Is There Any Light Heart?

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Narra ________:

Tick-tock. Tick-tock. Tick-tock. Siete horas, tres minutos y veintidós segundos. Siete horas, tres minutos y veinticuatro segundos. Tick-tock. Tick-tock. Eran las siete horas y cuatro minutos y yo estaba sentada en mi cama mirando al reloj en la pared.

La noche anterior había sido bastante difícil, llena de personas diferentes y emociones. Odio. Miedo. Rencor. Tranquilidad. Aceptación. Dolor. Melancolía. James. William. Henry. Charlotte. Jessamine. Sophie.

Pesadillas y lágrimas. Luego de lograr tranquilizar a ................., había vuelto a tratar de dormir, pero las pesadillas me perseguían. Debido a eso, a las cinco y treinta y cinco dejé de tratar de dormir y empecé a leer un libro.

A las siete menos cuarto, lo terminé. Me arreglé en diez minutos (vestí la ropa de entrenamiento y me até el pelo con simplicidad, nada de gran vestido o hermoso peinado, apesar de lo dijera .............., me gustaba mucho más la ropa de entrenamiento que el vestuario de la alta aristocracia inglesa) y desde entonces estaba sentada, apenas esperando.

Eran las siete horas, cinco minutos y diez segundos y faltaban cincuenta minutos y cincuenta segundos para el desayuno. No, no calculé mal. El desayuno era servido a las ocho en punto, pero podía salir de mi habitación cinco minutos antes, así llegaría puntalmente, como de costumbre.

Tick-tock. Faltaban cincuenta minutos y diez segundos y me empezaba a aburrir. Tick-tock. Tick-tock, el reloj seguía haciendo ese molesto ruido y empezaba a ponerme los nervios en punta.

Eran las siete horas, seis minutos y doce segundos, cuando ya no se escuchó más el ruido del reloj. El anterior silencio fue sustituido por la melodía preciosa de una canción entonada en un violín con inmensa precisión.

Sentí una paz sin precedentes, siempre me había gustado mucho la música, pero eso era diferente, especial. Era como si hubiese encontrado mi lugar en el mundo. Allí sentada en aquella cama, con un gato amarillo sentado a mi lado (nunca supe cuando había aparecido), y escuchando aquella melodía.

Pero, si antes el tiempo pasaba muy lentamente, aquellos preciosos cuarenta y cuatro minutos y catorce segundos pasaron demasiado deprisa.

Eran las ocho menos nueve minutos y treinta y cuatro segundos cuando la última nota de la canción dejó de sonar.

Hice una mueca de desagrado, aprovechando que estaba sola, ya que aún faltaban casi cinco minutos para que pudiera salir de mi confinamiento (por si acaso, si alguien no sabe, confinamiento significa estar preso o confinado en alguna parte).

Por fin, decidi que, ya que Jem estaba despierto, no tenía porque quedarme sola en mi habitación. Con esto en mente, tomé mi bolso lleno de libros (sí, era la mayor nerd del mundo y estaba orgullosa de eso), llamé a Jay y salí de la habitación. Una vez afuera, adelante de la puerta del joven de pelos plateados, me detuve, dudando de si sería impróprio llamarlo.

Mi deseo de compañía me decía que no importaba, pero era la habitación de un caballero que había conocido apenas ayer. Pensé en llamar a mi parabatai, por un segundo de locura, realmente comsideré esta hipótesis, no obstantem el mal humor de esa chica a las mañanas es más amedrontador que un demonio mayor, y yo ya había luchado contra uno para saber. Después de una corta lucha interna, toqué la puerta.

- ¡Entra! - Oí la voz suave de Jem desde adentro.

- Con permiso, señor Carstairs. - Dije al abtir la puerta. - Me gustaría saber si ya está listo para el desayuno.

Al verlo salir de lo que creía que era el baño, supe de inmediato la respuesta de mi pregunta. Él traía puesto un atuendo apropriado para un perfecto caballero inglés, pero su cabello plateado estaba húmedo y despeinado.

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⏰ Última actualización: Jun 26, 2017 ⏰

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Las Cronicas de _____ y ............ (Jem Carstairs o Will Herondale y tú)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora