•ೃ⸙◌°' ❛ THE SINNERS WEEK ❜ *ೃ ࿐

•ೃ⸙ Fourth Sin: Wrath.

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¡WELCOME TO SIN!
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TaeKook World

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"Expectantes ojos turbios de ira, amenazadora postura; equimosis adornando mi piel de la manera más hermosa.

Envilece mi medroso ser, consume mi imperecedero amor en tu flamante furor.

Seamos una perfecta unión".

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Kim Taehyung era el hombre perfecto, nadie tenía duda de ello. Pero absolutamente nadie conocía el verdadero rostro de aquel demonio con vestidura de ángel.

¿Podían culparlo?

Él era tan amable, elegante, caballeroso e inteligente. Siempre siendo servicial y dando su mejor cara, ganándose el corazón de todo el mundo.

Sin embargo, eso solo era una ilusión para todo aquel que le mirara de lejos. Tras ser víctima de los abusos de su hermano mayor desde pequeño, nadie podía esperar que aquel joven fuera emocionalmente estable. En especial, por haberse dejado consumir por la ira y atribuirse un homicidio en su defensa cuando era apenas un crío; homicidio del cual salió casi ileso, y el mismo que sus padres se encargaron de ocultar dándole luego la espalda.

Nadie podía culparlo. ¿Verdad?

El solo estaba harto de los malos tratos, humillaciones y constantes golpes a los que había sido sometido. En un ataque de ira fue capaz de darle fin al tormento que vivía; eran años de sufrimiento y una sed de venganza que se apodero de él, cobrados en aquella daga de su padre que tomó la vida de su sanguíneo.

Desde entonces, ya no volvería a ser aquel endeble niño que sufrió las consecuencias de su dócil persona. No podría volver a vivir normalmente, lo sabía perfectamente. La furia consumía y dominaba cada fibra de su ser, cegando su completo razonamiento. Ese era su hórrido secreto.

El cual no le molestaba en lo absoluto.

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Esplendida y usual mañana; todo parecía repetirse un sinfín de veces en la vida del adorado azabache. Ciertamente, era cansado ser el centro de atención todo el tiempo. Cada rutina era repetida, tenía horarios y nada de tiempo que perder.

Aunque algunos días atrás tuvo la maravillosa idea de hacer un pequeño cambio en su aburrida vida.

En la mira tenía a aquel hermoso chico con ojos de ciervo, tan precioso y delicado como una hermosa flor, la cual llevaba por nombre: Jeon Jungkook.

Era magníficamente etéreo, e incluso siendo reservado, todos seguían adorando al pequeño.

Taehyung no era la excepción.

Desde el instante en el que lo vio atravesar aquel portón del instituto, lo supo. Aquel niño bonito sería suyo.

Tenía una ventaja tras conocerlo desde hace algún tiempo, aunque pocas veces fueron las que conversaron. No quiso precipitarse en aquel entonces, decidió esperar a que el pequeño madurara un poco más, después de todo, tenían una diferencia de edad de 5 años.