•Descanso•

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-Narra omnisciente-

Aquella mañana el de cabellos rubios decidió poner manos a la obra para preparar un delicioso desayuno, hace mucho que no cocinaba algo y se le habían antojado unos huevos fritos con algo de tocino, además de saber qué su compañero adoraba aquella comida. Igualmente seguía algo pensativo por el comportamiento del de orbes moradas, nunca lo había visto así más que cuando aveces pasaba tiempo con su amigo de gafas, a pesar que hace tiempo no le veía, tan sólo hablar de él hacía que el humor del mayor cambiara, era extraño.

-Roncas como cerdo tío... - Murmuró mientras terminaba de cocinar lo que anteriormente había pensado, escuchando las palabrotas que decía el azabache en bajo.

-Y tú como rinoceronte... Ya, vale, pero... Cómo te estaba diciendo antes, ¿Has visto anteriormente a Vegetta así?.. - Las dudas también le llenaban la cabeza a aquel chico, según lo que sabía era un hombre correcto y de buenos modales, le sorprendió en parte ver su actitud, pero decidió actuar con tranquilidad.

-Narra Rubius-

Sigo sin comprender la reacción que tuvo contra lo que le habíamos dicho, pero no quería pensar todo el día en eso, era una pérdida de tiempo, creo. No, no creo, lo es, necesito hacer mí vida además de Vegetta, no me puedo dejar llevar, así solo dependeré de él.

-Pues... Unas veces, por Mangel... Pero no importa, será mejor ir a dar una vuelta o algo, quiero pensar en otra cosa - Le dediqué una sonrisa para dejar su plato de comida frente a él, viendo su emoción.

Mientras comíamos me puse a pensar en Mangel ahora que lo había mencionado, hace tiempo que no lo veía y la verdad, no voy a mentir, quiero pasar el día con él, tal vez luego le llamaré para vernos. Entre charla y charla perdímos la noción del tiempo, Auron ya debía irse debido a su trabajo y yo también tenía cosas que hacer.

-Ten cuidado, ¿Okey?. Si ese puerco intenta hacerte algo me llamas, no dejaré que te use... - Reí por su comentario, puede que nos llamemos calvos o cerdos, pero después de todo se que puedo confiar en sus palabras.

-Nos vemos... -

Luego de saludarlo solté un gran suspiro para bajar mi mano suavemente, comenzando a mirarla con detalle. Estaba algo vendada debido a las seguidas veces que iba a picar, mis manos llegaban a sangrar por aquello, pero que puedo decir, era una de mis grandes pasiones encontrar aquellos brillantes diamantes y minerales. Al estirar un poco comencé a encaminarme fuera de mi morada, sin antes cerrarla, ya que no sabía que podría pasar si la dejado abierta... Seguramente entrarían a inspeccionar y me dirían que cualquier cosa es ilegal, lo típico de Karmaland.

Mis pasos levantaban leve polvo del suelo mientras me encaminaba hacia el pueblo en busca de algunos materiales para mi casa, tal vez habían agregado nueva decoración o algo por el estilo. Las aves cantando y el viento fresco acariciando mi rostro me calmaban bastante, mi mente se ponía en blanco por todo aquello, era una sensación bastante bonita, hasta que pude escuchar cierta voz que se me hizo familiar, haciendo que me escondiese detrás de una de las tiendas del lugar y aquella situación relajante se volviera tensa.

-Luzu, ayúdame, por favor... - ¿Vegetta?, ¿Por qué necesitaría ayuda de Luzu?, Era algo extraño...

-Ya te lo he dicho mil veces, no te ayudaré a qué conquistes a ese pobre chico, le tienes confundido... - Sonaba fastidiado, ¿Qué tan pesado tenía que ser para que esté así?, ¿Ya comencé con las preguntas nuevamente?.

-Anda chiqui... Sabes que cambiaría lo que sea por él... - Una mirada de seriedad fue dedicada al de orbes moradas, ¿Que cojones está pasando?.

-Pues no parece que estés cambiando... -

—Narra omnisciente—

Aquellos dos siguieron caminando hacia otra dirección mientras el menor salió de su escondite para caminar rápidamente en dirección opuesta a la de éstos. Nervioso siguió su día tranquilamente mientras compraba una que otra decoración, estando bastante satisfecho con lo que había encontrado.
Al salie por la puerta principal del último lugar que visitó, sintió que le jalaron del brazo para comenzar a correr hacia una zona apartada, pudiendo notar que se trataba del castaño de chamarra negra. Soltando unos últimos suspiros de cansancio se detuvieron frente a un árbol de Roble, el cual estaba algo cerca de la casa del recién mencionado. El menor estaba a punto de decir algo más fue callado por el agarre en sus hombros de parte del mayor, haciendo que le mire.

-Rabis... Escúchame, por favor... Si Vegetta algún día... Llega a invitarte a salir, como cita, o tan solo a pasear... No te ilusiones, te lo suplico, no soportaría verte mal compañero... -

Aquellas palabras preocuparon al de orbes verdes, no comprendía porqué le decía todas aquellas palabras, pero era conciente que lo decía para protegerlo en cierta forma y por preocupación, la cual apreciaba bastante.

-Lo sé, lo sé... Gracias Luzu, se qué él es algo impredecible, pero aún no quiero perder la esperanza - El de chamarra negra asintió con una sonrisa, soltando aire bastante aliviado. Un abrazo acortó aquella poca distancia que había entre los dos, haciendo que el rubio se sintiera un poco mejor, saber que tenía el apoyo de sus amigos le ayudaba bastante.

-Solo quería decirte eso... Oh, y... Mándale saludos a Auron... -

A las pocas palabras intercambiadas aquel chico rápidamente se dirigió a su casa, subiendo las escaleras corriendo de forma leve. Todo aquello confundió un poco al contrario, no sabía porqué todo fue tan de la nada, pero le agradaba haber tenido aquella conversación.

—Narra Rubius—

La mañana había pasado tan rápido por las compras que hice que ni me dí cuenta de que el tiempo pasó tan rápido, el sol se estaba escondiendo y yo aún me encontraba de camino a casa. Estaba algo asustado, no voy a mentir, no quería perder todo lo que había conseguido por un jodido zombie, no de nuevo.
Finamente abrí las puertas de mí casa para dejar una que otra bolsa con las cosas que conseguí sobre el suelo, apoyándome en la puerta, ya podría descansar un poco.

-Te tardaste... - ¿Fargan?.

Abrí los ojos con sorpresa para ver frente a mí a mis queridos hermanos con sus trajes puestos, ¿Qué travesura tenían en mente?.

- ...¿Cómo cojones entraron en mí casa? -

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Hello deah, aquí estoy de nuevo... Lamento la tardanza, perdón, perdón, aquí estoy ah

Bueno, un capítulo largo para recompensar igualmente, espero les guste, me volvió la inspiración◝(⁰▿⁰)◜💕

It's so hard to accept? [Rubegetta]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora