Bésame sin sentir|•Kevlex•| [✔].

3.-Siete minutos en el cielo.

18 años.

—Entonces, ¿irás?—Le preguntó Kevin a su mejor amiga.

—Ya te había dicho que sí, Kev—Respondió la pelinegra.

Ambos mejores amigos estaban el la habitación de la menor, estaban terminando un trabajo que su profesora de historia había dejado.

—¿Segura?—Volvió a preguntar Kevlex algo sorprendido.

—Si me vuelves a preguntar, no iré—Respondió en tono de burla y con una sonrisa, Aitana.

—Es sólo que se me hace raro que si vayas a una fiesta, sin que te esté rogando—Habló el castaño y ambos mejores amigos empezaron a reír.

—Te veo en la noche, enana—Se despidió, Kevin de su mejor amiga.

La antes nombrada asintió, cerró la puerta de su casa y subió a su habitación, sus padres estaban de viaje, mañana en la tarde regresarían.

Al entrar a su habitación, buscó en su armario un vestido color negro y lo puso a la vista, este vestido se pondría.

Una hora antes de que su mejor amigo la venga a buscar se metió a bañar, al salir de la ducha se puso su ropa interior color negro de encaje, salió del baño y se puso el vestido le quedaba cuatro dedos arriba de la rodilla, con su secadora empezó a secar su cabello, su cabello natural era lacio así que se lo riso para esta ocasión, se puso un poco de brillo en sus párpados, un labial color beige mate, se puso sus pequeños tacones y a la hora acordada, su mejor amigo ya estaba fuera de su casa.

—Wow, nena, te ves muy bien—Alagó Kevin—Sólo que ese vestido está corto, la próxima semana te llevaré a comprar uno más largo—Aitana al escuchar eso rodó los ojos.

—No seas así, Kevlex, ya tengo dieciocho—Replicó la pelinegra.

Al llegar a la fiesta, Kevin no se alejaba de su mejor amiga, hoy estaba más que hermosa y había un montón de jóvenes con las hormonas más que alborotadas.

A Aitana se le hacía lindo que su mejor amigo la cuidara de esa manera.

—Hola, chicos—Habló una chica morena—¿No quieren un trago?—Preguntó.

—Por favor—Respondió Aitana.

Al cabo de unos minutos la Morena llegó con dos vasos con un líquido rojo.

Aitana dio el primer trago.

—Mm, me gusta, sabe a fresa—Le dijo a su mejor amigo.

A las tres de la mañana siempre viene lo mejor de las fiestas.

—¡Yo digo que juguemos a "Siete minutos en el cielo"!—Grito la Morena que se llamaba Karen.

Todos dieron un grito de júbilo y se sentaron en círculos, las chicas frente los chicos, Aitana frente a Kevin.

Ya estaban por la tercera ronda, a Aitana ya le había tocado con tres chicos, pero no había pasado nada, sólo platicaron y se conocieron un poco, a Kevin le había tocado con dos chicas, las chicas querían algo más con el castaño pero él respetuosamente se negó.

A una rubia le había tocado girar la botella, le había tocado a Aitana y Kevin.

Ambos se sonrieron, inconscientemente ambos estaban esperando este momento, las manos de la más baja sudaban, el mayor nunca se había sentido así de nervioso.

Kevin le tendió la mano a su mejor amiga y caminaron hasta la habitación, Aitana al entrar se sentó en la cama, mientras Kevin cerraba la habitación con seguro.

—¿Qué hiciste con los tres chicos aquí?—Preguntó Kevin, acercándose a la menor.

—Nada, sólo platicar, ¿y tú?—Respondió Aitana.

Kevin tomó el rostro de Aitana y acarició su rostro, la habitación estaba oscura, pero como si fuera una escena de alguna novela o de algún libro, la pequeña luz de la luna entraba por la ventana iluminado una pequeña porción del rostro de la ojiazul.

—Nada—Susurró, Kevin.

Para ellos no era raro este acercamiento, no por algo en el instituto pensaban que eran novios en vez de mejores amigos.

Kevin, lentamente se acercaba al rostro de Aita, cuando sus labios rozaron, la menor soltó un suspiro, esto para Kevin pareció una invitación para besarlos y así lo hizo, el beso empezó lento, Aitana subió sus manos hasta el cabello del ojiverde, dio un pequeño estirón, Kevin soltó un gruñido y posó sus manos en la cintura de su mejor amiga.

No saben como, pero acabaron en medio de la cama, Kevin encima de Aitana, Kevin paseaba sus manos de la pierna hasta antes de llegar a las bragas de la pelinegra.

—Chicos—Escucharon una voz que los hizo detenerse y voltear a la puerta—ya se acabaron los siete minutos.

Ambos se vieron y soltaron una risita cómplice.

Pregunta: ¿Han jugado "siete minutos en el cielo"?👀