Orphan

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(Lee: tú- Laurie: Timothée) (tendrás 16 años y el 17) (Primer capitulo es una introducción)

16 años en el mismo lugar de siempre, lloraba por las noches y fingía por los días, y así fue por varios años hasta que me acostumbré. 

-¡Lee!- gritaron mi nombre desde el piso inferior, supuse que era Beatriz, la encargada de la comida en el orfanato, me levanté de la cama de golpe, corrí para llegar y bajar a las escaleras.

Llegué a la planta baja, entré a la cocina y saludé a las cocineras del lugar, todas me conocían porque pasaba la mayor parte del tiempo ahí, por el tipo de relación que tenia con Beatriz, siempre había sido como una madre para mi 

-¿Me llamabas?- anuncié una vez topándomela de espaldas lavando los platos 

Beatriz: Sí querida, ¿podrías decirle a los demás chicos que el almuerzo esta listo?-respondió con una voz tranquila sin voltearme a ver.

-Claro- aceptando su propuesta, me dirigí nuevamente a las habitaciónes y comencé a indicarles a todos la nueva orden, "que el almuerzo ya estaba listo y que bajaran" 

Pasaba a cada una tocando la puerta, algunos dormitorios ya estaban abiertos, se escuchaban tan conocidos sonidos, niños corriendo por los pasillos, otros jugando y otros casi gritando, voces hablando, era de todos los días.

-Chicos, es hora del almuerzo, ah Thomas, ¿qué crees que haces?-entré a la habitación y levanté al pequeño del suelo, este dibujaba en las paredes- 

-¡Sabes que no debes hacer eso! La señora Mary te lo repitió muchas veces, estará furiosa por lo que hiciste 

Thomas era un tierno niño de 6 años que siempre tenía problemas por dibujar en las paredes, "Mary" la encargada del orfanato en general, era una señora estricta que no toleraba comportamientos de ese tipo.

Thomas: Lo lamento Lee -contestó avergonzado con voz inocente-

lo tenía entre mis brazos, decidí bajarlo y acomodarle un poco la pequeña corbata que tenía, parte del uniforme. 

-Esta bien, limpiaré esta tarde para que no tengas problemas, pero debes prometerme que no lo harás de nuevo ¿okay? -exclamé con un tono un tanto molesto pero suave a la vez- 

Thomas: Lo prometo- levantó su pequeña mano en forma de promesa 

sonreí por su ternura y apreté sus mejillas

-Ahora ve, que es hora de almorzar- indiqué

Aveces me preguntaba si algún día de verdad adoptarían a estos niños, no merecían estar en un lugar así.

Continué con las siguientes habitaciones para toparme con más niños conocidos que cada vez que avanzaba se hacían más maduros, hasta llegar a los dormitorios de los mayores.

-Henry, ¿qué haces aquí? este no es tu dormitorio- dije confundida- 

Henry: Oh lo sé, es solo que..quería darle algo a Abby, por su cumpleaños- contestó

se encontraba en el dormitorio de una chica, bien sabían que las reglas no nos lo permitía, pero yo no controlaba esas reglas.

-Esta bien, pero debes irte ya- respondí tranquila- 

Henry: si, por supuesto -volteó a ver a la chica- adiós Abby -depositó un cálido beso en su mejilla y salió casi corriendo de ahí no sin antes pedir una disculpa-

esta se sonrojo ante su comportamiento, tocó su mejilla y en su otra mano se encontraba una pequeña caja roja con un listón, me acerqué a la cama en donde se encontraban sentados y me recargué en el borde.

Timothée ChalametDonde viven las historias. Descúbrelo ahora