Capítulo 30

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Navidad: Te quiero

La velada transcurría amena, para molestia de Gray ruidosa como nunca lo fue, pero también agradable y cálida a pesar del frio exterior. El Fullbuster mayor se sentía no cómodo, pero si contento aunque tampoco es como sí lo fuera a admitir en voz alta. Ya demasiado esfuerzo hacía para reconocerse que le agrado ver a tantas personas molestas en su hogar festejando junto a él, Lucy y Silver. Parecían ahora tan lejanas las preocupaciones que le habían estado amenazando los últimos tres meses que decidió por esta ocasión pasarlas por alto. Dejarlas sepultadas a las fueras del territorio Fullbuster.

Por lo menos hasta que la mañana del día entrante pronto llegara. Ya iban a ser las doce de la medianoche.

"Mako-san me dijo que estarías aquí… ¿Ocurre a-algo malo Gray?" La voz de Lucy quien cerraba tras de ella la puerta corrediza que comunicaba con el patio trasero de la mansión Fullbuster y el comedor donde la fiesta continuaba, con su música y griteríos (podía escucharse claramente la voz de Kana y Briar reprendiendo a Natsu por algo)

"No. Solo necesitaba salir a tomar algo de fresco… Adentro es un completo caos" Comento Gray apoyado en uno de los pilares de madera, con los brazos cruzados y la mirada perdida entre las orbes marrones de ella y la belleza inusual que era la Heartfilia en esa ocasión.

La rubia sonrió comprensiva. Había veces que sus amigos podían ser demasiado.

"Hay una hermosa vista desde aquí para ver los fuegos artificiales ¿N-No crees?" Señalo Lucy pasando a caminar hasta estar apoyada en el barandal junto al pilar donde reposaba Gray. Él bufo en contestación. Esa era la manera de decir 'sí' de él. Lucy contemplo por unos segundos el paisaje helado y luego volvió su vista al Fullbuster, él se mantenía impasible con los ojos cerrados pareciendo juntar toda la calma posible para no abrir la puerta corrediza y pedirles, no de manera cortes, a las hurracas de las mujeres, y a Natsu también, que hablaran sin gritarse "Silver… Él está muy contento. T-Te andaba buscando recién"

La ex poseedora de la magia celestial se mordió el labio inferior y bajo su vista al suelo al notar que él había dejado de respirar y había abierto los ojos de par en par tras la mención del pequeño.

"¿Siguen molestándolo los gemelos de Jerome?"

"N-No, no por eso… A él, le gusta pasar tiempo contigo. Creo que no lo has notado pero él…" Lucy volvió su vista hacía las orbes negras de él. Gray sonrió ladinamente, el sonrojo en ella se extendió por todo su rostro hasta su delgado cuello que era cubierto en parte por la yukata de seda blanca.

"¿Pero qué?" Él se enderezo de la columna y descruzo sus brazos. Parecía estar tentado de cualquier momento acercarse a ella.

"Él te admira… mucho" Susurro la muchacha quedando prendida en la negrura de aquella mirada. Lucy era diferente en aquel sentido a las demás niñas. Ella no miraba con dobles intenciones, no esperaba nada ni bueno ni malo.

Sencillamente Lucy no esperaba obtener nunca nada. Y era por ello que Gray cada vez estaba más seguro del porque ella llamo su atención, y porque ni siquiera en sus días de juventud ella paso completamente desapercibida para él. Esa pequeña mujer que dominaba la magia de espíritus celestiales quien se mantenía con ambas manos apretando el madero de la baranda, viéndole a él dar un paso hasta poder tocar su mejilla, era la única que nunca querría cambiarlo.

Era la única que no lucharía por él en sus batallas, ella no se entrometería. Si no muy el contrario, Lucy lo acompañaría y comprendía que el acompañar no significa hacer presencia, es solamente tenerla. Estar, con y para él. La mejilla de la joven estaban cálidas, seguramente por el sonrojo o tal vez porque las manos de Gray en esta ocasión estaban frías.

𝐄𝐫𝐞𝐬 𝐦𝐢 𝐟𝐮𝐭𝐮𝐫𝐨 - 𝐆𝐫𝐚𝐲𝐋𝐮Donde viven las historias. Descúbrelo ahora