Cap 4.- La tormenta no perdona.

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La primera vez que abrió los ojos yacía acostado sobre tierra blanca con un eterno azul rodeando todo su ser, recordaba haberse quedado flotando en el mismo lugar durante tanto tiempo que la luz que había estado resplandeciendo de alguna parte de ...

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La primera vez que abrió los ojos yacía acostado sobre tierra blanca con un eterno azul rodeando todo su ser, recordaba haberse quedado flotando en el mismo lugar durante tanto tiempo que la luz que había estado resplandeciendo de alguna parte de arriba se fue apagando poco a poco mientras más tiempo pasaba. 

Había estado tan curioso por inspeccionar a su alrededor, pero el miedo pudo más  al verse solo en aquel lugar tan tranquilo y solitario. No obstante, cuando fue más grande comprendió de que se encontraba en el cementerio marino, en donde nacían las sirenas y los tritones, según fuera el caso.

El mar le había susurrado cuando empezó a tener curiosidad por su origen que, una hermana de las profundidades se había apiadado de él al verlo caer de una lancha pereciendo en el intento por regresar a la seguridad de esta, por lo que lo había traído al cementerio para que pudiera seguir viviendo, pero solo que con una apariencia diferente a la de un humano.

"Cuando un humano muere en los brazos del océano puede ser salvado, aunque no siempre es posible ayudarlos, pues en ocasiones tendrás que regresar sus cuerpos a las playas".

 — ¿Por qué?— había preguntado curioso.

Interferiríamos con el ciclo de reencarnación. 

Esa respuesta fuera de haberle aclarado sus dudas, lo había dejado con aun más incertidumbre. Además, a pesar de que la brisa del mar había tratado de explicarle el cómo es que había terminado siendo una criatura del mar y cómo funcionaba el ser parte de ella, por más parte que trataba de buscar en su cabeza, no tenía recuerdo alguno de su antigua vida. 

Solo sabía que se llamaba Jungkook, es como si su cerebro hubiera desechado todo lo que formaba parte de su vida pasada para que pudiera formar una nueva.

Y sí que hizo una nueva vida, aunque solitaria para su propio gusto, pues el océano era tan intenso que muy pocas veces lograba ver a alguno de sus hermanos, pues eso eran las sirenas para él, sus hermanos, eran una familia.

Pero por lo mismo de que eran una familia inmensa, no todos compartían los mismos ideales, y uno de ellos era el hecho de matar humanos.

Si bien los humanos eran criaturas que podían llegar a ser muy crueles con lo que los rodean, por lo mismo, algunos de ellos preferían mantener la distancia como lo hacía Jungkook, pero por el contrario, otros más preferían divertirse con estos en las profundidades del agua.

Por lo que, a pesar de tener diferentes opiniones y formas de "pasar el rato" que no todos estaban de acuerdo con ello, nunca interferían en los asuntos ajenos, era una norma que su misma especie se había impuesto para que no hubieran disputas entre ellos.

Por eso mismo, Jungkook no lograba entender el porqué de su interferencia de aquel suceso.

O más bien, sí lo entendía, solo que quería seguir engañándose por más tiempo. Pero no podía negar algo que era totalmente obvio, el mar se lo había dicho, le había hablado acerca de las reencarnaciones, y aunque al inicio no le había creído del todo, llevaba muchos años con vida como para creer en lo que alguna vez escucho de joven.

Ley De Dirac [Jikook]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora