SUMERGIDA

Que duro.

¿Cómo le dices a tu novio que os vais a separar por 10 meses? ¿Y a tus amigas? yo solamente era una niña asustada, pero muy valiente. Acababa de tomar una decisión que probablemente cambiaría mi vida. ¿Estaba dispuesta a asumir aquel riesgo? Por supuesto. Había escuchado tantas veces que debía perseguir mis sueños y hacerlos realidad... Y otras tantas yo había pensado que esto era imposible, que los sueños, sueños son, nunca podrían cumplirse, simplemente son fantasías; debía aceptar mi realidad , conformarme con ella e intentar que fuera lo mejor posible porque mis sueños, siempre serían imposibles de cumplir. Pero me equivocaba porque, de pronto, sin esperarlo, el sueño de mi vida apareció ante mis ojos y yo sabía, que por muy asustada que estuviera, no iba a dejarlo ir. 

Pero que duro, de verdad. Parecía tan bonito por un instante ver que aquel sueño me estaba mirando a mí. Y yo, tan orgullosa de mí misma por haberlo abrazado con todas mis fuerzas. Solo me duró un instante porque, caí. Caí en la cuenta de lo que de verdad estaba pasando. Iba a cumplir mi sueño, pero estaba abandonando mi realidad. Aquella que tanto tiempo me había costado mejorar y que por fin, era lo más parecido a lo que quería. 

Llegó el momento de decirle a mi novio que me iba, que hasta luego, que me esperara. Y de verdad, que duro. No sabéis cuánto. Lo más duro de este proceso, sin duda alguna, fue tener que darle esta noticia que tanto nos afectaría a los dos. 

Sorprendentemente, cuando le dije que dejaba la ciudad, que me iba a Estados Unidos me dijo: ''¿Sabes qué?, yo ya lo sabía. Sabía que te ibas a ir''. Y sí, él lo sabía antes que yo. Desde el minuto en el que le dije que debía tomar tal decisión, él se dio por jodido porque sabía que nada podía hacer para retenerme pues era el sueño de mi vida y lo iba a cumplir costara lo que costara. Él me conocía, lo sabía. Pero él tampoco quería retenerme aquí. Aunque le afectó, y mucho, esta confirmación de lo que ya temía, me dijo:''Quiero que vayas, que pases el mejor año de tu vida. Voy a estar contigo y vamos a pasar todo esto juntos. Pase lo que pase''. Fue ahí cuando me enamoré aún más. Me enamoré de su lealtad, su tranquilidad, su confianza y orgullo depositados en mí. Y yo, sinceramente me sentía aún más orgullosa de las personas que había elegido a mi al rededor que de haber decidido irme. Sabía mejor que nadie que un cambio es algo muy importante y vital pero aún lo es más la compañía que tienes durante el proceso. Y yo, no podía estar más orgullosa del acompañante (uno de ellos, pero sin duda el más fundamental e indispensable) que había escogido para mi viaje. No puedo estarlo más.