Capitulo 4

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Cap.4

-Harry-

Me hallaba en el nuevo departamento. Luego de la escuela hablé con Bonnie sobre la charla con Golden. Así que desde una cafetería comencé a buscar un departamento cerca del área para poder vivir despreocupados ante todo peligro. 6th Street, Avenida Grinch, piso 5, departamento 10. Casa grande, acogedora, 10 mil dólares. Con expensas. Hablé con los dueños y la alquilé. Solo me faltaba conseguir un trabajo y pagar la renta mensual. Rápido nos mudamos con las pocas cosas que teníamos.

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2:30 PM y, como es común, volví a tener la pesadilla. Me levanté de golpe con el sudor corriendo desde mi frente, denjando el rastro de la gota hasta mi mejilla. La quité con el dorso de mi mano, aún tratando de controlar mi respiración inquieta.

Me levanté con la mirada algo borrosa. Caminé al nuevo cuarto de Bonnie, con la esperanza de encontrarla ahí tranquila, y para mi suerte estaba como lo esperaba. Y la placidez me atrapó, llenándome de tranquilidad por un momento.

Volví a mi cuarto para ir a mi baño propio, aún me costaba adaptarme. Me mire al espejo, tenia los ojos rojos del poco descanzo, y el pelo delantero húmedo por mi sudor.

Sumergí mi rostro dos o tres veces en el lavabo grande de mármol. Me quedé unos segundos cabizbajo con esa tortuosa palabra rebotando por toda mi mente. "DEMONIOS" l. Mierda. Me consumía por dentro. Levanté mi mirada para ver en el espejo esa maldita imagen nuevamente. Mi madre, en su piyama, bañada en sangre. Tal como en el sueño. Escondí mi cabeza en la pared, cerré mis ojos aislándolos de toda imagen o visión, como si eso llegara a cicatrizar mis emociones.

Sentí un murmullo en mi oreja, la voz de ella, hablándome, haciendo más sufrido mi martirio. Un gesto de furia se implantó en mi rostro mientras sus murmuros me mataban poco a poco. Hasta que estallé y de un puñetazo hice trizas el espejo en busca de callar las voces.

Solo obtuve un par de cortes en mis nudillos y despertar a Bonnie que vino a brindarme ayuda presurosa.

Al fin sanadas mis heridas físicas y de hablar por un corto lapsus con Bonnie, me volví a recostar con la mente mas fresca. Pero ya al girar sobre mi para dormir en una posición diferente la palabra atacó de nuevo: "DEMONIOS". Y entre pensamientos logré caer en un profundo sueño.

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Caminaba junto con Bonnie hacia el instituto, mi cabeza baja, mirando el suelo con las mil y un cosas por allí, merodeando mis neuronas.

- Hey, ¿ te encuentras bien?- preguntó Bo, rompiendo el silencio.

- Uh... Si, si estoy bien. Algo... atolondrado por lo de ayer- respondí aún con mi cabeza al suelo pero dedicándole alguna mirada pasajera.

- ¿Qué? ¿Porque somos demonios? Ya te acostumbraras- dijo sin nervio alguno, sin miedo.- Lo que hay que averiguar ahora simplemente es como controlar los ataques y los talentos. Fácil, no te pongas tenso.

-¿Qué? ¿No estás nerviosa? Es decir, a mi me tiene de los pelos saber esto. Tengo miedo de que nos puede suceder. Es que, ¿no lo piensas?- cuestioné hacia su normalidad sobre el asunto.

- Ay, Harry. Me tomó una noche nada más, pero acepte esto. Nací con esto y bueno, debo aceptarlo. Además esta cool ser un demonio- la miré pasmado, con mis ojos abiertos sorprendidos. - Quiero decir, somos diferentes. Y con dones al parecer. Anda Harry, aprovéchalo- dijo dábdome una palmada. Llegamos a la entrada del colegio y divisé el grupo de zorras amigas de Bonnie- Te veo en la cafetería. Algo te va a llevar de sorpresa hoy. Adiós- dijo dándome un beso en la mejilla. Ya no quiero ni imaginarme que tendrá planeado esta pequeña.

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