[05: Shoot]

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Aquello era malo, muy, muy malo. Los pasos a sus espaldas se hacían más fuertes y se escuchaban más cercanos.

Si hubiese estado solo, quizá se habría atrevido a enfrentarlos por su cuenta pero -miró por encima de su hombro rápidamente, mientras aferraba la mano femenina entre la suya- no podía arriesgarse.

Se detuvieron en una pequeña bifurcación y miraron en todas direcciones, buscando una salida. Sintió que ella tiraba de sí hacia la derecha y vio una puerta entre los furgones que no dudaron en abrir y cerrar con cuidado.

-¿Qué vamos a hacer, Yukihira? -La voz de Erina era baja y cargada de prisas-. Hay como cinco personas queriendo asesinarnos ahora, ¿alguna idea?

Sōma tenía la espalda pegada a la puerta mientras se encargaba de tenerla lo más cerca posible, a la vez que intentaba analizar su entorno en medio de la penumbra.

-En realidad, son como ocho personas -murmuró él, percibiendo que estaban en lo que parecía ser un deposito en desuso, si el olor a humedad debía indicarle algo.

-Oh, ¡disculpa que no haya sido suficientemente específica! -Le siseó ella con exasperación mientras le tocaba el pecho con el índice. A pesar de la situación, él se permitió reír por lo bajo-. ¿Esto te parece un chiste?

-Que estés exasperada en un momento como éste, sí -afirmó, y sintió la rodilla de ella rozar su entrepierna de forma peligrosa-. Erina... -le llamó con tono de advertencia.

-Dejando tu inoportuno sentido del humor de lado, si me das un arma... -ambos guardaron silencio cuando escucharon gritos al otro lado de la puerta.

Sōma dejó su mejilla descansar contra la sien de Erina, aferrándose con fuerza a su cintura. Aquella opción era buena, aunque igual era un riesgo. Ella podría salir herida, desde el punto legal solo era una civil y si disparaba...

Bajo la palma de su mano derecha, Erina podía sentir como el corazón de Sōma latía más y más aprisa. Podía imaginar lo que estaba pensando y por qué se estaba agitando.

-Será en defensa propia -murmuró -sino lo hacemos, no podremos salir de aquí.

Del otro lado de la puerta se escuchaban las voces diciéndose entre gritos que los habían perdido y que debían buscar hasta debajo de las piedras.

-Ten cuidado -susurró el contra su oído, tanteando en su cinto por el arma de repuesto -dirígete a la salida y llama a Tsukasa-san -sintió como ella se tensó contra sí ante la mención de aquel nombre-. No pasará nada -buscó su rostro -él enviará refuerzos, te lo prometo.

-No pienso dejarte sol-

Aún en la penumbra, él fue lo bastante astuto para encontrar sus labios y besarle pausadamente, interrumpiendo sus palabras.

-Cuando abra la puerta, haz lo que te dije -él se apartó de Erina, buscando otra arma en su sobaquera bajo el saco -si tienes que disparar, hazlo, pero no te quedes. Si vuelven a herirte no sé qué podría ser capaz de hacer -concluyó, su tono cargado de una franca angustia.

-Sōma... -Erina apretó los labios, sobresaltándose un poco cuando la puerta fue tocada con fuerza, pero Sōma no se movió. Anteponiéndose al movimiento del otro hombre fuera, él sostuvo el llavín, evitando que pudieran girarlo, lo que alertó a los que estaban del otro lado.

-Nos veremos en casa -susurró el pelirrojo de forma apresurada, volviéndose hacia la puerta-. ¡Ahora! -y abriendo la puerta de improviso, golpeó con la misma al que estaba justo detrás de la misma, disparó una, dos veces y se agachó a tiempo para esquivar un golpe con un bate de acero.

Erina dudó sólo un segundo y luego de dispararle al que había intentado golpearle con el bate y al que había golpeado con la puerta, se volvió sin dudar más para dirigirse a la salida y cumplir con lo que él le había pedido, siempre pendiente de sus alrededores y quitándose matones en el camino.

Confiaba, oh confiaba, de que él no hiciera nada estúpido para ganar tiempo y regresara a sí en una pieza.

-/-/-

Cuando los refuerzos llegaron, la zona fue asegurada y Erina colocada en custodia bajo la supervisión de Hayama y Kurokiba, a pesar de sus quejas, ninguno hizo caso a sus palabras.

Luego sabría que aquellas habían sido órdenes de Yukihira en caso de que algo sucediera en el futuro. Así que se la habían llevado a casa de éste y allí estaban los tres discutiendo los posibles sospechosos de la fuga de información cuando Yukihira llegó con un pequeño parche en la mejilla derecha y cojeando de forma ligera.

"Un golpe contra uno de los furgones" fue lo que dijo para la pierna y corte con una navaja para la mejilla, después de actualizarles brevemente sobre lo que había pasado, los otros dos agentes se marcharon, dejando solos a los tórtolos no admitidos.

-¿Estás seguro que esa cojera no necesita revisión? -Erina tomó asiento junto a él en el sofá, mirando de forma inquisidora la misma y luego el rostro masculino.

-Probablemente sí, pero quería llegar a casa -de forma casi tímida sostuvo el dedo índice de ella con el suyo propio y pulgar, acariciando la piel del mismo con cariño.

-¿No confiabas en que llegaría en una pieza? -Inquirió, alzando una ceja.

-No es eso, sólo quería asegurarme que estabas bien -le tomó la mano y entrelazó sus dedos con los de ella -la última vez...

Erina habría querido golpearlo pero lo entendía.

-No volverá a ocurrir -murmuró, inclinándose hacia el, uniendo sus frentes.

-No lo sabes, aún no hemos detenido a- -él se acalló en cuanto ella cubrió sus labios con sus dedos.

-No pienses en ello ahora -deslizó sus dedos hasta la barbilla masculina -ahora mismo nos tenemos, aquí -buscó su mirada y pudo ver como el velo de la preocupación se alzaba un poco de los dorados de él.

-Tienes razón -asintió Sōma, haciéndole colocar su rostro junto a su cuello, mientras la abrazaba fuertemente-. Estas aquí.

Y mientras se aferraban el uno al otro, Sōma no pudo evitar preguntarse hasta cuándo sería así...

-Fin-

Y por ahora eso ha sido todo, en su momento me emocione mucho y quería hacer más pero decidí dejarlo hasta donde lo había pensado en un principio, que era hasta este capítulo y situación.

Quizá en un futuro haga alguno más, quizá no. Por ahora, esta pequeña serie de "Our Encounter" ha concluido, así sin más. Espero de corazón que sea de su agrado y me permitan saber sus impresiones.

¡Ja ne~!

Creado: 16-08-2019.
Corregido: 03/04/2020.

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