Park Jimin ha tenido una vida muy dura desde la edad de 10 años tras perder a sus padres por la mortal enfermedad de la peste, por lo que a tan corta edad se vio sometido a duros trabajos pesados que en vez de hacerlo querer hundirse, lo hizo quere...
¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
La corriente cerca de la superficie no lo dejaba nadar correctamente pese a ser una criatura marina, intentó por milésima vez ir a la superficie pero una nueva ola golpeo sobre él ni bien logró divisar el cielo negro con luces resplandeciendo sobre él.
La corriente marina lo jaló de nuevo al fondo del agua y fue vagamente consciente de la pirueta que le hizo dar la fuerza de esta, no obstante no podía darse por vencido, tenía que haber algo que le dijera dónde exactamente estaba el barco de Jimin, al menos así si caía al agua, él podría salvarlo, pensó.
Estuvo a punto de volver a intentar ir a la superficie cuando algo entre la oscuridad del mar logró captar su atención, arrugó el entrecejo sin poder distinguir qué era, por lo que nado hacia aquella figura que mientras se fue acercando fue tomando forma de un cuerpo, y aunque eso no causó gran impacto en él, sí que lo fue la gran cantidad de cuerpos humanos que fueron siendo más visibles conforme la distancia se iba cortando entre ellos y, la angustia se instaló en su pecho.
Jungkook nadó lo más rápido que le permitió su cola, dio vuelta sobre su mimo eje en un intento por ver a Jimin dentro de aquella oscuridad si es que estaba ahí entre todas las siluetas, zigzagueo entre estas sin lograr encontrarlo, volvió a ir hacia la superficie y para su desgracia no logro ver nada más que el inmenso mar con grandes olas, el cielo y lo que parecían ser pedazos de madera.
— ¡Jimin! — Volteó hacia todos lados desesperado.— ¡Jimin!
La angustia creció más, se lamentaba por no poder haber nadado más rápido. Pero él mismo sabía que nunca iba a poder hacer nada contra las olas y corrientes que lo hicieron retrasarse con la ruta del barco. Y ahora ahí estaba, siendo testigo de lo que al parecer indicaba eran restos de un naufragio y la gente que perecía en él, pero no quería rendirse, no podía hacerlo. Pues eso sería decir que daba a Jimin por muerto.
Tenía que encontrarlo, necesitaba encontrarlo antes de que fuera tarde.
De pronto, una cara conocida lo hizo detenerse en seco a mitad del nado. Se acercó rápidamente a él solo para confirmar lo que estaba viendo, era el chico del tatuaje, lo recordaba perfectamente. Había ayudado a Jimin cuando este lo había defendido aquel día en el barco al ser capturado en la red.
Pero incluso si su primer pensamiento había sido ayudarlo, sabía que iba a ser imposible, pues esa estaca de madera que cruzaba la mayor parte de su pecho, le indicaba que si milagrosamente estaba inconsciente, no iba a ser capaz de sobrevivir.
Pesé a todo decidió acercarse, estaba convencido de que al menos podría darle otra oportunidad para vivir, pero cuando sus dedos tocaron el brazo de este, se detuvo en seco.
Miles de imágenes fueron pasando por su cabeza, revelando así la vida que había llevado la víctima del naufragio, pero conforme se iba contando su historia por medio de pequeños fragmentos, hubo algo que lo hizo sentirse peor a como estaba cuando se topó con su cuerpo inerte.