Un sonido gentil

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Lamento agregar más dolor al fandom, pero luego de ver un fanart sobre esta temática me quedé pensando tanto que tuve que escribir algo al respecto. Esta historia no es verdadera, nuestro Tanjirou es un angelito y jamás sería capaz de hacer algo malo, todos lo amamos. Perdónenme la vida. 

Cursiva es Zenitsu relatando.

. . . 

Hubo muchas cosas que llamaron mi atención de él en primera instancia. Sus particulares aretes, su cabello desordenado y burdeo, esa extraña cicatriz en su enorme frente, pero sobre todo, su mirada, tan gentil, tan alegre, que con sólo cruzarla me hacía sentir tranquilo e incluso bien conmigo mismo. Era atractivo sin duda, apenas unos cuatro o tres centímetros más alto que yo, pero incluso a leguas se notaba que era mucho más fuerte. No era extraño que la mayoría de las chicas de las clases se aglomeraran a su alrededor apenas llegaba, pero a pesar de que él les sonreía tan educado y respetuoso, ninguna llamaba su atención.

Yo lo sabía, porque era yo quién se acostaba con él.

Siendo estudiante de universidad y viviendo actualmente en Japón, fui obligado a mantenerme dentro de los lineamientos sociales de lo correcto por muchos años de mi vida. Obligado a mantener el apellido de Agatsuma en alto, como decía mi abuelo, me criaron a golpes y regaños, forzado a seguir una vida que no quise, comprometido con una chica que ni siquiera conocía, aterrado del qué dirán, de la vida en sí, de no estar seguro si podré seguir avanzando o no.

No fue raro esperar que apenas se me dio la oportunidad de "romper esas reglas", la tomé sin pensar.

Nunca supe a ciencia cierta si su objetivo siempre fui yo. Pero actualmente, hay muchas cosas que no logro entender de Kamado Tanjirou.

Apenas comenzaron las clases nos conocimos. Se sentó a mi lado el primer día, con una gran sonrisa en su rostro, a pesar de que todos procuraban mantenerse alejados de mí. Mi rostro daba miedo, una mirada ámbar vacía y siempre con rastros de lágrimas en los ojos. Sin embargo, él me miró y me trató como si nada, como si nos hubiéramos conocido en un parque, como si el profesor adelante que intentaba explicar su materia no existiera.

Creo que ambos lo sentimos, ya que apenas terminó la clase decidimos salir. Pasamos toda la tarde juntos, riendo, coqueteando, e inevitablemente terminamos en su departamento, acostados, fundiéndonos entre jadeos y embestidas. Él fue tan dulce, tan caballero, nunca pensé que podría llegar a sentirme así de especial estando con un hombre.

Pero... los problemas comenzaron al día siguiente.

Llamada tras llamada.

Uno, dos, tres... diez, veinte, treinta mensajes.

"Que preocupado" pensé. Lo dejé pasar, abrumado de tanta atención y detalles lindos, a mi parecer, pero en el buen sentido. Continué yendo a su departamento, continué teniendo sexo con él, pero... ¿quizás estábamos yendo demasiado rápido?

No, no debería ir demasiado rápido.

¡No debería ir para ningún lado y ya! ¡Yo estaba comprometido!

Comencé a asustarme, sus continuas llamadas y mensajes dejaron de parecerme lindos. Comenzaron a incomodarme, a repelerme, y era extraño porque en ningún momento se volvían agresivos, sólo... era demasiado abrumador, demasiada atención para algo que no era.

"Tú aroma aún sigue en mis ropas." "Anoche te veías tan lindo." "Zenitsu es tan lindo." "Encontré un local muy bueno con helados riquísimos." "Te gusta el dulce, ¿verdad? Quiero llevarte." "No puedo esperar a que llegue la noche." "Hoy sales a las 18:00 de clases ¿no? Voy a esperarte afuera de la facultad." "Quisiera estar unido a tus labios por toda la eternidad, Zenitsu." "Me encantas, Zenitsu."

Dead Silence | TanZen (PAUSADA)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora