Mi vida.
Te ví en los pasillos de la escuela.
Estabas viendo tus manos.
Te veía muy delgada.
¿Por qué?
Tenías cerrados tus ojos
Me preocupé.
Llegué a mi casa y estaba muy pendiente de ti.
Me metí en WhatsApp veía que tenías una foto de una chica llorando.
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Al día siguiente trate de hablarte, pero te la pasabas en el baño.
Sospechaba que algo te pasaba, me sentía horrible, tenías la cara de siempre, seria. Parecías Daría o la otra chica Laura.
Fui a la cancha, llegaste rápido y te sentaste en una esquina, el balón te golpeaba y nadie decía nada.
Te fuiste de allí.
Agarraste un libro y pediste un café.
Fui a ver.
Te ví en un banco mojado.
Seguía lloviendo y tu mientras leías con la mayor tranquilidad sentada de bajo de ese árbol mojado.
Te hablé.
Me ignoraste.
Te fuiste y dejaste tu café allí.
Regresé a casa y vi un mensaje, me lo habías mandado cuando me ignoraste.
Decía:
"Se que ahora te preocupas por mi, me siento muy bien veo que me "vigilas" todos los días. He escuchado que me dices "Mi vida" quede con ojos de plato.
He echo lo mismo, fui a la cancha pero trate de no llamar la atención. Quiero que nos conozcamos, soy callada, antisocial y muy tímida, te ignoré lo sé, no tengo amigos y parezco Charlotte Usher. Espero que hablemos y respondas.
Saludos. Piccolo."
Mi felicidad no estaba ni a 10% ni a 100%, estaba a un millón.
Obvio le respondí.
Fue un récord con mi celular.
Lo usé todo el día, hablé con ella, le aconseje y claro, todas las tardes a las 5:00pm EN LÍNEA.
Fueron momentos clave para mi. El mejor día con alguien especial, hermosa, callada y siempre viste de mangas largas y de negro.
Obvio que ya sabía por que mangas largas.
«Mi vida».
