Tomando de las riendas de su caballo, el chico hizo que el caballo galopara hasta la cima de la colina donde le daría al menos una imagen un tanto clara de su objetivo. El viento que aún seguía soplando por aquella colina hizo que Tatsumi se sintiera libre de peso y su "espada" no sintiera ni el más mínimo ruido en ese entonces.
El chico iba vestido como si de una persona civil se tratase. Playera olgada y un tanto sucia pero aceptable ante la mirada de muchos, incluyendo por supuesto una chaqueta blanca de cuello alto y un par de pantalones negros. Aquellos pantalones parecían normales pero lo que más resaltaba era su espada que yacia amarrada a su cintura, una espada corta con una borla de eslabones de cadena en la empuñadura en su vaina.
Era la primera vez que llevaba así la espada...,la verdad es que no quería llevarla pero su amiga insistió en qué tal vez la necesitaría en el camino.
El chico le exigió al caballo más esfuerzo y el semental respondió con un relincho al llegar por fin a la cima.
La vista era hermosa, las aves pesaban por encima de el chico y hacían un gran aleteo en cuanto vieron a Tatsumi bajar de su caballo. El chico palmeó a este mismo en señal de "buen trabajo".
Años habían pasado y ahora por fin había vuelto con una gran noticia desde los confines de las fronteras.
-¿Por fin llegué?.- Dijo el chico contenido su grata felicidad que a los segundos expulso intentando que hasta sus propios hombres lo escucharán desde abajo de la colina.- ¡Al fin llegué...!
El exclamó del chico hizo que muchas aves volarán por encima de la cabeza del chico.
-¡TATSUMI!.- Exclamó alguien detrás de él.- Ahh por fin..., pensé que tal vez te perdería desde aquel acantilado...
-Tranquilo leyasu.- Dijo Tatsumi quien al ver a su amigo montado en su caballo hizo que sonriera.- Estoy bien. Solo quise ver cuánto faltaba para llegar a la capital, es todo.
-Ya veo.- Dijo leyasu quien aún seguía montado en su caballo.- Puede que sea posible llegar en tal vez cuatro días más.
-Tal vez.- Dijo Tatsumi.- Espere por mucho tiempo esto y ahora por fin estoy casi seguro que padre me dará el privilegio ahora...
-Eso espero aunque si el general Budou lo aprueba eso significa que no te veré mucho fuera de la capital. Es triste pero creo soportarlo...
-No te preocupes querido amigo. Se que serás un gran capitán una vez que yo no esté, después de todo estás con Sayo.
-Sayo eh....- Leyasu quien seguía manteniendo una mirada al horizonte, el chico palidécio.- Acerca de eso... ¿No quieres llevártela como secretaria...?
-Eso nunca.- Leyasu se sintió aún más deprimido al escuchar esto.- Además, si los separara créeme que, Sayo no me lo perdonaría....
El joven llamado Leyasu arqueó la ceja en señal de confusión e iba a preguntar al castaño haber a qué se refería, lastimosamente eso no pudo ser respondido. Tatsumi palmeó el caballo de Leyasu y subió a su caballo.
-Es hora de irnos.- Dijo Tatsumi quien nuevamente cogió las riendas, no sin antes dar una mirada al horizonte.- Espérame capital, muy pronto estaré ahí.
-¡Hey...! Pero al menos explícame eso de que "no te lo perdonaría".- Leyasu exclamó al ver a su amigo irse por dónde vino
-Eres tan torpe como siempre eh.- Tatsumi respondió
El caballo dio media vuelta y empezó a trotar mientras que Leyasu le seguía insistiendo.
"No te diré algo que ya debiste de haberlo sabido" pensó Tatsumi que al ver lo gran despistado del chico, aún, no se daba cuenta del cariño que le tenía sayo a Leyasu. Tatsumi sonrió al pensar que tal vez en un futuro serían una pareja, dejar la milicia y dedicarse a su hogar, formar una familia y tener hijos para que lo conformarán, esto solo era unos pensamientos que tuvo el chico. Lo que causó una sonrisa a la que Leyasu vio y volvió a hostigarlo.
ESTÁS LEYENDO
Domina al León
De TodoTatsumi, hijo de uno de los generales más temibles de la capital; había regresado por fin a su hogar después de haber acabado con unos cuantos rebeldes que habían surgido desde las fronteras del oeste. El chico ya quería ver a su padre. Quería demo...