𝑩𝒆𝒍𝒐𝒏𝒈

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Su estadía en aquel sitio había sido de algunos días, rogaba al cielo porque no fuera tan larga como imaginaba, que Víctor o su familia le fueran a rescatar pronto, el hombre con el que se quedaba no era mal sujeto pero sabía que pronto comenzaría a estorbar.

Se mantenía ayudándole a algunas cosas básicas de la casa mientras el sujeto le llevaba comida e incluso le consiguió algo de ropa, en ocasiones el mismo ayudaba a algunas personas del pueblo por un par de monedas las cuales juntaba para su viaje en búsqueda de Víctor.

Albadar, era la manada donde supuestamente estaba el hombre más parecido a Víctor y que de igual manera era poseedor de aquel nombre, quizá si era su prometido, concluyo Yuri recordando unas palabras del señor después de cuestionarle sobre la apariencia de este “…El señor Víctor… bueno su apariencia cambio con los años ahora es un hombre con cabellos cortos y muy plateados, es muy alto, tiene unos ojos celestes muy brillantes solo que estos te miran con tanta frialdad y maldad que te hará pensarlo mucho antes de volver a verle”.

Si no me vienes a buscar, definitivamente tengo que ir hacia ti – dijo Yuri con determinación, ya fuera su Víctor o el de otra realidad definitivamente tenía que buscarle y verle aun cuando fuera una última vez.

Aquella tarde miro la pequeña bolsa con monedas y soltó un suspiro- Señor, necesito ir a la manada Albadar, justo a la capital donde está el jefe de esta.- miro al hombre una vez antes de hablar – Quisiera saber si puede solo darme indicaciones….

¿Qué es lo que dices?, llegar a la capital es muy tardado y peligroso, si quieres irte tienes que pagar para ello pero una vez llegues ¿Cómo piensas mantenerte? ¿Dónde dormirás?-  noto la preocupación de aquel hombre y le extrañaba aquello, no eran familiares ni conocidos pero agradecía eso – los alfas dominan esos territorios y para un omega como tú será muy complicado subsistir en ese sitio.

Quizá pueda pedir empleo temporalmente pero necesito hablar con el alfa de la manada – admitió Yuri con sus mejillas completamente rojas por la vergonzosa confesión.

Chico, definitivamente haz enloquecido, ¿crees que ver al alfa es algo sencillo? –se tocó la cabeza un tanto atónito soltando un suspiro- Bien, tengo un viaje a un pueblo que es el intermedio de la capital a este pueblo, solo te acompañare hasta ese sitio y después tu iras solo.

Yuri sonrió felizmente asintiendo- Muchas gracias-.

Pasaron algunos días y como aquel hombre lo había prometido le llevo a un punto intermedio para ir a la capital ahora solo faltaba que pagara para que lo llevasen a otro sitio, aún no entendía mucho el concepto que se tenía de la moneda ya que era muy diferente a lo que acostumbraba. Pronto encontró una pareja que le llevaron en una carreta a su destino, claro que con un respectivo costo.

Oh…-fue la impresión de Yuri al llegar a aquel gran sitio, la estructura de las casas era distintas tenían su toque pueblerino pero a la vez urbano, las calles tenían carruajes y las personas no iban vestidas como era en la actualidad ya que los hombres llevaban traje y las mujeres vestidos, no esponjados pero si se notaba la incomodidad, noto que algunas personas llevaban collares gruesos y en ocasiones portaban una correa que el otro extremo era tomado por algún hombre o mujer.- que gustos…-susurro para el mismo mirando todo como niño pequeño.

Niño, si quieres llegar a un buen lugar para dormir te recomiendo este- el hombre de aquella pareja que le llevo a la capital le entrego una hoja con una dirección la cual Yuri tomo con una pequeña sonrisa- los precios son económicos para un omega como tu…

Yuri escucho aquella palabra y sintió un estremecimiento en su cuerpo antes de ver como la pareja partía por una calle dejándolo entre la gente- quizá no lo dijeron de mala manera- hablo tallando un poco su mejilla con nervios y con su mano arrugando su ropa algo nervioso.

Por ahora debo buscar este sitio si quiero dormir en algo cómodo- un trueno en el cielo se hizo presente y Yuri capto que pronto llovería así que tenía que apresurarse en su búsqueda.

Las calles comenzaban a ponerse un poco más vacías debido a la hora que era y sus nervios aumentaban, ya había preguntado en varias ocasiones la dirección y el resultado de aquello fue llegar justo cuando las gotas de lluvia empapaban las calles, el sitio se veía confiable y pequeño para lo que le habían sugerido, eso hasta que una mano se posó en su cintura.- ¿Cuánto pagare por ti hermoso?..