Tres meses más tarde...
Hoy es una de esas pocas veces que me levanto incluso antes de que el sol ilumine los enormes rascacielos, al girarme me doy cuenta de que Kate no está en la cama. La observo desde la cocina, está mirando el cielo, espera, ¿está rezando? Salgo con una manta para taparle, se acerca el buen tiempo pero todavía refresca a estas horas.
- ¿Se puede saber qué haces levantada a estas horas? ¿Has sentido naúseas?- Kate niega con la cabeza al mismo tiempo que se lleva las manos a su abultado vientre.- Estamos bien, bueno, el bebé está bien.- le rodeo con los brazos, dejo que se apoye en mi pecho.
- Rick, ¿qué pasa si nuestro bebé hereda mi enfermedad?- con que eso es lo que le preocupa.- Kate, ya estuvimos hablando de eso; la ginecóloga dijo que es muy poco probable de que nuestro hijo vaya a tener cáncer.
- ¿Cómo puede estar tan segura?- las hormonas del embarazo comienzan a hacerle efecto, con el dedo le levanto la barbilla para que me mire.- escúchame, vas a tener un bebé más sano que una manzana, te lo prometo. Y si no, pues le apoyaremos y le sacaremos del cáncer; va a ser nuestro hijo, ¿crees de verdad que se rendirá fácilmente?
- Gracias cielo, siempre encuentras las palabras adecuadas para animarme.
- Soy escritor, ¿recuerdas?- Asiente con una ligera sonrisa, decidimos volver a la cama para descansar unas horas más.
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La sustancia gelatinosa se encuentra por todo el vientre de Kate, la cual busca mi apoyo agarrando con fuerza mi mano. Hoy nos dicen si nuestro bebé va a ser niño o niña, la ginecóloga coloca el aparato para determinar el sexo.
- Los latidos y la respiración son estables, no observo ninguna anomalía y su bebé se encuentra en una buena posición. ¿Alguna vez siente molestias Kate?
- Sobre todo por las noches, creo que no le gusta dormir por las noches.- la ginecóloga sonríe, vuelve a mirar la pantalla dónde podemos ver una figura casi humana, todavía le queda mucho pero ya distinguimos la cabeza, los brazos y las piernas.
- ¿Estáis preparados?- asentimos con impaciencia, apretamos nuestras manos.- Veamos, ahora mismo nos está dando la espalda pero creo que si le estimulas un poco se girará.
- ¿Y qué hago?
- Háblele, él seguirá su voz.- Kate comienza a hablar al feto con voz dulce, éste poco a poco va cambiando de postura, suficiente para la ginecóloga.- ¡Enhorabuena, vais a tener una niña!
- ¿Una niña?- Nuestro asombro permanece durante unos largos e intensos segundos, no conseguimos articular palabra; una imagen vale más que mil palabras, y ahora me emociono al ver como Kate deja caer sus lágrimas y aprieta de nuevo mi mano.
- Una niña Rick, vamos a tener una niña.- le beso con dulzura, con el pulgar le seco las lágrimas; la mujer comienza a limpiar la sustancia gelatinosa. Nos deja un rato a solas mientras rellena unos papeles. Kate se levanta y se baja la camisa, después acaricia la pantalla en la cual aparece nuestra hija de tres meses.
- No puedo dejar de llorar, ¿es normal?- Kate se besa su mano y después la pasa por la pantalla, ahora soy yo el que se ha emocionado por la tierna imagen.- Por tu culpa voy a llorar yo.
- Dentro de seis meses tendremos una niña preciosa, ¿tienes algún nombre pensado para ella?- Quiero que el nombre lo elija ella, sé que me gustará. No obtengo respuesta alguna, la ginecóloga vuelve a la sala con una copia de la ecografía y unos papeles para nosotros.
-Nos vemos dentro de otros tres meses, cuídate Katherine, menos mal que tienes a tu marido para mimarte.- me sonrojo ante la idea de pensar que en algún momento pueda casarme con ella, de momento vamos a ser padres de una niña.
De camino al loft me entra la preocupación, Kate no ha dicho nada desde que salimos del hospital. Tiene la vista fijada en la calle, no parece triste.
- Ya verás que alegría se va a llevar mi madre cuando se entere.- comento para intentar romper este silencio tan incómodo.- será la primera en comprarle ropa y todo lo necesario, espero que no la convierta en una niña mimada.- pero Kate continua sin hablar, llevo mi mano hacia la suya; es entonces cuando se gira.
- ¿Qué decías?- Vaya, al parecer ni me estaba escuchando.- ¿dónde te habías metido? No has abierto la boca desde que te pregunté por el nombre para nuestra pequeña.- Kate se disculpa con una sonrisa.
- Perdóname, es que intentaba recordar un nombre que mi madre repetía mucho. No fue fácil elegir mi nombre, a mi padre le gustaba Kyra y a mi madre...- nos detenemos en un semáforo en rojo, adoro cuando pone esa cara.- ¡ya me acuerdo!
- ¿Y vas a decírmelo?- pregunto con impaciencia, Kate sonríe ahora con más intensidad.- Alexis, ¿te gusta?
- ¿Alexis? Es muy bonito.- respondo sin mucha convicción.
- ¿Pero?
- Pero si no te importa, me gustaría que tuviese un segundo nombre.- aparco en mi plaza del garaje, sé que Kate me sigue con la mirada; no se esperaba esa petición.
- De acuerdo, ¿cuál es el segundo nombre?- Esta vez yo le agarro la mano, sé que se va a derrumbar cuando lo escuche.- Johanna, Alexis Johanna Castle.- como era de esperar, Kate rompe a llorar pero no de tristeza, lleva sus manos a mi cuello y me besa; es un beso húmedo pero cariñoso.
- Es lo menos que podemos hacer, está muy orgullosa de ti, dónde quiera que esté, está orgullosa Kate.- le abrazo, queda nada para llegar al último piso.- Y yo también, te quiero Kate. Lo supe desde que nos besamos en aquel portal. Es el lugar que sólo nosotros conocemos y seguirá siéndolo.
- Yo también te quiero Rick, siento mucho todo lo que te hice. Ojalá pudiese retroceder en el tiempo y haberte contado todo; me hubieses apoyado pero el miedo se apoderó de mí.
- Shh, tranquila. Ahora estoy aquí, y no voy a irme. Seremos una familia.
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Somewhere Only We Know
FanfictionUn accidente que hará resurgir sentimientos enterrados en el pasado. Kate reflexionará sobre el motivo de su ruptura con Castle, deberá contarle toda la verdad. ¿Podrá el escritor soportarla? ¿Estará dispuesto a darle una segunda oportunidad?