Don't Start Now » Jungkook,Taehyung; BTS

Don't Start Now ǁ 33

Al día siguiente de mi gran metida de pata, traté de buscar a Taehyung por toda la granja de sus abuelos para arreglar mi estupidez, pero no lo encontré. Estaba perdiendo las esperanzas hasta que escuché pequeños murmullos detrás del granero. Me acerqué silenciosamente y vi su sedoso cabello castaño. Pero él no se encontraba solo, estaba manteniendo una entretenida conversación con ... un perro.

Sonreí enternecida por la especial situación que estaba presenciando. Kim Taehyung era una caja de pandora que quería descubrir y entender.

Caminé hasta estar lo suficientemente cerca de él para tocar su hombro de manera sutil. Se volteó muy asustado y me maté de la risa por su exagerada reacción. Él me miró con destellos de alivio.

- ¿Qué se supone que estás haciendo, Kim Taehyung? – Esperaba su típica respuesta amigable y energética. Pero me llevé una gran sorpresa cuando sonrió de lado y volvió a voltear para acariciar al perro – ¿Ahora sí quieres saber que hago, Heeri? ¿Ya no soy un tonto o un ser de lo peor?

No mentiré y diré que la pobre confianza que tenía desapareció debido a su indiferencia. Traté de mostrarme imperturbable. Salí de la conmoción que experimenté por su ácida respuesta y maldije por lo bajo.

- Oye, tú sabes que yo siempre digo estupideces. No fue mi intención, perdón si te ofendí – Pero él no volteó y permaneció de espaldas – Tae, sabes que soy muy boba cuando hablo. Yo no quería ofenderte. ¿Taehyung? – Él estaba ignorándome olímpicamente, cosa que nunca antes me había pasado, pero entendía su molestia, no obstante, me costaba asimilar su indiferencia.

Una reacción mía que no esperaba experimentar en ese momento pasó. Los ojos me empezaron a picar, y un nudo se me formó en la garganta. Kim Taehyung era el único amigo que se había mantenido a mi lado sin ningún tipo de pretensión sobre mí. No había nadie más aparte de él. Tenía mucho miedo de haberla cagado y perderlo.

- T-Taehyung ya te pedí p-perdón. ¿Qué m-más puedo h-hacer? – Se mantuvo siendo indiferente. Un sollozo se escapó de mi garganta y vi su espalda tensarse – E-Entiendo ¿sabes?, dije cosas i-inapropiadas, lo siento. Creo que te estoy incomodando, te veo luego.

Traté de limpiar algunas lágrimas rebeldes que habían descendido por mis mejillas y me dispuse a regresar a la casa. Intenté caminar lo más rápido posible debido a la pérdida de mi dignidad al intentar hablar con Taehyung cuando sabía que lo había ofendido magistralmente.

Era una gran tonta e irrespetuosa. Ya ni más iba volverme a invitar a la casa de sus abuelos. ¡Maldita sea! Siempre mi estúpida bocota.

Empezaba a maldecirme de una y mil formas sin percatarme del espacio y tiempo. Realmente era un buen momento para perderme de la realidad.

Hasta que sentí que unos fuertes brazos me trasmitían su calidez desde la espalda. Me agarraban como si no tuvieran intención de dejarme ir y un particular aroma inundaba mis fosas nasales y hacían que cualquier indicio de caos mental desapareciera.

Estaba en estado de shock porque nunca había tenido un contacto tan íntimo. Vaya que se sentía diferente, pero un diferente ... agradable. La misma persona que me abrazaba me volteó y al fin pude ver su rostro.

Realmente se estaba haciendo costumbre tener este tipo de disimulables cosquilleos en el estómago. Definitivamente, una mala costumbre que me generaba confusión. O más bien, una persona que generaba sentimientos confusos en mí.

Taehyung venía otra vez a mi rescate. Miró mis ojos aguados y me dio una sonrisa tierna. Acercó mi cabeza a su pecho y yo me dejé hacer, porque realmente necesitaba ese contacto tan cercano con él. Los sollozos volvieron a aparecer y me refugié en él mientras le pedía de todas las maneras posibles perdón. Él trataba de tranquilizarme y decirme que no me comiera mis mocos. Muy a su manera me daba paz y me hacía sonreír.

Un momento que quedaría grabado en mi memoria y me reconfortaría para la eternidad.

Al fin había encontrado mi refugio ideal, el lugar en el cual podía depositar el cariño puro y sincero que podía dar sin temor a ser rechazado o reprimido, ¿cierto?