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Solo me quebadan dos semanas más en China. Ya habíamos terminado todo el, el comeback sería en unos tres días y ya no tendría nada más que hacer salvo bailar en algunas actuaciones. Este tiempo aquí ha sido maravilloso y me gustaría no irme jamás, pero sé que eso no es posible. Por otra parte no puedo esperar a ver a mi familia y amigos, los he echado mucho de menos y por fin podré abrazarlos y estar con ellos.

Ah si, mañana es mi decimocuarto cumpleaños, lo que consta que no podré pedir más el menu para niños o tener descuento en el cine. A mi me gustaba pagar menos dinero, así podría ahorrar para comprarme álbumes o merchandising de mis groups favoritos. Por eso me estoy planteando empezar un negocio pequeño, como vender carteras hechas a mano o actuar en la calle para conseguir dinero. Les hablé de mi plan a unas trainees de Seúl y les gusto la idea.

Por otra arte, los chicos quieren hacerme una fiesta sorpresa. Lo sé porque les oí discutir en la cocina, los muy listos simplemente cerraron la puerta mientras yo estaba en la habitación de al lado. Ahora sé que quieren darme una sorpresa con globos y todo mañana, cuando valla a entrar a algún estudio. Me haré la sorprendida y como si no hubiera oído nada. Creo que eso funcionará, sino les diré que ya les había oído hablar sobre el tema pero que creía que era para otra chica. Total es una fiesta, nada puede salir mal.

Mejor no pienso eso que simpre que lo dicen en los dramas algo sale mal y empiezan los problemas.

***

Me apoyé en la pared del ascensor cuando las puertas de este se cerraron. Hoy sería mi supuesta fiesta no- sorpresa, no sabía cuando iba a ser ni en que sala por lo que iba mirando por todos los sitios por lo que pasaba. Ya sé, estoy arruinando mi día especial pero por lo menos me lo estoy pasando bien. Siento como si estuviera en la caza del tesoro o en una gincana en los campamentos de verano, la diferencia es que yo juego sola. En cuanto las puertas se abrieron me dirigí al estudio de baile con el propósito de pulir la coreografía.

La sala estaba totalmente a oscuras, por lo que encendí las luces al mismo tiempo que la gente gritaba sorpresa. Lo peor es que me asuste, aún sabiendo que esto iba a pasar. Me llevé la mano al pecho del susto, casi me daba un infarto. Los ojos casi se me salían de las órbitas y es que yo ya sabía que iba a pasar algo así. Kumiko estaba frente a mi con la tarta en las manos, en esta ponía feliz cumpleaños y tenía unas florecitas azules y amarillas  dibujadas por todo el perímetro. No me aguante más, tiré la bolsa al suelo y pasé mi dedo anular con toda la tarta para luego llevarmelo a la boca. Sentí el chocolate por toda mi boca, estaba deliciosa. Todo el mundo se reía de mi acto pero yo no podía hacer otra cosa que pasar el dedo por la tarta y llevarmelo a la boca. Al final terminé sentándome en el suelo con la tarta sobre mis piernas mientras todos los presente me cantaban cumpleaños feliz. Una mano en mi derecha me dio un tenedor, no sabía quien era hasta que se sentó a mi lado con otro tenedor. Mi mejor amiga estaba comiéndose mi tarta de cumpleaños junto a mi, aunque a mi no me gustaba mucho compartir mi comida, le dejé que comiera un poco del delicioso postre.

Nos lo estábamos pasando en grande. En medio de la sala habían puesto una mesa llena de comida y había venido más gente conocida. La gente bailaba al ritmo de my pace de Stray kids. Yo estaba arrasando con la mesa de la comida, desde las patatas fritas hasta las pizzas. Mis amigas se encontraban a mi lado hablando sobre la relacion de Kumiko, porque sí, al final después de unas cuantas salidas juntos, Hunag le confesó a mi amiga sus sentimientos. Y es que el chico tenía el ojo encima de ella desde hace ya unos meses.

Yo sin embargo, sigo sin resolver mis problemas amorosos. Shaoran es un buen chico y estos días a estado muy dulce conmigo y eso me parece adorable. Pero lo mismo pasa con Mingrui, el es mi mejor amigo y de verdad que siento muchas cosas cuando estoy con él. Me atrevería a decir que siento más cosas con él segundo, pero no estoy muy segura de eso. En resumen, sigo indecisa y a este paso lo estaré por mucho tiempo. Zeyu se acercó a donde yo estaba, cogió un par de patatas fritas y se las llevó a la boca de una tajada.

-¿Te ha gustado la sorpresa?

-¡Sí, muchas gracias a todos! Aunque si te digo la verdad, ya me esperaba algo así. Pero gracias igualmente, os lo habéis currado un montón.

-Hemos estado planeando esto durante toda la semana. Intentábamos que tu lo estuvieras presento, pero se nos hacía casi imposible.

Unas cinco chicas se acercaron a donde estábamos nosotros, se colocaron a mi lado, al frente de Zeyu. Parecía que estaban grabando algo con el móvil, debido a que lo llevaban encendido en la mano como si lo quisieran esconder de la gente. Las chicas susurran algo entre ellas y después empezaron a hablar. No sé porque, pero esas chicas se me hacían familiares.

-Hola Zeyu, llevas una camiseta muy bonita.

-Gracias chicas. -Zeyu parecía un poco incómodo en la situación, se pasó la mano por el pelo algo nervioso.- ¿Vosotras sois aprendices? Nunca os he visto por aquí.

-Es que...- Las chicas parecían nerviosan, tenían la cara roja y se estaban pasando las manos sudorosas por la pernera del pantalón. Esas chicas no eran trigo limpios Zeyu ya lo había notado.- Somos nuevas.

-Eso es mentira y lo sabeis.- Les interrumpí, ellas me echaron unas miradas asesinas que no me hicieron ningún efecto.- Tendréis que iros ahora o tendremos que llamar a seguridad, eso os acusaría muchos problemas. Mejor que os vayáis ahora.

-¿Y tu que sabrás?- Una de las más bajistas me señalo con el dedo, llevaba el pelo corto, por los hombros. Tenía puestas unas gafas redondas grandes.- ¡Tu solo estás aquí para ligarte a nuestros idols pero eso nunca pasará porque ya son nuestros zorra!

La gente de nuestro alrededor se paró a ver que pasaba, la música ya había parado y el centro de atención era la sasaeng que estaba junto a mi. 

-Creo que tendríais que iros chicas.- Hanyu se son junto y les hablo a las sasengs. Esas chicas era las mismas de ma pastelería y el autobús. Las que suelen venir a la agencia y se quedan sentadas en los bancos para esperar a sus idols favoritos.- Vamos a tener que llamar a seguridad. No podéis entrar aquí solo porque queréis. Esto es un edificio privado.

-¡Pero hemos venido hasta aquí para veros a vosotros o a esta zorra!- Todo el mundo empezó a murmurar entre ellos, algunos los miraban con asco. Otros estaban en la puerta esperando a seguridad. De un momento para otrl, dos hombres trajeados entraron a la sala. Sujetaron a las cinco chicas de los brazos y se las llevaron fuera de la sala, estas estaban moviendo los pies cabreadas y enrabietadas como si fueran niñas de cinco años.

-¡Eres una zorra no tienes talento!

-¡Vuelvete a tu país no te necesitamos aquí!

Yo me quedé en mi sitio. No iba a llorar por esas crías, o por lo menos no en público. Los chicos se colocaron  a mi lado y me invadieron  con preguntas sobre como estaba. Yo no podía parar de mirar hacia la puerta.

-¿Podemos irnos a casa?

Los chicos se miraron entre ellos y después asistieron. Nos dirigimos todos a casa en una furgoneta negra, al pasar por la entrada vimos como las cinco chicas estaban siendo interrogadas por oficiales de policía, mientras madres y padres con coches de lujo llegaban a la escena que sus hijas habían montado.

***

Llego tarde como simpre pero este es el capítulo más largo que he escrito hasta ahora.

Me ha gustado como ha quedado.

Para las sasaengs me he inspirado típicas chicas tóxicas de los dramas coreanos.

Espero que os haya gustado, si eso podéis dejar vuestro voto. ⭐

¡Gracias por leer!

Bailarina de Boy Story  Donde viven las historias. Descúbrelo ahora