Estaba feliz, triste, cansado, aliviado, era un remolino de emociones, pero eran emociones buenas, tranquilas, muy diferentes a todas las emociones pesadas y abrumadora que tenía días arrastrando con el.
Se sentía vivo y humano, más que nada se sentía amado, por qué sabía que aunque se estuviera moviendo de casa, de ciudad y ya estuviera más cerca de las personas que eran su familia, sabía que no estaba solo, nunca lo estuvo.
Estrellas antiguas, incluso podía contar con Spinel y las diamantes para sentirse bien, a pesar de sus locas maneras de tratar de ayudarlo.
No sabía cuánto tiempo estaría afuera, mejor dicho cuánto tiempo aguantaría sin marcar a las Crystal Gems o en ir a verlas de vuelta y ver a Connie claro.
El solo pensar en ella mando una fuerte emoción en todo su cuerpo, causando que una gran sonrisa adornara su cara, Connie, SU Connie le había hecho prometer que le llamara y que no desayunara sin ella.
La sonrisa no podía abandonar su rostro, se sentía bien y eso estaba muy bien, todo estaba bien, todo estaba perfecto. Y nada cambiaría, nada podía cambiar eso.
No sabía cuánto tiempo había pasado, ¿Una hora, dos o tres? No lo sabía, dejo de checar la hora desde la anterior gasolinera, en la cual había puesto gasolina y poder comprar algo de comer.
Tenía toda su documentación lista y algo de dinero como para sobrevivir por todo un mes. Llegó a su destino tarde en la noche, miro el teléfono para asegurar la dirrección y ver la hora por igual.
Eran las diez de la noche con cinco minutos y Steven hubiera hasta contado los segundo pero tenía un departamento que asegurar.
Avanzó hasta el cuarto que decía recepción y tocó tres veces. Gracias a el cosmos la señora le había dicho que cerraba hasta las doce de la noche.
— Oh Dios, ¿Eres el joven Universe? — Steven Le sonrió de la manera más suave y adorable que había entrenado durante años.
— Si ese soy yo, supongo usted es la señora Martinez — La señora río ante la palabras de Steven.
— Oh cariño si soy yo, pero bueno dime ¿Te vas a quedar aquí? — Steven sonrió y asintió.
— Esa es la idea señora Martínez.
— Bueno, vamos te enseñare el departamento — La señora avanzó enfrente de el subiendo las escaleras hacia donde se encontraban los departamentos — Casi no hay nadie en estos departamentos, solo la pareja que vive en el apartamento 6, ese está abajo, aquí arriba solo viven los gemelos que viven en el apartamento 12 Thiago y Margo, y bueno este es el departamento número 15.
Por aquí lo abrió la señora Martínez, los ojos de Steven tomaron la forma de un destello, tenía una pequeña cocina una pequeña sala con solo tres sillones, entraron a el departamento y ahí en el corridor vio lo que era el baño y luego el cuarto y oficialmente Steven quedó enamorado.
— Bien chico, ¿Que te parece?
La sonrisa de Steven en ese momento podía ser comparada con el brillo de una estrella — Es fantástico señora Martínez, ¿Cuando le puedo pagar?
La señora Martínez río ante el entusiasmo de el chico le recordaba tanto a los gemelos — Si ya estás dispuesto a moverte, bueno en cualquier momento puedes pagar, ya sabes no creo que en otro lugar puedas encontrar algo tan barato.
Y Steven río mientras le daba a la señora el dinero, la señora sonrió y le indico que fueran de vuelta a la oficina para darle el contrato de renta.
Una vez que le firmó el contrato por fin se podía considerar como un joven dependiente. Solo fue a la camioneta para recoger su maleta y entrar a el departamento. Subiendo las escaleras escucho dos voces similares pero a la vez diferentes.
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Cambios
FanfictionAntes de que Homeworld fuera siquiera llamado así, hubo una epoca en la cual nacieron pocas gemas, y entre ellas nacieron dos gemas más grandes y fuertes que todas. Hermosas y "perfectas" eran ellas, Diamante Blanco y Diamante rosa Crema, ambas se a...