~Rubius y Fargan~

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Dedicado a AkemiGamer
Si, es un ship raro, pero yo doy lo que me piden :D

Era un día casual de primavera. Los rayos  de sol atravesaban las calles de Karmaland. Por allí pasaba un oso que buscaba a su compañero oscuro.

-¡Fargan!- Fue hasta comisaria, donde se encontraba el policía corrupto.- Te estaba buscando.

-¡Rubius!- El también se acerco a su hermano oscuro.

-He visto lo que me dejasteis en casa, tu y Auron. ¡Gracias!- él le abrazo para darle las gracias, haciendo que Fargan se sintiera de repente muy tímido, algo no muy común en el.- ¡Me habéis salvado la vida!

-B-Bueno, no es para tanto- se rasco la nuca mientras sonreía hacia otro lado- Hace mucho que no nos juntamos con la Hermandad Oscura.

-Tienes razón, ¿Quieres ir a trollear a alguien?- ambos sonrieron y se dirigieron hacia casa de Luzu.

Rubius había estado en casa de Vegetta hace poco. La última vez, cayó en sus trampas, y consiguió quitar algunas para llevárselas. Por suerte las llevaba en la mochila. Fargan hizo un pequeño agujero y Rubius puso las trampas. Luego lo taparon con césped falso y se escondieron tras unos arbustos lejos, donde el dueño de la casa no los pudiera ver.

-Buenas tardes, Luzu- decía Fargan, mientras lo llamaba desde el Karmaphone, con undistorsionador de voz- Te hemos dejado un regalo en la puerta de tu muralla.

-¿Un regalo? ¿Quién eres?- Mientras esperaba a que le contestará, Fargan ya había colgado- ¿Será de la Hermandad Oscura? Voy a ver...

La Hermandad pudo ver cómo se abrían las puertas de la muralla. Allí salía su dueño, que al instante cayó en la trampa. Al final pudo salir, lleno de rasguños, bastante enfadado, y gritó "¡Hermandad Oscura!¡Sois sopa de veneno!" mientras volvía a entrar en su casa.

Rubius y Fargan se pasaron media hora riendo. Fargan no podía dejar de mirar a Rubius reírse. Le parecía muy tierno y adorable. Cuando por fin pudieron acabar de reír, ambos sonrieron.

-Echa de menos esto- dijo Rubius mientras abría los brazos para abrazarlo.

-Yo también- se quedaron un rato abrazados. No era ese típico abrazo normal. Era más, un abrazo, que sin decir nada, podías sentir lo que sentía el otro a través de los latidos.

Que romántico me sonó el final ajaja. Es un ship raro pero bonito.

One shots / Karmaland 4 /Donde viven las historias. Descúbrelo ahora