El rey Arturo es un líder británico legendario que, según las leyendas y romances medievales, lideró la defensa de Bretaña contra los invasores sajones entre finales del siglo V y principios del VI d.C. Los detalles de la historia de Arturo se componen principalmente de folclore e invención literaria, y se debate su existencia histórica entre los historiadores modernos. El escaso trasfondo histórico de Arturo se obtiene de varias fuentes, incluyendo los Annales Cambriae, la Historia Brittonum, y las escrituras de Gildas. El nombre de Arturo solo aparece en las fuentes poéticas primitivas como Y Gododdin.
Arturo es la figura central de las leyendas que conforman la materia de Bretaña. El legendario Arturo desarrollado como una figura de interés internacional gracias a la popularidad de la imaginativa obra del siglo XII de Godofredo de Monmouth, Historia Regum Britanniae (Historia de los Reyes de Bretaña). En algunas leyendas y poemas galesas y bretonas anteriores a esta obra, Arturo aparece ya sea como un gran guerrero defendiendo Bretaña de enemigos humanos y sobrenaturales o como una figura mágica del folclore, a veces adaptado al más allá galés, . Se desconoce cuánto tomó Historia (completado en 1138) de Godofredo a partir de estas fuentes antiguas.
Aunque la temática, sucesos y personajes de la leyenda artúrica varían ampliamente de un texto a otro, no habiendo una única versión canónica, la versión de Godofredo sirvió con frecuencia como punto de partida de las historias posteriores. Godofredo mostró a Arturo como rey de Bretaña que derrotó a los sajones y estableció un imperio por toda Bretaña, Irlanda, Islanda, Noruega y Galia. Muchos elementos e incidentes que ahora son parte integral de la leyenda artúrica aparecen en la Historia de Godofredo, incluyendo al padre de Arturo, , el mago , la esposa de Arturo, , la espada , la concepción de Tintagel, su batalla final contra en Camlann y su descanso final en Avalon. El escritor francés del siglo XII Crétien de Troyes, quien añadió a Lanzarote y el Santo Grial a la historia, comenzando el género del romance artúrico que se convirtió en una tema significante de la literatura medieval. En estas historias francesas, la narrativa pasa de centrarse del rey Arturo a otros personajes, como los distintos Caballeros de la Mesa Redonda. La literatura artúrica prosperó durante la edad media pero menguó con los siglos siguientes hasta experimentar un renacimiento en el siglo XIX. En el siglo XXI, la leyenda sigue viva, no solo en la literatura sino en las adaptaciones para el teatro, cine, televisión, cómics y otros medios.
La base histórica para la leyenda del rey Arturo se ha debatido ampliamente por los expertos. Una escuela de pensamiento, citando las entradas en Historia Brittonum (Historia de los Britones) y Annales Cambriae (Anales galeses), ve a Arturo como una figura histórica genuina, un líder romano-británico que luchó contra los anglosajones invasores en algún momento entre finales del siglo V y principios del VI. La Historia Brittonum, una composición histórica latina del siglo IX atribuida en algunos manuscritos tardíos a un clérigo galés llamado Nennio, contiene la primera mención datable del rey Arturo, enumerando doce batallas en la que participó. Estas culminan en la Batalla de Mons Badonicus, o monte Badón, donde se dice que mató en solitario a 960 hombres. Sin embargo, estudios recientes cuestionan la fiabilidad de Historia Brittonum.
El otro texto que parece apoyar la existencia histórica de Arturo es el Annales Cambriae del siglo X, que también relaciona a Arturo con la Batalla del Monte Badón. Este data la batalla entre el 516-518, y también menciona la Batalla de Camlann, en la que Arturo y Medraut (Mordred) fueron asesinados, datada en 537-539. Estos detalles han sido usados para reforzar la confianza en el relato de Historia y para confirmar que Arturo realmente luchó en el monte Badón. Sin embargo, se han identificado problemas al usar esta fuente para apoyar el relato de Historia Brittonum. Las últimas investigaciones muestran que Annales Cambriae se basaba en una crónica comenzada a finales del siglo VIII en Gales. Además, la compleja historia textual de Annales Cambriae impide cualquier certeza de que los anales artúricos fueran incluidos tan pronto. Es más probable que fueran incluidos en algún momento del siglo X y pudieron no haber existido previamente en ningún conjunto de anales. La entrada del monte Badón probablemente derivó del Historia Brittonum.
La falta de pruebas antiguas convincentes es la razón por la que muchos historiadores recientes rechazan sus relatos de la Bretaña subrromana. En opinión del historiador Thomas Charles-Edwards, "en este punto de la investigación, uno solo puede decir que pudo haber existido un Arturo histórico [pero...] aún así el historiador puede no decir nada de valor de él". Estas confesiones modernas de ignorancia son una moda relativamente reciente; las generaciones anteriores de historiadores eran menos escépticos. El historiador John Morris convirtió al reino putativo de Arturo el principio organizador de su historia de Bretaña e Irlanda subrromana, La era de Arturo (1973). Incluso en tal caso, tuvo poco que decir sobre el Arturo histórico.
Parcialmente, en reacción a tales teorías, surgió otra escuela de pensamiento que argumentaba que Arturo no tuvo existencia histórica. La era de Arturo de Morris animó al arqueólogo Nowell Myres a observar que "ninguna figura en los límites de la historia y la mitología ha desperdiciado más el tiempo de los historiadores". La polémica obra del siglo VI De Excidio et Conquestu Britanniae (De la Ruina y Conquista de Bretaña) de Gildas, escrita a partir de la memoria viva del monte Badón, menciona la batalla pero no menciona a Arturo. Arturo no es mencionado en la Crónica Anglosajona o nombrado en ningún manuscrito que hayta sobrevivido de los escritos entre el 400 y el 820. Está ausente en la obra de comienzos del siglo VIII Historia ecclesiastica gentis Anglorum de Beda, otra fuente principal antigua para la historia posrromana que menciona el monte Badón. El historiador David Dumville ha escrito: "Creo que podemos deshacernos de él [Arturo] muy brevemente. Merece su lugar en nuestros libros de historia a una escuela de pensamiento de "si el río suena, agua lleva"...El quid de la cuestión es que no hay pruebas históricas de Arturo; debemos rechazarlo de nuestras historias y, sobre todo, de los títulos de nuestros libros".
Algunos expertos discuten que Arturo fue originalmente un héroe ficticio del folclore - o incluso una deidad celta medio olvidada - a quien se le acreditaron actos reales en un pasado distante. Citan paralelismos con figuras como de Kent, quienes pueden ser los dioses-caballo totémicos que luego pasaron a la historia. Bade le atribuyó a estas figuras legendarias un rol histórico en la conquista anglosajona de Bretaña oriental en el siglo V. No está claro que Arturo fuera considerado rey en los textos antiguos. Ni Historia ni Annales lo llaman "rex": el primero lo llama "dux bellorum" (líder de batallas" y "miles" (soldado").
Los documentos históricos del romano posromano son escasos, por lo que es improbable tener una respuesta definitiva a la existencia histórica de Arturo. Se han identificado lugares "Arturicos" desde el siglo XII, pero la arqueología solo puede revelar con seguridad nombres con una inscripción entrada en un contexto seguro. La llamada "piedra Arturo", descubierta en 1998 entre las ruinas del castillo Tintagel en Cornwall datada con seguridad al contexto del siglo VI, creó un breve revuelo pero resultó irrelevante.Otras pruebas inscritas de Arturo, incluyendo la cruz de Glastonbury, tienen la sospecha de ser falsificaciones. Aunque se han propuesto varias figuras históricas para la base de Arturo, no ha surgido una prueba convincente para estas identificaciones.
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Mitologia Celta
FantasyEn este libro encontraras tanto leyendas como dioses o figuras famosas pertenecientes a la mitología celta.