Agli uomini piace essere il principe che salva la principessa

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Narra Erick:
Descendí a la casa del lago en completa confusión, ¿¡Porque estoy molesto!?, Eso es algo que no logro comprender, tal vez solo sea por ver cómo los demás son felices y... Eso no tiene el más mínimo sentido.
Dejé caer todo mi peso en el sillón mientras alivio con suaves masajes mis sienes, cálmate Destler, mi mente comenzó a divagar hacia la acomodadora, no puedo negar que es atractiva, desde que la vi por primera vez lo noté, tampoco debo de negar que es muy refinada y elegante, posee un habla poco coloquial para una muchacha de clase baja, no aparenta ser cualquiera, pero con lo que no puedo lidiar es con lo que siento, esos celos tan repentinos, esas ganas de apresarla contra la pared y perderme en ella, ¡Jamás había sentido algo así!, Con Christine jamás sucedió algo parecido, si es verdad la deseo, pero fue gradual, con los años, no de la noche a la mañana, siempre me he considerado alguien que sabe controlar sus instintos más bajos.
- ¡Claro con esta cara!, No es como si pudiera elegir- reí.
Pero ahora no sé que me pasa, solo de pensar que a estas horas alguien está despojándola de ese vestido me hace... ¡Salirme de control!, Hace mucho que no recurro a ello, pero creo sinceramente que necesito, una dosis de morfina sustanciosa.
- Mañana todo volverá a la normalidad- dije dejando que la aguja penetrase mi piel y poco a poco el líquido comenzase a regar por mi sistema bañando mi cuerpo en calma absoluta- sí... Por fin calma- me dejé llevar.

Narra Dariana:
Decidí darme un baño para calmar mis pensamientos, ayer estuve pensando en un nuevo plan, pero aún no hay algo que me convenza, digo tampoco pretendo verme como una... Puta, necesito ser sutil y por lo pronto no me volveré a vestir así, aparte de que fue incómodo que todos me mirasen, algo en ese "fantasma" me dio miedo, pero ya no hay tiempo para retroceder, ya inicie con el plan ahora solo tengo que continuarlo, El problema... ¡Es que no sé cómo!, Se muy pocas cosas de él y el Vizconde no supo darme más detalles, estaba perdida en mis pensamientos, cuando la voz de mi madre resonó en mi cabeza.

A los hombres les gusta ser el príncipe que rescate a la pequeña princesa.

- ¡Frases sabias mamá!- sonreí a mi reflejo.
Eso me dijo el día que me exigió "Seducir" a Arturo y si antes funcionó... ¿Por qué no ahora?.
Recuerdo que ese día inventé estar muy mal con mi madre y él claro me consoló, eso nos hizo más unidos y al poco tiempo me pidió ser su novia, que caro me salió todo aquello pensé dejando que una lágrima se derramase por mi mejilla, ¿Estaré cometiendo el mismo error?.
- No claro que no, aparte no tengo intenciones de que llegue a nada más, solo le distraeré, el Vizconde se llevara a la Daee y yo recibiré el dinero y todos felices, ayudaré a alguien y recibiré dinero por ello- sonreí.
¡Saldré de la miseria!, Agradezco infinitamente a Valeria, pero me apena vivir a sus costillas.

¡Saldré de la miseria!, Agradezco infinitamente a Valeria, pero me apena vivir a sus costillas

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- ¿Entonces te harás la víctima?- rio Valeria.
- Eso hice con Arturo y funcionó- ¿¡Que lo ocurre hoy a mi cabello!?, Llevo horas intentando que se vea decente.
- Es una buena idea- coincidió- ¿Puedes dejar de acomodar tu cabello?, Así se ve bien.
- Si, al parecer los consejos de mi mamá me servirán- reí.
- Pues sí- rio.
- Me tengo que ir- mi voz se escuchaba desanimada.
- ¿Quieres que te lleve el cochero?- preguntó.
- Sí... No se vería muy extraño- lo pensé bien.
- Tienes razón, que te vaya bien- me dio una sonrisa.
- Ojalá- dije saliendo de la casa, partí hacia la ópera.

Y ahí vamos con la rutina de siempre, me empiezo a cansar, pero en cuanto reciba el dinero ¡Juro que no volveré a tocar ni una escoba ni un trapo húmedo!

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Y ahí vamos con la rutina de siempre, me empiezo a cansar, pero en cuanto reciba el dinero ¡Juro que no volveré a tocar ni una escoba ni un trapo húmedo!.
- Un banquillo- pidió mi adorado fantasma, pero... Esta vez lo dijo muy frío, maldita sea.
- En un momento- soné lo más cálida posible.
Fui por él y se lo entregué, pero no sin antes comenzar el plan, no fue difícil sacar unas cuantas lágrimas que claro sequé, no me iba a ver tan obvia.
- Aquí tiene- entregué "cabizbaja".
No dijo nada, traté de retrasar mi estancia en el palco lo más que pude ¡Y nada!, Salí lentamente del palco, ¿¡Por qué se comporta así!?, Mi plan se irá al caño por su culpa.
- ¿Falta de sueño nuevamente?- preguntó haciendo que sonriera mentalmente.
- Algo así- soné resignada.
- ¿Está enferma?- preguntó preocupado, ¡Dios me estoy sintiendo mal!, No Dariana recuerda no es alguien bueno.
- No... Bueno yo no- mi voz se entrecortó.
- ¿Hay algo que pueda hacer?- ¡Me lo está haciendo difícil!.
- No claro que no, si me permite- salí del palco, ¡Me siento muy mala persona!.
Me escabullí entre las personas hasta llegar al tejado, ¡Me estoy convirtiendo en algo que no soy!.

Siempre lo has sido no te mientas Sherrier.

¡

No puedo hacerlo!, Pero... Mi madre necesita de mí, ¡Dios todo esto es tan difícil!, Comencé a llorar desconsolada, jamás pensé estar en esta situación, llegué a la cima de esa bella edificación y caminé a paso lento hacia una de la orilla del tejado... ¿¡Que estoy haciendo!?.
- Insisto, ¿Hay algo en que la pueda ayudar?- una voz a mis espaldas...
- ¡Es él!- susurré.

Dolce TentazioneDonde viven las historias. Descúbrelo ahora