Madness [PAUSADA]

2• Monsters

❝ Monsters stuck in your head. We are Monsters under your bed. We are monsters.

One misstep, your mine. And you better stay clever if you wanna survive❞

Despierto.

Lo primero que veo es luz, una luz cálida que da en mi cara, aunque son unos tuenes rayos, como si no alcanzara a filtrarse completamente, como si no me diera directamente. Deduzco de inmediato que es luz solar por la forma en la que se siente en mi piel. Las brujas tenemos algunos sentidos desarrollados de una diferente forma a la de los humanos. Nuestra piel es capaz de diferenciar el calor del fuego, desde un incendio hasta la llama de una vela, así como también del sol; pasa lo mismo con el frío, una pequeña ventisca, un cubito de hielo o una gran nevada. Lo mismo pasa con nuestros ojos, podemos ver más. No es como que veamos a más distancia o algo, sino que vemos lo que otros no, usualmente suelen ser sombras, espíritus, presagios, auras, entre otras cosas. Eso nos ha ayudado a usar mejor nuestra magia. Si, es algo abrumador, pero es increíble.

Ahora mismo siento los rayos solares en mi pálida piel, hace mucho que no los sentía. Siempre me la paso encerrada en la Academia por la noche y en las mañanas, y cuando es hora de ir a clases humanas, me levanto antes de que salga el sol para después quedarme encerrada toda la tarde. Mi rutina no incluye el sol, no sabía cuánto lo extrañaba... Pero, ¿no debería estar en la escuela a estas horas?

Abro los ojos.

No tengo idea de dónde estoy. Solo veo blanco y más blanco, el suelo y las paredes a mi alrededor son blancas, y la luz del sol parece provenir de arriba. ¿Dónde estoy? Subo la cabeza hacia el techo y me arrepiento. Yo estoy en el techo. ¿Cómo es que...? Antes de procesarlo, caigo de golpe al suelo.

La caída me saca el aire y hace que mi cabeza y espalda duelan como los mil demonios. Tengo que tomarme un tiempo para poder levantarme. Cuando parte del dolor pasó observo a mi alrededor.

No estoy en la Academia, nunca le llega el sol. Tampoco puedo estar en la escuela, hay unas cortinas rosa pastel que jamás... No puede ser. Estoy en la habitación de Sarah. ¿Qué hago aquí?

Entonces lo recuerdo. Anoche.

Sarah y yo estábamos bebiendo, demasiado. Recuerdo vagamente haberle confesado que era una bruja y haber hecho algún especie de hechizo para demostrarlo, pero también recuerdo que salió mal por lo ebria que estaba y ella no me creyó.

Supongo que debí de haber estado demasiado ebria como para revelar mi secreto, hacer magia mal y luego terminar dormida en el techo.

Aún con dolor de cabeza, tanto como por la resaca que tengo como por el golpe reciente, busco mi celular para después encontrarlo en el suelo debajo de la cama de Sarah. Cuando veo la hora puedo jurar que mi alma se escapó de mi cuerpo un momento e intentó golpearme. Voy tarde a la primera clase.

Si el momento fuera otro, no me importaría, pero ya no puedo llegar tarde o reprobaré la clase por asistencia y no podré ir a la visita que hará la Academia a Salem durante las vacaciones.

Así que sin pensarlo más tomo rápidamente mis cosas, reviso rápidamente la ropa que tengo puesta para asegurarme de estar lo suficientemente vestida y dando brincos me pongo mis botas negras mientras salgo de la habitación.