Recuerdo bien aquel día que nos conocimos. Todo empezó cuando me choqué con él en la cafetería, tenía una hermosa sonrisa que permaneció incluso cuando yo le grité por tirarme la comida. Desde aquel momento nuestros encuentros fueron más seguidos y aún no sé si fue porque él me buscaba a mí o si era yo quien le buscaba a él. Entonces empecé a recibir notas que caían siempre que yo abría la taquilla, hasta que un día me escondí para pillar a quien me las manadaba, y allí estaba él, poniendo otra nota. Cuando me acerqué se puso nervioso y evitaba mirarme a los ojos, hasta que encontré su mirada verde esmralda, que continuó a un beso, nuestro primer beso. Comenzamos a salir.
Aún recuerdo nuestra primera vez, estaba tan nerviosa cómo él pero tubo tanto cuidado por no querer hacerme daño que no logró hacérmelo. Siempre recordaré aquella maravillosa noche.
También recuerdo que un día me llevó con los ojos vendados a un parque, cuando me quitó la venda encontré una mesa perfectamente decorada con pétalos de rosa y un par de platos de porcelana donde habían servido pollo asado a la naranja. Después de aquella romántica cena se arrodilló ante mí y me pidió matrimonio, a lo que respondí con el mejor "sí" más maravilloso que e dado en mi vida. La felicidad me rebosaba y a él, también, con aquellos hoyuelos que le salían al sonreír.
Más tarde llegó el gran día de la boda. Muchos dicen que te entran temores, a mí no me pasó. Sabía exactamente que él era la persona con la que quería pasar el resto de mi vida. Nos lo dijimos tantas veces y al final se hizo realidad. Celebramos de la mejor forma la noche de bodas, la forma de culminar nuestro mejor día de nuestros días, ya que poco después descubrimos que aquel día hicimos otra vida que en estos momentos sigue dentro de mí.
Y aquí estoy, improvisando este discurso en el funeral de una de las personas más importantes de mi vida. Harry Styles, mi esposo, el padre de mi hijo, mi mundo, mi todo. Aquí estoy, mientras lágrimas ruedan recorriendo mis mejillas y caen sobre un papel roto. Aquí estoy pensando en todas las promesas rotas, por un estúpido coche que no miró y te atropelló mientras volvías a casa en tú moto. Ojalá hubiera podido decirte un último te amo, ojalá hubieras visto nacer y crecer a nuestro hijo, ojalá estuvieras aquí, tranquilizandome. Espero que donde quiera que estés, me estés oyendo y que todos nuestros recuerdos pasen por tu mente y sonrías, que sonrías por mí, porque no puedo seguir viviendo sabiendo que ya no sonríes.
Te quiero.
N/A: Dedicado a una amiga a la que le encanta Harry Styles pero que aún así es LS.
