infierno de carácter que te cargas delata al demonio que llevas dentro

Su sonrisa se borró y cerré los ojos para sofocar la risa que se aproximaba.

—Muy gracioso. Ahora, fuera de mi vista—me ordenó nuevamente con ese tono tan imponente que a menudo escuchaba de ella. 

—Lo que digas, jefa—respondí de mala gana antes de dirigirme hacía la ducha. 

Las imágenes de Alexis y Jackson se reproducían como película una y otra vez dentro de mi mente mientras enjuagaba mi cuerpo y no podía evitar sentirme frustrado por eso.

«Ojalá y eso también hubiera sido parte de mí sueño»

—¿Ello?—me llamó mi hermana al otro extremo de la puerta; trayendo a mi mente de vuelta al presente— Tú smoking está sobre la cama, apresúrate

—¡Ya voy!—exclamé enojado.

«No quería ir a esa estúpida cena llena de gente engreída, donde seguramente estarían los Castell. Lo que significaba que Alexis también estaría ahí»

Me vestí y arreglé tan rápido como pude después de salir de la ducha y me dirigí al vestíbulo.

—¿Cómo me veo?—le pregunté a Ella sonriendo ampliamente.

—Tan apuesto como siempre—me informó sonriendo de la misma manera—. Déjame ayudarte con eso—dijo al acercarse a mí para ponerme el moño del smoking correctamente—. Jackson moriría de envidia al verte

Me estremecí al escuchar su nombre. 

«Si mi hermana supiera lo que le hice, ¿Seguiría haciendo ese tipo de bromas?»

Sin embargo, traté de no pensar tanto en eso y respondí como normalmente lo haría.

—Creí que ya lo hacía con tan sólo pensar en mí

Ella ladeó la cabeza y sonreí de manera engreída.

—¿Listo?

—Sólo si tú lo estás—respondí extendiendo mi brazo hacía ella y se enganchó a el sin dudarlo.