•ೃ⸙◌°' ❛ THE SINNERS WEEK ❜ *ೃ ࿐

•ೃ⸙ Third Sin: Lust.

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¡WELCOME TO SIN!
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TaeKook World

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Se vistió con su blanca alba, amarró su cíngulo alrededor de su cintura y luego agregó su casulla morada.

La misa de adviento le esperaba.

Suspiró y dejó sus pecados detrás de él, porque ahora iría a proclamar el santo evangelio.

El canto de entrada resonaba en la pequeña capilla de Seúl.

Cuanto gozó le dio al oír vamos ya, hacia la casa de Dios.

A medida que avanzaba detrás de los monaguillos y lectores, los fieles pedían su saludo. Ser sacerdote había sido algo que eligió porque siempre fue un buen creyente y esa había sido su pasión desde pequeño.

Saludó a la feligresía y comenzó con la confesión.

ㅡYo confieso ante dios todo poderoso y ante ustedes hermanos que pecado mucho, de pensamiento, palabra, obra y omisión, por mi culpa, por mi gran culpa ㅡtres golpes en el pechoㅡ. Por eso ruego ante ustedes hermanos, por eso ruego a Santa María siempre Virgen, a los ángeles, a los santos y a ustedes hermanos, que intercedan por mí ante Dios, nuestro señor. Amén.

Una hora de misa resultó veloz, el evangelio fue más rápido de lo esperado y cuando se percató todo había terminado e iba rumbo a la sacristía a confesar.

ㅡNuestra celebración ha terminado, nos podemos quedar en la paz del señor.

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Y ahora comenzaba su verdadera prueba.

Jeon Jungkook le esperaba como siempre en la sacristía, según él, para confesarse, pero sus conversaciones siempre se salían del tema y llevaban un rumbo peligroso para ambos.

ㅡEs un gusto verle otra vez ㅡsaluda el chico con una sonrisa que explica mucho, más allá de lo que las palabras pueden.

Sabía muy bien que debía echarlo o acabaría siendo tentado como las últimas veinte veces en la semana.

ㅡPor favor ㅡpidió cansado. Levantó sus manos en derrotaㅡ. Realmente aunque no lo crea, el día de hoy vengo a hablar sinceramente con usted, quiero componer mi vida.

Taehyung asiente mientras se desviste.

ㅡHabla entonces.

Jungkook se sentó atrevidamente en una silla al lado de él.

ㅡTengo problemas ㅡTaehyung sonrió, sabía muy bien el tipo de chico que era Jungkook.

Su relación con Jungkook jamás fue normal, tenía cinco años dando misa en la parroquia de Busán y desde que conoció a Jungkook siempre fue hermoso, brillante y muy codicioso, a inicios no pasaba más que inocentes abrazos, pero después encontró esos gestos de cariño convertidos en una blasfemia a su persona. No todas las miradas expresan lo mismo y no todos los toques son inofensivos.