Capitulo 2

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Estoy manejando tan rapido como me es posible, algo dentro de mi está muy molesto por todo esto, mi mente no deja de recordar aquel momento, desde que Christopher desaparecio la empresa para la que él trabajaba nunca nos ayudó a resolver este problema, la última vez que tuve contacto con ellos me dijeron que no podian hacer nada al respecto ya que la decisión que el tomo no fue por parte de la empresa, después de unos minutos me encontraba fuera de esa grande empresa, es una de las organizaciones más famosas en la tecnologia avanzada, lleve mi auto al estacionamiento, espere unos pocos minutos para poder mentalizarme, no quería mostrar debilidad, ni siquiera quería hacer un alboroto, tome aire y me adrentre al edificio, como me lo esperaba, la señorita que se encontraba en la parte de recepcion me miro entrar al edificio, mostro una enorme sonrisa y hablo.

-Señorita Alejandra – hablo con muchísima alegría mientras se acercaba a mí - ¿cómo ha estado?

-Muy bien Matilde – sonreí - ¿y tú, como te encuentras?

-Estoy muy bien, me alegra muchísimo que verla nuevamente – me abrazo lo cual yo correspondí a su abrazo - ¿Que la trae por aquí?

-Necesito hablar con el señor Evans – dije en un tono algo serio

- ¿con el señor Evans? – respondió preocupada - ¿acaso tiene una cita con él?

- no, él no sabe que estoy aquí – le mire – pero necesito, hablar con el

- le avisare que esta aquí y que quiere pasar a su oficina permítame un momento – dijo mientras se dirigía a su área de trabajo

Mientras esperaba podía ver que Matilde, hablaba demasiado por teléfono, ella me miraba por ratos con una Mirada que mostraba preocupación, espere unos minutos más y ella se acercó a mí.

-Lo siento mucho Alejandra, pero el señor Evans no me dio la autorización para que entres- me miro triste – me ha pedido que te marches

-Lo siento mucho, Matilde – dije en un suspiro – pero no me iré de aquí hasta que me entienda, y si no me atiende por las buenas será por las malas

- Por favor señorita, no se meta en más problemas

- Llámale por favor – la mire seria – no quiero hacer un escándalo – estaba por gritar hasta que alguien me interrumpio

- sabía que así te rechazara, harías esto – dijo el señor Evans - ¿qué es lo que quieres?

- Necesito habar a solas con usted – respondí seria, estaba un poco molesta – ahora

- Muy bien, sígueme – dijo mientras se dirigía al elevador

El señor Evans y yo subimos hasta el último piso del edificio, durante el camino no nos dirigimos alguna palabra, ni siquiera una mirada, llegamos a su oficina y entramos, el sin reacción alguna solo se acomodó en su escritorio, tomo un sorbo de su café y me pregunto.

-bien, ya estás aquí - hizo una pausa – ¿qué quieres?

- Quiero que me explique esto – respondí seria mientras ponía la carta en su escritorio - ¿qué es esto?

El me miro algo confundido, tomo la carta y comenzó a leerla, cuando termino de leer la nota me miro con una sonrisa ladina

-por favor, señorita Alejandra, no me dirá que usted cree que esto es verdad, ¿o sí? – me entrego la carta

-Yo no le veo la gracia a esto – lo mire mal – si esto es una broma de mal gusto de tu parte, te vas arrepentir

-Jajajaj, ¿crees que puedes venir a amenazarme a mi empresa? – sonrió – ¿acaso no sabes que soy una persona intocable?

A TRAVEZ DEL TIEMPODonde viven las historias. Descúbrelo ahora