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Me senté en la parada del autobús muerta de frío. El viento no hacía más que revolver mi pelo, mientras yo intentaba quitarlo de mi cara con las manos. Al final me rendí, dejando así que el pelo de me metiera a la cara.

Una chica se puso delante de mi, pero no podía ver quién era con todo el pelo en mi cara.

-Hola.

Reconoci esa suave voz al instante. Levante un poco la cara y pude ver a Kumiko con una sonrisa radiante.
Mi amiga era la cosa más tierna que alguien podría ver en la tierra. Llevaba puestas unas orejeras de gatito que le hacía aún más adorable de lo que era.

-Creo que necesitarás esto.- Me extendió su mano y me tendió una goma de pelo.- El viento aquí es muy fuerte y se te va a enredar el pelo.

-Gracias Kumi.- Me recogí el pelo en una coleta y me quede mirando los coches pasar, como si fuera lo más entretenido del mundo.

Estuvimos esperando al autobús durante 10 minutos. Cuando este llegó, las dos nos sentamos en los asientos del final y conversamos sobre temas triviales, como la escuela o grupos de kpop que nos gustaban a las dos.

A Kumiko le gustaban más los girlgroups, me contó que su grupo favorito era Red Velvet y que decidió empezar a ser trainee gracias a ellas.
A mi, en cambio, me llamaban más la atención los boygroups, como obviamente Boy Story o Nct.
Las dos teníamos gustos parecidos para la ropa, nos gustaban las prendas anchas para estar comodas y que fuera que colores claros, dando así, el  toque cute que nos gustaba a las dos.

En ningún momento nos dimos cuenta del grupo de chicas que se subió al bus, sentándose a nuestro lado izquierdo. No nos dimos cuenta hasta que bajamos todas en la misma parada, la cual estaba a unos metros de la agencia. Ellas iban detrás nuestro, mientras nosotras íbamos directamente a la agencia. Nos paramos delante del edificio. Kumiko abrió la puerta y miro a las chicas detrás nuestro. Las chicas se quedaron quietas en todo momento,

-¿Vais a entrar?- Las chicas seguían sin respondernos, solo se miraron entre ellas sin decir nada.- ¿Me entendeis, no? Creo que mi chino se0 entiende bien.

Las chicas siguieron sin decir nada, por lo tanto decidimos entrar sin decirles nada. Al subirnos al ancensor, pudimos ver como las chicas estabansentadas en un banco a un lado de la puerta. Hablaban animadamente entre ellas, al contrario que con nosotras. Kumiko seguía aún mirando al frente, aunque las puertas se cerrarán. Después, se recostó en la pared metálica y suspiró.

-Que extraño, nunca me había topado con ellas. Normalmente suelen venir grupos de fans, para poder ver a sus idols favoritos, pero nunca les había visto a ellas. Siempre suelen venir las mismas personas, pero ellas... No sé, si es que ni nos han saludado ni nada.

-Dejalas igual siempre han estado aquí y nunca te habías dado cuenta.

Las puertas del ascensor se abrieron dejándonos ver a un Shaoran con la atención puesta en la pantalla de su móvil. Su flequillo negro estaba pegado a su frente por el sudor, llevaba una bolsa negra de deporte e iba vestido con un simple chándal gris . Él parecía no darse cuenta del ascensor, hasta que Kumiko chasqueo sus dedos delante de su cara. Nuestro amigo nos miró al frente al escuchar los chasquidos, sonrió cuando nos vio y se subió a la caja metálica con nosotras.

-¿Supongo que vais al quinto, no?

-Si, a los estudios. Tenemos clase de canto con el profesor Chen.

-Te ves muy feliz po esa clase Kumi, acaso va a estar él.

A Kumiko se le encendieron las mejillas y dirigió su mirada a sus pies, mientras jugaba con ellos. No pude esconder mi lado cotilla y le pregunté directamente, sin pelos en la lengua.

-¿Quien es él?

-Nadie.

-Es Huang un trainee. Kumi lleva loquita por él desde hace ya unos meses.

-¡Park Shaoran te dije que no dijeras nada, ya no puedo confiar en nadie. Eres un boca chancla de verdad!

Shaoran no podía parar de reír ante la reacción de la chica, yo encabo la casi la asesiné con la mirada. ¿De verdad que Shin Kumiko, mi amiga, acababa de decir que no confiaba en nadie más? ¡Estando yo al frente!

-¡¿Acaso no confías en mi?!

Ella me miró asustada por mi grito, pero se le quitó el susto en cuanto las puertas se abrieron y vimos a Huang sentado en un sillón. Kumiko rápidamente se pasó las manos por el pelo peinandoselo y se aliso la ropa, también con las manos. Un suave rojo teñia sus mejillas. Salió decidida a establecer una conversación con Huang y eso fue precisamente lo que hizo. Me sentó en el sillón de al lado mientras hablaba con el chico animadamente.

-Parece que le gusta mucho ese chico, no me había dicho nada.

-Es normal.- Shaoran miró, todavía con la sonrisa presente.- No suele hablar mucho de sus sentimientos amorosos, debido a que no quiere que  el se entere, y que se rompa así su amistad.

-Los veo bien juntos. Me los imagino bailando hasta que la agencia cerrará sus puertas, y llendo a ferias juntos.

-Yo también les veo bien, pero ella no quiere confesarle nada. Ya lleva así desde hace tiempo.

-Creo que si te gusta alguien, simplemente se lo dices y fin. Entiendo que ella no quiera arruinar su amistad, pero también podrían acabar juntos si él siente lo mismo.

Nos quedamos un rato callados, observando como la pareja charlaba y se reían. Shaoran se giró, para quedar frente a mi. No pude aguantar perderme en sus bonitos ojos marrones.

-Entonces.- Bajo la mirada a sus pies, algo confuso.- ¿Si te gusta alguien, tu crees que simplemente hay que decírselo y listo, no?

-Exacto.

Volvió a subir su mirada, se acercó unos pasos a mi. Se quedó quieto en su sitio, nervioso. Paso su mano por su nuca y después por su pelo, despeinado su flequillo. Ese bonito flequillo.

-Tn, me gustas.

No me dio tiempo a reaccionar, él se fue y yo tuve que entrar a mi clase.

Durante todo el día, no pude quitarme  esa frase de la cabeza.

Me gustas.

***

Y como siempre, la pésima escritora actualizando una semana más tarde de lo debido.

Perdón.

Bailarina de Boy Story  Donde viven las historias. Descúbrelo ahora