Orphan P2

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al soltar la manija empuje un poco la puerta y esta dejó ver luz, entrecerré mis ojos por esos molestos rayos que entraron desprevenidos, me había quedado sin palabras, era un cuarto viejo con muebles cubiertos de polvo y sabanas blancas, como una casa de mudanza vieja. 

Me adentré más a este, cada vez me daba más terror por lo mismo, me sentía en una verdadera película de horror. Cuadros tapados y pólvora por todas partes, telarañas y tapetes rasgados, pero al fondo se encontraba una escalera en forma de caracol que daba a algún lugar un piso arriba, pensé que sería el ático, nunca había estado ahí, solamente el sótano que me aterraba, supuse lo mismo del ático. 

Me acerqué y toqué la escalera que era de un tipo de metal, por lo cual estaba fría, decidí no perder mas tiempo, en cualquier momento el almuerzo terminaría y todos volverían a sus habitaciones, subí impacientemente aquellas escaleras hasta toparme con el fondo, era otra puerta, maravilloso, ¿porqué tantas puertas?, espero esta no tenga llave porque si no me iré de aquí. 

Ridículo pero tomé una escoba para poder defenderme de lo que fuera que estuviera tras esa puerta. Tomé la manija con cuidado y la gire como anteriormente lo había hecho con la primera puerta, entré despacio, ¡era un dormitorio! tenía un ventanal pequeño con vista hacía el patio central, una cama individual y había un baúl, un librero y otra puerta que supuse que era el baño

-Esto no es un ático- pensé para mi 

-¿Hola?- respondió una voz, solté un grito y extendí la escoba hacia dónde provenía aquella voz, él salía de donde al parecer supuse que era el baño 

-¿Quién eres tú?

-¿Debería preguntarte lo mismo?- dijo extendiendo sus manos para que evitara golpearlo con la escoba que sostenía

no respondí, estaba impactada y asustada, frente a mi se encontraba un chico joven, con rizos que caían sobre su rostro, el uniforme del orfanato, los rayos que entraban por el ventanal lograban chocar en sus ojos permitiéndome verlos mejor, un tono verde claro, estaba mas alto que yo y se miraba asustado por igual. 

suspiraba agitada del gran susto que me había llevado por su parte 

-¿Quién eres?- repetí con mas impacto y moviendo un poco la escoba que nos separaba de distancia 

-Tranquila, los 2 estamos igual de confundidos ¿okay?  S-soy Laurie -dijo tocando su pecho con la palma de su delicada mano "señalándose" - no te voy a hacer daño, así que por qué no bajas la escoba 

-llevó 16 años viviendo acá y nunca antes te había visto, ¿porque tienes el traje del orfanato? 

-Porqué soy de aquí, yo también vivo aquí -aclaró

-¡No me mientas! ¿Estas muerto? ¿Eres un fantasma?- intenté acercarme a él pero el palo de la escoba me lo impedía-

-¡Te explicaré todo en cuanto bajes esa maldita escoba!-replicó

me rehuse por unos segundos, pero sus ojos de alguna forma lograron transmitirme un tipo de tranquilidad, así que baje la escoba como me lo indico y la tiré a un lado

-Gracias, verás este es mi dormitorio yo vivo aquí, soy parte de el como ustedes 

-No explica nada, ¿estas muerto? ¿porque no estas abajo con los demás? ¿de dónde vienes? ¿cuántos años tienes? ¿porque estas aquí encerrado bajo llave? ¿Porqué nunca comes con nosotros? ¿Porqué Mary nunca nos contó sobre ti? y ¿Porque no estas en la lista? 

La lista era una tabla impresa en una hoja blanca que manejaba la señora Mary que también se encontraba pegada en el pasillo principal del orfanato, donde todos nuestros nombres se encontraban ahí indicando que éramos todos lo que vivían ahí y marcaban si nos encontrábamos presentes en las mañanas.

Timothée ChalametDonde viven las historias. Descúbrelo ahora